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Tuesday, November 28, 2006

Juntarse, Palabra de Orden

Juntarse, Palabra de Orden
2006-11-28
Alfredo M. Cepero

Miami, Noviembre de 2006. Bajo este título simple, directo y casi
imperativo firmaron un documento, que muy bien podría resultar
histórico, los opositores Martha Beatriz Roque, Oscar Elías Biscet y
Vladimiro Roca, el 14 de octubre del año pasado.

En contraste con el título, el texto del documento es flexible,
sugestivo y de una modestia que invita a la reflexión sin establecer
condiciones, requisitos, ni conceptos previos.

Convoca a todos los cubanos a un trabajo en común sin la uniformidad que
implicaría una unidad. Esa misma que se nos ha escapado de las manos
durante 47 años porque, como dijera Federico García Lorca de los
españoles y podríamos aplicar a los cubanos, "nosotros no conocemos el
término medio". Y podríamos agregar que "tampoco el consenso". Por otra
parte, albergamos la esperanza de que, reconociendo los obstáculos,
tengamos más probabilidades de alcanzar la meta de una Cuba democrática,
soberana, libre y justa.

Partiendo de esa misma premisa, fué suscrito en septiembre de este año
un documento de cinco puntos entre la Asamblea para Promover la Sociedad
Civil, dentro Cuba, y el Foro Patriótico Cubano, en Miami. Ambos
documentos, tanto el del año pasado por la oposición dentro de Cuba,
como el de este año entre la Asamblea y el Foro, comparten puntos
básicos que forman parte de todos los programas y proyectos de las
organizaciones que trabajan por una transición sin venganzas pero con
justicia. Entre dichos puntos se encuentran la libertad incondicional
para los presos políticos, la instauración de un gobierno de transición
hacia la democracia, el establecimiento de una asamblea o congreso
constituyente, el reconocimiento de los partidos políticos, la
celebración de elecciones y el restablecimiento del imperio de la ley.

Pero, como ya citamos a Lorca, nos sentimos estimulados a describir con
una metáfora la oposición a la tiranía tanto dentro como fuera de la
isla. Somos como un jardín de rosas con pétalos de multiples colores y
afiladas espinas. Tenemos, por la tanto, la doble capacidad de producir
deleite y de inflingir dolor. Eso explica en gran medida por qué muchos
de nuestros jardineros han desistido de cosechar las flores de la
concordia y la cooperación vencidos por las espinas de la envidia y de
la insidia.

Todos sabemos que las diferencias y confrontaciones entre nosotros no
han sido tan motivadas por divergencias ideológicas o programáticas como
por conflictos de ambiciones y de personalidades. De no ser así,
hubiésemos visto luchando hombro con hombro en el jardín de la patria a
rosas cuyos colores incluiría desde el blanco hasta el negro pasando por
el amarillo. Y no digo rosas rojas o rosadas para no ser objeto del
anatema de aquellos que no sean capaces de reconocer diferencias entre
ideologías políticas y floricultura.

Siguiendo con nuestro razonamiento, no existe motivo racional alguno
para que dentro de Cuba no trabajen juntos(no necesariamente unidos
pero coordinados) una pléyade de luchadores por la democracia. La misma
podría comenzar con Martha Beatriz Roque, Oscar Elías Biscet y Valdimiro
Roca, pasar por Ángel Pablo Polanco y Darsi Ferrer Ramírez, continuar
con Oswaldo Payá, Oscar Espinosa Chepe, Manuel Cuesta Morúa y cuantos se
sumen al esfuerzo poniendo como único símbolo la bandera de la patria y
como única meta su libertad.

Lo mismo podríamos decir de aquellos que en el exilio trabajamos por la
libertad de Cuba. Trabajar juntos para superar las últimas ráfagas de
una tormenta que nos ha azotado durante medio siglo. Cuando regrese la
calma y nos caliente de nuevo el sol de la libertad, cada cual podrá
transitar el camino que le dicte su ideología y dirimir sus diferencias
con otros cubanos a través de las urnas electorales y sin cárceles, sin
fusilamientos, sin miseria y sin odios.

Quede, sin embargo, bién claro que en este planteamiento no están
incluídos todos los cubanos. Quedan excluídos quienes, en su infausta y
mezquina tarea de apoyar a la tiranía, se han manchado las manos de
sangre o la conciencia de corrupción, delaciones, violaciones y
torturas. Quede todavía más claro que no nos hacemos ilusiones de que ni
éste ni ningun planteamiento similar que le suceda traerán una inmediata
primavera al jardín de la patria.

Eso llevará energía, imaginación y, sobre todo, tenacidad. Ahora bién si
alguién me quiere calificar de iluso, y es probable que así sea, peor
para él y para Cuba. Porque todos los acontecimientos trascendentales de
la humanidad-- ya fueran militares, políticos o religiosos—han comenzado
con un sueño o han sido frustrados por el miedo.De ahí que los hombres y
los pueblos tengamos la capacidad de ser tan grandes como nuestros
sueños y tan pequeños como nuestros miedos. En este momento en que
literalmente se nos viene encima un cambio drástico en nuestro devenir
histórico, Cuba demanda que tengamos la audacia de soñar con una patria
grande y la tenacidad de convertir ese sueño en una esplendorosa realidad.

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Para información sobre el Partido Nacionalista Democrático de Cuba,
puede usted visitar nuestra página www.pndcuba.org . En la misma tambien
podrá escuchar Radio Nueva Nación, emisora oficial del PNDC, todos los
sábados a las 7 PM, hora estandar del este.


http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=7950

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