Reparadores de sueños
Jorge Olivera Castillo Sindical Press.
LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) - Hay un grupo de jóvenes 
en Villa Clara que insisten en componer la revolución. Son quienes 
imaginan los tapones para cubrir los orificios dejados por las 
corrosivas gestiones de la burocracia, los malos hábitos de 
administradores y empleados que no terminan sus romances con las 
sustracciones ilícitas y el maltrato a los clientes.
Dicen que las soluciones existen. No hay problema que se resista frente 
a la conciencia limpia y la voluntad de hierro. Por estas coordenadas 
rondaron las exigencias en la asamblea de balance de la Unión de Jóvenes 
Comunistas (UJC) en la provincia Villa Clara, en el centro de la isla. 
Más combatividad, mayor resolución para enfrentar lo negativo, guerra a 
la tibieza, cese de la palabrería vana e impulso a las cuestiones 
relativas a los hechos concretos.
Es el mismo sonido de siempre. Los llamamientos que el tiempo transforma 
en las más perfectas banalidades. En estos escenarios se ensayan 
rectificaciones, se idean parches, alguien ofrece innovaciones de última 
generación, no falta quien enarbole un discurso parecido al de un 
general delante de su tropa y a minutos de un combate a muerte. Estos 
personajes van de la mesura a la arenga con una destreza impresionante.
Exprimen sus cuerdas vocales y logran un rap, a capella, de una 
altisonancia capaz de retar a los mejores exponentes de este género musical.
De antemano sé la factura de la letra. En la primera parte la 
autocrítica y las pifias de la organización de marras, posteriormente 
las loas, los remedios mágicos y las enmiendas que van a rescatar la 
gloria del socialismo, como soporte principal para el estribillo. Al 
final el aplauso atronador. Es una fórmula inequívoca. Me lo acaba de 
confirmar la última página del diario Juventud Rebelde, publicado el 20 
de noviembre.
Aclaro que no se trata de un denuesto ni nada que se le parezca. Son 
conclusiones fácilmente verificables. ¿Cómo se puede entender que a 
estas alturas del proceso político interno estén vigentes las mismas 
dificultades de hace 30 o 40 años? ¿Si se proclama el consentimiento 
unánime de la población en torno a la línea fijada por el partido y sus 
instituciones derivadas, entonces por qué tantos síntomas de descontrol 
y apatía?, ¿Cómo explicar desde el socialismo la existencia de un 
universo de pillos, ladrones y corruptos presentes en todos los sectores 
de la economía, entre ellos no pocos militantes de la juventud comunista?
Me convenzo una vez más que tales reuniones guardan mayor relación con 
la metafísica que con cualquier procedimiento lógico. Si en casi medio 
siglo, aún la Unión de Jóvenes Comunistas no ha podido resolver 
situaciones inherentes al comportamiento de muchos de sus militantes. 
¿Podrá avanzar con éxito hacia la búsqueda de paliativos contra el 
declive moral y ético que alcanza en Cuba magnitudes de escándalo?
Uno de los participantes alegó que es inadmisible la falta de 
comunicación y confianza entre los miembros del colectivo de militantes 
villaclareños. Ambas realidades a causa del mero reflejo en un acta de 
los acuerdos, y después, nada qué hacer.
Apuntes sin consecuencias. Soluciones en la órbita del olvido y fechas 
exactas para las próximas sesiones de monsergas y bostezos.
No sé como será la tarea de remendar los sueños. Yo preferiría hacer 
algo más vinculado al mundo físico. Solo me resta advertir a esos 
obreros de los talleres de la fantasía. ¡Cuidado con las pesadillas!
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