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Saturday, May 16, 2015

Exigencias preocupantes

Exigencias preocupantes
FERNANDO DÁMASO, La Habana | Mayo 15, 2015

Las autoridades cubanas han planteado el anuncio del 17 de diciembre y
los contactos entre las delegaciones de los Gobiernos de la Isla y
Estados Unidos como si fuera su gran victoria. Argumentan que es el
"resultado de casi medio siglo de resistencia, heroica lucha y fidelidad
a los principios del pueblo cubano". Explican la negociación en el
contexto de la nueva época que vive la región y gracias al valiente
reclamo de los Gobiernos de la CELAC. Nuevamente aparece el falso
triunfalismo, que tantos dolores de cabeza nos ha dado, empañando los
pasos que se están dando.

Se obvia la valiente decisión del presidente de Estados Unidos y las
medidas que, sin dar el Gobierno cubano nada a cambio, está tomando la
Casa Blanca a pesar de las críticas de sectores demócratas y republicanos.

Las autoridades cubanas, sabedoras de que para obtener algo sustancioso
solo cuentan con menos de dos años –el tiempo que le resta en el poder
al actual presidente norteamericano–, en lugar de facilitar su gestión,
la complican con algunas exigencias absurdas y fuera de contexto,
mezclándolas con las que podrían ser aceptadas.

Así aparecen, junto al cese del bloqueo/embargo, la autorización de
viajes individuales de norteamericanos, la obtención de créditos, la
eliminación del país de la lista de promotores del terrorismo, la
adquisición de equipos y tecnologías y las relaciones de
importación-exportación. Todo eso es justo y responde a buenas
relaciones entre países vecinos. Pero entonces, suman la devolución de
la Base Naval de Guantánamo, el cese de las trasmisiones radiales y
televisivas de Radio y TV Martí y una compensación por los daños humanos
y económicos causados, eso sin permitir que se le pida al Gobierno
cubano nada a cambio, algo que será muy difícil que alguna
administración norteamericana acepte.

Como simples aclaraciones, es bueno recordar que la Base Naval de
Guantánamo se estableció, con sus límites actuales, según el Convenio
entre Cuba y Estados Unidos del 27 de diciembre de 1912. Más tarde fue
ratificado en el artículo III del Tratado de Relaciones entre la
República de Cuba y Estados Unidos, firmado en Washington el 29 de mayo
de 1934, donde quedaba claro que "mientras no se abandone por parte de
Estados Unidos la dicha estación naval o mientras los dos Gobiernos no
acuerden una modificación de sus límites actuales, seguirá teniendo la
extensión territorial que ahora ocupa, con los límites que tiene en la
fecha de la firma del presente tratado". Teniendo estos datos presentes,
resulta un absurdo plantear "la ocupación ilegal del territorio de la
Base Naval de Guantánamo por Estados Unidos", cuando esto fue acordado
entre dos Gobiernos legítimamente constituidos. También lo resulta
"exigir su devolución", como si se tratara de algo robado. El "diferendo
de la Base Naval de Guantánamo" solo podrá resolverse mediante
conversaciones serias y responsables entre los dos

Con relación a "la acusación de promotor del terrorismo", es cierto que
el pueblo cubano siempre ha repudiado esta forma indiscriminada de
violencia, pero le fue impuesta por quienes hoy detentan el poder desde
la década de los cincuenta, cuando se se colocaban artefactos explosivos
en lugares públicos, entre cuyas víctimas aparecían ciudadanos inocentes
y, en los años posteriores, mediante la práctica de organizar, entrenar,
asesorar y avituallar grupos guerrilleros en numerosos países de América
Latina para desestabilizar y liquidar gobiernos, en muchos casos
legítimamente constituidos.

Esta práctica, fracasada en América Latina, se extendió a África,
incrementada con la participación en "guerras ajenas" de ciudadanos
cubanos, en interés de la extinta Unión Soviética en su diferendo con
Estados Unidos. Nuestras autoridades nunca han sido las "pacíficas
palomas" que hoy plantean haber sido: se involucraron e involucraron al
pueblo cubano en la Guerra Fría, en su afán enfermizo por destruir a
Estados Unidos, el odiado "imperio". Ahora, después de los descalabros
internos, de la profunda crisis nacional y de haber cambiado la
situación internacional, cuando la inversión extranjera representa la
única garantía de supervivencia del régimen, la convivencia pacífica
parece imponerse. Sin embargo, no deben tratarse de borrar las "grandes
meteduras de pata históricas", tanto internas como externas, de este
último medio siglo. La "acusación" no fue fortuita ni un "título
honorífico", como jocosamente se pretende hacer creer.

Estas exigencias descabelladas, a pesar de los múltiples viajes al
exterior y conversaciones con presidentes de otros países, inclusive con
el papa, hacen pensar que, independientemente de ellas, a las
autoridades cubanas solo les interesa continuar ganando tiempo,
dilatando la solución del diferendo, sin atreverse a cerrar el juego,
por lo que pudiera suceder. La fórmula "sin prisa pero sin pausa" es
buena para el Gobierno, pero pésima para los cubanos, quienes necesitan
urgentes cambios profundos para sobrevivir en el presente y echar las
bases de un futuro mejor. Todo no es más que un problema de adicción
enfermiza al poder, creyendo estar designados por los dioses para
ejercerlo eternamente, sin interesarles para nada el pueblo cubano.
Después de hundir al país y llevarlo a la miseria, aún se consideran sus
salvadores y, lo peor, pretenden que los ciudadanos lo aceptemos.

Source: Exigencias preocupantes -
http://www.14ymedio.com/opinion/Exigencias-preocupantes_0_1779422049.html

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