Oscar Espinosa Chepe
5 de mayo de 2007
La Habana – bitacoracubana - Una moción exigiendo la liberación de Pedro
Pablo Álvarez Ramos, prisionero de conciencia del grupo de los 75, fue
aprobada en el Congreso de Diputados de España el pasado 18 de Abril. La
Propuesta había sido presentada por el Grupo Popular a través del
legislador Carlos Salvador Armendáriz, diputado de la Unión del Pueblo
Navarro, y recibió el apoyo del Partido Socialista Obrero Español
(PSOE), Convergencia y Unión (CIU) y Ezquerra Republicana de Cataluña
(ERC), con la oposición de Izquierda Unida (IU) y el Bloque Nacionalista
Gallego (BNG).
Pedro Pablo Álvarez es un líder sindical, presidente del Consejo
Unitario de Trabajadores Cubanos, afiliado a la Central Latinoamericana
de Trabajadores (CLAT) y la Confederación Mundial de Trabajadores (CMT),
organizaciones actualmente en proceso de unión con otras fuerzas
obreras. Fue sentenciado durante la Primavera Negra del 2003 a 25 años
de cárcel por defender la libertad de expresión y los derechos de los
trabajadores en Cuba, país donde se violan constantemente acuerdos
vigentes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Como los
demás integrantes de los 75, fue declarado prisionero de conciencia por
Amnistía Internacional en Junio de 2003.
El gesto del Congreso de Diputados de España que abrumadoramente acogió
la moción, llena de alegría a los demócratas cubanos, máxime cuando
proviene de un país por el que la mayoría de los ciudadanos sienten un
aprecio especial, al compartir historia y cultura comunes, así como
indisolubles vínculos de sangre. Paralelamente, mitiga los efectos
negativos de la desafortunada política exterior hispana de los últimos
tiempos, cuyo colofón fue la reprobable visita del Canciller Miguel
Ángel Moratinos hace unas semanas, la cual fue rechazada por la
disidencia y los presos de conciencia y políticos pacíficos.
Realmente es un nuevo gesto muy alentador, pues debe recordarse que
también la propuesta para el Premio Sajarov a la Libertad de Conciencia
2006 conferido a las Damas de Blanco por el Parlamento Europeo, partió
de Eurodiputados españoles. Al mismo tiempo, permanentemente se recibe
el aliento y el apoyo de distintos sectores de la sociedad hispana a la
causa de la libertad, la democracia y el respeto de los derechos humanos
en Cuba.
No resulta una sorpresa la posición contraria a la moción de Izquierda
Unida a través del Sr. Gaspar Llamazares, pues a pesar de la retórica
falsamente progresista de los dirigentes de esa organización, se conocen
sus viejos vínculos con el totalitarismo caribeño y sus frecuentes
visitas, alojándose en lugares vedados para el pueblo cubano, con
excepción de los sirvientes.
Bloquear la libertad de un firme luchador sindical, injustamente
encarcelado, indica la hipocresía de los autoproclamados representantes
de la clase obrera española, que si realmente lo fueran, se
solidarizarían con los defensores del derecho a huelga, la libre
sindicalización, el cese de la discriminación por motivos políticos y la
oposición a la represión de los trabajadores cubanos por un régimen
totalitario que sistemáticamente ha violado sus derechos, condenándolos
al hambre y la precariedad extrema.
Con esta actitud, el Sr. Gaspar Llamazares se ha puesto enteramente al
descubierto ante la sociedad española y la opinión pública
internacional, de lo cual debería tomar nota la militancia de Izquierda
Unida, donde consideramos seguramente se encuentran de forma mayoritaria
personas de buena voluntad.
Sectores de la disidencia cubana han lanzado llamamientos a Izquierda
Unida y al Sr. Llamazares, sin respuesta hasta el momento, para sostener
reuniones durante sus visitas a Cuba, para que en un marco civilizado,
como corresponde a demócratas, escuchen los argumentos de sectores cada
vez más importantes de la sociedad cubana, y sigan el ejemplo de otras
formaciones europeas que en determinados momentos sostuvieron posiciones
intransigentes y ahora han comprendido que el pluralismo y el respeto a
las opiniones diferentes es el único camino para el entendimiento entre
los seres humanos.
Todas las demás formaciones que votaron a favor de la propuesta del
diputado navarro Carlos Salvador Armendáriz merecen el más profundo
agradecimiento de los luchadores por la reconciliación nacional y una
Cuba absolutamente soberana e independiente, que rechazan la injerencia
extranjera, pero al mismo tiempo reciben con gozo las muestras de apoyo
moral y la solidaridad de otros pueblos, mucho más cuando se trata del
español. Deseamos que este bello gesto hacia nuestro querido compañero
sindicalista sea extendido a todos los prisioneros de conciencia y
políticos pacíficos. Con este proceso de apoyo moral y solidaridad, se
abre un nuevo y hermoso capítulo en la historia de las relaciones
cubano–españolas.
Oscar Espinosa Chepe, Economista y Periodista Independiente
http://www.bitacoracubana.com/desdecuba/portada2.php?id=4692
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