2007-11-24.
Campaña Foro Cubano
NOSOTROS LOS CUBANOS:
Queremos la libertad.
Dios crea libres a todos los seres humanos y por eso la libertad es un
derecho inalienable.
Los cubanos queremos ser libres. Libres para poder expresarnos, soñar,
crear, trabajar, viajar, elegir, creer y manifestar la fe.
Los cubanos queremos ser libres para poder vivir dignamente y en
fraternidad.
Reclamamos todos los derechos para todos los cubanos, porque tenemos
derecho a todos los derechos: civiles, políticos, económicos, sociales y
culturales, como todos los seres humanos.
Los cubanos queremos un estado de derecho en el que la Constitución y
las leyes garanticen los derechos con expresiones directas,
transparentes e inequívocas, de tal manera que ni el Estado, ni el
gobierno, ni ninguna institución o persona pueda anular o restringir la
libertad de los cubanos, ni negar parcial o totalmente ninguno de sus
derechos.
Ningún argumento es legítimo para negar a los cubanos sus derechos y
libertades fundamentales.
Exigimos la libertad de religión y el respeto al pluralismo político y a
la diversidad de ideas que existe en nuestra sociedad.
La Ley debe garantizar el derecho a asociarse en organizaciones sociales
y partidos políticos a todos los ciudadanos, derecho que ahora está
sepultado porque sólo los comunistas pueden tener su partido.
Muchos cubanos no son comunistas y debe respetarse su derecho a
organizarse legalmente y a participar en la vida política según sus
convicciones.
Reclamamos la soberanía para el pueblo y por tanto su derecho a escoger,
diseñar, determinar y cambiar soberanamente su sistema político, social
y económico, para hacerlo libre, más humano, más fraterno y más justo, y
el derecho a escoger a sus gobernantes en elecciones libres y
democráticas.
Lucharemos cívicamente hasta que se respete el derecho del pueblo a
realizar cambios en la Constitución o redactar una nueva, y a modificar
las leyes. Presentaremos iniciativas legales para lograr el respeto a
todos los derechos de todos los cubanos y la elevación de la calidad de
vida.
Defendemos la soberanía popular, la independencia nacional y la
soberanía de nuestra Patria que, como nos enseño el Padre Félix Varela,
son inseparables.
El rector de la sociedad debe ser el pueblo soberano y no un partido
político. Corresponde a los cubanos y sólo a los cubanos definir y
decidir libre y democráticamente el futuro de Cuba, como país
independiente y soberano, sin intervenciones, ni injerencias
extranjeras, ni del norte, ni del sur, ni del este, ni del oeste.
Por eso no aceptamos leyes foráneas que pretendan decidir el presente o
diseñar el futuro de Cuba, ni dependencias económicas, ni tampoco
alianzas políticas que nieguen la independencia, los intereses y la
vocación de paz y libertad del pueblo cubano.
Defendemos la dignidad y el honor de los cubanos y rechazamos la
política de exclusión, explotación y humillación contra los cubanos en
su propio país para dar ventajas y privilegios a empresas y personas
extranjeras, que explotan a los trabajadores y disfrutan, de manera
cómplice, la falta de derechos que sufren los cubanos.
Queremos la amistad y la paz con todos los pueblos del mundo, de todas
las culturas, creencias y razas.
Proclamamos que todos los cubanos somos hermanos, que Cuba es Patria y
hogar de todos los cubanos, vivan dentro o fuera de Cuba, porque somos
un sólo pueblo y que deben respetarse todos los derechos de todos los
cubanos.
La Patria es nuestra tierra, es nuestro cielo, es nuestro mar, es
nuestra historia. No se puede confundir la Patria con la revolución y el
socialismo, porque la Patria abarca todo lo que tenemos y somos como
Nación.
La Patria somos todos los cubanos, los que vivimos en Cuba y los que
viven fuera de Cuba.
Proclamamos la condición plena de cubanos de todos los desterrados,
exiliados y emigrados por cualquier causa, y de sus hijos.
Denunciamos la calificación oficial de "salida definitiva del país,"
aplicada a los que emigran, como un castigo cruel, de despojo y destierro.
Reclamamos el derecho de todos los cubanos a salir libremente de nuestro
país y a regresar, sin condiciones, ni imposiciones y también el derecho
de los que viven fuera del país a establecerse nuevamente en Cuba.
Reclamamos la liberación inmediata de todos los encarcelados por
defender, promover y ejercer pacíficamente los derechos humanos
universalmente reconocidos.
Proponemos además, un diálogo entre todos los cubanos, sin exclusiones,
sobre una amplia y generosa amnistía política general, sobre las bases
del amor, la buena voluntad, la verdad y el perdón, en la búsqueda de la
justicia y la reconciliación nacional.
Proclamamos que ésta es la hora del diálogo y la reconciliación y que
todos debemos trabajar con buena voluntad por la comprensión, el respeto
y la paz entre los cubanos.
Una auténtica participación ciudadana en un diálogo nacional, en la vida
política y en la decisión de los cambios que Cuba necesita, sólo es
posible sobre la base del reconocimiento legal y del respeto en la
práctica, de la libertad de expresión y los demás derechos civiles y
políticos.
Los cubanos queremos una vida nueva y nadie puede negarnos los cambios
profundos que deseamos y esperamos desde hace décadas.
Liberación, es el término que expresa plenamente los cambios que
queremos los cubanos. Y si es liberación, significa libertad y derechos,
reconciliación y justicia, respeto a la vida, fraternidad y progreso,
participación e igualdad de oportunidades.
Si no nos podemos poner de acuerdo sobre el pasado, sí podemos y debemos
ponernos de acuerdo sobre el futuro.
El pueblo cubano y en especial las nuevas generaciones, quieren vivir en
paz, en un ambiente libre de simulación, miedos, odios y rencores, sin
revanchas, ni venganzas.
Reclamamos libertad sindical y justicia para los trabajadores y
campesinos y el derecho de los cubanos a la libertad económica, a
trabajar libremente y a tener negocios y sus propias empresas para el
beneficio de sus familias y de la sociedad.
No queremos continuar en este orden opresivo e ineficaz, en el que los
trabajadores y la mayoría de los cubanos sufren la pobreza y ni siquiera
pueden decir que son pobres.
Bajo el orden actual, los humildes sufren la angustia y muchas veces la
persecución por buscar el pan de cada día y tratar de sobrevivir,
mientras que se ha instalado una corrupción institucionalizada que
determina privilegios inmensos y vida de verdaderos ricos para algunos,
a partir de sus posiciones en la esfera del poder político y militar.
No tenemos odio de clases, ni odio de ninguna clase, sólo queremos que
se de al pueblo lo que es del pueblo y que todos tengan oportunidades
iguales y derecho a una vida mejor a partir de su trabajo honesto.
Tampoco queremos ningún modelo político o económico extremo en el que el
poder político, el poder del mercado u otros intereses estén por encima
de la dignidad humana, los derechos de las personas, la igualdad, la
justicia social y el bien común.
Nos oponemos a que se sigan disponiendo de Cuba, de sus recursos y de
sus habitantes como una propiedad privada y a cualquier proceso
desenfrenado de privatización en que nuestro país sea saqueado y
repartido como un pastel.
Los cubanos, con libertad económica y con sus iniciativas y trabajo
creador, podrán superar la pobreza y progresar fortaleciendo la
solidaridad en nuestra sociedad.
Estamos determinados a mantener y legar a nuestros hijos todo lo
positivo que el pueblo cubano ha logrado con amor y con su trabajo a
través de los años.
Los cubanos queremos mantener y mejorar, como derechos para todos, la
educación y la salud pública gratuitas y todo aquello que constituye un
beneficio social.
La educación no debe ser un instrumento de dominación política, sino de
edificación de la persona en todos los órdenes, educándose para la
libertad. Exigimos el respeto al derecho de los padres a educar a sus
hijos según su fe, creencias y valores.
Exigimos que cesen las exigencias y condicionamientos políticos e
ideológicos sobre los niños, los jóvenes y los estudiantes, desde la
primera enseñanza hasta la universidad y que se respete su libertad de
conciencia, de expresión y de asociación.
Creemos que es hora de que haya verdadera igualdad y de que se abran
todos los espacios de participación en la sociedad, sin exclusiones.
En Cuba no hay choque de generaciones, sino que la nueva generación es
también privada de los derechos que les quitaron a sus padres y abuelos.
Exigimos los espacios y derechos para que los jóvenes puedan vivir su
propio tiempo e impriman su impulso propio a la sociedad y también para
los ancianos, adultos y niños, para todos los hombres y mujeres y que no
hayan discriminaciones ni exclusiones de ninguna persona por ser
creyente o por no serlo, ni por su raza, religión, edad, opiniones
políticas, ideas, sexo, origen nacional, posición económica u otras
lesivas a la dignidad humana.
La política oficial y leyes sobre la vivienda han sumido y mantienen a
millones de familias cubanas en una verdadera calamidad humana, ya que
ha habido muchas más persecuciones, prohibiciones, arbitrariedades,
corrupciones, favoritismos y despojos que soluciones.
Por la felicidad de las familias, los cubanos demandamos una nueva ley
de la vivienda, oportunidades y planes para superar esta calamidad,
mientras ratificamos que ninguna persona o familia cubana será
desalojada de la vivienda que habita, ni de sus tierras, ni será
despojada de su propiedad, ni tienen deuda alguna que pagar a antiguos
dueños.
Las leyes deben garantizar la libertad de expresión y movimiento para
todos. Deben cesar la vigilancia, el control y toda forma de opresión
sobre los ciudadanos y las injerencias en su vida privada, para que los
cubanos no tengan que mirar a los lados o cerrar las ventanas antes de
opinar y todos puedan expresarse y manifestarse con respeto, pública y
libremente.
Queremos superar para siempre la cultura del miedo. Los medios de
difusión son del pueblo y los paga el pueblo, por lo que deben permitir
el acceso de todos los ciudadanos y todas las opiniones.
La solución a la desigual pobreza, mayor en unas regiones que en otras,
no es la migración interna, sino lograr un desarrollo igual en toda
Cuba, pero deben cesar inmediatamente, la persecución, el acoso, la
humillación y discriminación contra cubanos, sólo porque se trasladan de
una provincia a otra en busca de oportunidades o para escapar de la
miseria.
Nunca más, declarar ilegales a cubanos en su propio país, ni valerse de
unos cubanos para reprimir a otros.
Cuba es una sola y es hogar de todos los cubanos.
Promovemos un movimiento cívico y pacífico por la liberación y
rechazamos el terrorismo, la violencia, el enfrentamiento y el odio
entre cubanos, porque todos somos hermanos.
Un movimiento que busca la liberación personal y colectiva, desde el
amor y la solidaridad, que llama a los ciudadanos a no someterse a la
opresión y la mentira y a que tomen conciencia de sus derechos y de su
deber de participar en la solución de los problemas de nuestra sociedad.
Sólo reclamando pacíficamente nuestros derechos seremos protagonistas de
nuestra historia y lograremos la libertad y los cambios en las leyes,
para que éstas garanticen esos derechos.
Liberación no es enfrentar unos cubanos contra otros, sino trabajar
todos juntos por el bien de todos.
Así la victoria será de todos.
Cuba renacerá libre y en paz, y como profetizó nuestro apóstol, José
Martí, fundaremos todos, "un pueblo nuevo y de sincera democracia."
Ésta es una declaración del pueblo de Cuba.
Campaña Foro Cubano.
Para más información visite a www.oswaldopaya.org o contacte a Francisco
De Armas y Julio Hernández, Representantes Internacionales, Movimiento
Cristiano Liberación, (787) 549-1805, fdamcl@cs.com, mcl2004jhs@yahoo.com
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=12743
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