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Saturday, November 24, 2007

El derecho al revés

23 de noviembre de 2007

El derecho al revés

José Hugo Fernández

LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) - Arte, ciencia o artimaña
(que el diablo califique), la política continúa siendo lo que era más o
menos para los antiguos griegos: el modo de conducir un asunto para
alcanzar ciertos fines. Por eso resulta extraño que nuestro mundo, al
que gustamos llamar moderno y civilizado, deposite en manos de los
políticos la tutela de los derechos humanos, así como la responsabilidad
de regular sus normas.

Facultades tales constituyen quizás la primera violación de los derechos
de la gente común, habida cuenta que en predios de la política cada
intermediario acercará siempre la sardina para su sartén, lejos o cerca,
según sea el caso, de la transparencia con la que supuestamente debieran
abordar el tema.

Si no lo sabremos los cubanos, luego de haber permanecido varias décadas
asistiendo (como lombrices en reunión de patos) a la pugna política
escenificada entre nuestra tiranía y los gobiernos de Estados Unidos, en
el retablo de Naciones Unidas (lombriz mayor), para dilucidar, dicen, de
qué manera y por qué y según el gusto de quienes respetan o no nuestros
derechos.

El último capítulo de este vodevil por entregas representa otra vuelta
de tuerca para la tragedia. Y qué vuelta. Se trata de un revés (si no
definitorio, apabullante) ante la esperanza de que sean respetados por
fin nuestros derechos. Y es al mismo tiempo un retorcimiento de los
conceptos que suelen ser dictados internacionalmente por los políticos
para entallar la talla.

Ahora leemos en los medios informativos de aquí exclamaciones tan
pintorescas como "histórica victoria", "golpe demoledor para Estados
Unidos", "cese del chantaje, la amenaza y la coacción". No hay que
insistir, ya que la noticia es conocida, que se refieren a la reciente
ratificación, por parte de la Asamblea General de la ONU, del fin del
mandato de un relator especial en materia de derechos humanos, que
aunque fue designado desde hace mucho tiempo, nunca pudo cumplir su
tarea en la Isla, pues el régimen lo impidió.

Las claques dominantes vuelcan entonces su alegría en la prensa oficial
luego de haberle ganado a Washington una nueva partida en el juego. En
tanto, para las lombrices no ha pasado nada, y así, ni más ni menos,
asumimos la "novedad", como es costumbre: a la chita callando y en el
pico del pato.

Demasiado poco, tal vez menos que nada, deberá importarle a las
representaciones políticas de los 168 países que votaron a favor de esta
"histórica victoria", el hecho de que, como ya fue patentizado, el nuevo
acuerdo no ayude en lo más mínimo a la reconciliación, la paz y el
entendimiento entre cubanos, ni a los cambios pacíficos que casi todos
deseamos.

Eso por no detenernos en la lista de los numerosos ejemplos por los
cuales no consiguen sino ponerle el cuño y darle pisón a lo que sin duda
es nuestro destino como seres humanos del montón: el derecho al revés
como único derecho.

http://www.cubanet.org/CNews/y07/nov07/23a11.htm

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