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Wednesday, May 11, 2016

Memoria y rencor

Memoria y rencor
Si una nación no es una lengua, una religión o una geografía, sino la
memoria común que una población tiene, para quien nació en Cuba hay por
delante una tarea difícil
Alejandro Armengol, Miami | 10/05/2016 9:36 am

Para muchos exiliados cubanos, el no plantearse la relación personal
entre su vida de hoy y los años pasados en la Isla bajo la dicotomía de
justicia (¿venganza?) o perdón es un esfuerzo necesario pero difícil.
Me refiero a esa mayoría que no participó activa y militarmente en
ninguno de los dos bandos, y que no sufrió castigos mayores o
recompensas importantes, recibidas por su actuación durante las décadas
en que el proceso se definió por algo más que remesas, recortes y reformas.
Hablo, en resumidas cuentas, del 90 % o más de la población cubana
actual. Víctimas o victimarios de ocurrencias diarias, como el poder
comer o no en un restaurante, perder la noche en una guardia absurda y
dedicar un domingo a un trabajo inútil, que se empeñaban en llamar
"voluntario", "productivo" o "agrícola", pero que siempre era
obligatorio y gratuito.
La mención de esas jornadas inútiles, imprescindibles y agobiadoras —más
en muchas ocasiones que por el esfuerzo físico por la carga emocional de
abatimiento y depresión que implicaban— ejemplifica esa zona gris donde
la definición final no se alcanza por el recuerdo de un dolor profundo o
un acontecimiento verdaderamente traumático, sino por una sensación de
estar "perdiendo el tiempo" que tras los años es difícil de apresar.
Salvo en experiencias extremas, la memoria tienda a ser pasiva, casi
generosa: las penurias tienden a disgregarse en la nostalgia, añoranza
de juventud que diluye privaciones específicas.
Cuando años atrás leí en la edición digital del periódico Trabajadores
que el Gobierno cubano había puesto final a la práctica del llamado
"trabajo voluntario", por un momento la información me revolvió el estómago.
Pura bilis es lo único que me quedaba ante ese abuso cometido durante
años y años, que ha obligado a cubanos de varias generaciones a tener
una o varios fotos durante un trabajo agrícola entre los recuerdos.
La foto puede tener ahora la pátina de la soledad, la melancolía de
algún ausente o la evocación de este u otro sueño que se materializó o
no. Quizá todo eso sea lo permanente, pero la injusticia de obligar a
muchos jóvenes ―o no tan jóvenes― a perder días, meses y años de la vida
para complacer los caprichos ideológicos de un tirano ahora senil no es
fácil de borrar.
El llamado "trabajo voluntario" incluía "gigantescas movilizaciones
hacia campos agrícolas u otras actividades sin un contenido productivo,
donde prevalecía la pérdida de tiempo, y el gasto de recursos era muy
superior al efecto económico del trabajo que se iba a realizar",
recordaba el diario.
Añadía que "en innumerables ocasiones solo sirvió para tapar o eliminar
la ineficiencia, malos métodos de trabajo y otras deficiencias
administrativas".
Así era reconocido en un "periódico del Gobierno" u "oficial"—lugares
comunes al referirse a la prensa en Cuba, con la ilusión de que alguien
no nacido allí nos entienda— y la verdad expresada en los párrafos no
parecía ni irónica ni burlona sino depositada con un simple desdén por
pasar la hoja. Pero si alguien lo hubiera dicho en otro momento, cuando
existió un verdadero culto por este tipo de labor, en la época en que
era un deber casi "religioso" participar en ellas "gigantescas
movilizaciones", y hacía demasiado o poco evidente la menor apatía al
respecto, era sancionada con medidas punitivas que podrían incluir la
expulsión de la universidad, el envío a cumplir el Servicio Militar
Obligatorio y otras medidas punitivas similares; habría sido acusado de
"diversionismo ideológico", posible agente de la CIA y
contrarrevolucionario.
Lo peor del caso, en lo personal, fue no poder, con un simple clic,
cerrar la información en la pantalla. Evitar el caer —finalmente y de
nuevo— en lo que uno ha tratado de rechazar una y otra vez: recordar con
rencor.

Source: Memoria y rencor - Artículos - Opinión - Cuba Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/memoria-y-rencor-325513

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