Diálogo, reconciliación y democratización
PEDRO CAMPOS | La Habana | 7 Abr 2016 - 4:59 am.
En el año 2012 la revista Espacio Laical otorgó el primer premio de
ensayo a un trabajo titulado "Diálogo, reconciliación y democratización:
caminos paralelos". En todo lo que he escrito después está la impronta
de los conceptos allí vertidos.
Mientras más se aprende sobre los problemas generales y particulares que
dominan los conflictos en las naciones, las regiones y el mundo en
general, más se aprecia que la única salida sensata a todos ellos está
en el diálogo, la reconciliación y la democratización.
Pero no escarmentamos. La soberbia o el desdén por los demás, que es lo
mismo, se imponen muchas veces por el predominio del absurdo de creer
que el individuo puede salvarse y progresar sin ayuda de otros, sin
tener en cuenta a los demás, olvidando que el ser humano es por encima
de todo un ser social, relacionado interdependientemente con los demás y
la naturaleza toda.
Pasado el huracán político que fue la reciente visita del presidente de
EEUU, Barack Obama, los cubanos todos, los que detentan el poder, los
que lo desean para sí, los que lo quieren compartido o para que lo
ejerza el pueblo democráticamente y los que le importa un comino, pero
están sometidos al poder actual y al que venga, los de fuera y los de
dentro, deberíamos recapitular y pensar un poco más, sin soberbia, en el
futuro de todos nosotros como conglomerado social, en nuestra nación con
sus seres humanos, su idiosincrasia, su cultura, su lengua, su tierra y
tradiciones.
Se mantenga o no el bloqueo-embargo, los cubanos deberíamos ya
comprender que nuestro futuro depende esencialmente de la forma en que
seamos capaces de solucionar nuestros problemas y contradicciones
internas. La vida nos enseña que las mejores soluciones para todo y para
todos provienen del diálogo, del encuentro, de la reconciliación, la
cooperación y de tener en cuenta los intereses de todos los involucrados
en un conflicto.
Lo otro es seguir buscando la solución en la derrota, el aplastamiento
del adversario que, de "enemigo", por medio del diálogo puede
convertirse si no en aliado, al menos en un agente neutral o en activo
partícipe en la búsqueda de soluciones a todos convenientes, sin que
nadie tenga que perder su identidad. Es cuestión de aprender a respetar
la diferencia y a aceptar que la democracia no está en aplastar las
minorías sino en respetar sus derechos.
Quizás sea esa la experiencia fundamental que podríamos sacar hasta
ahora del acercamiento entre Cuba y EEUU promovido por Obama y Raúl Castro.
Y aceptando que así sea, es hora de que todos los cubanos acabemos de
comprender que los problemas y conflictos entre nosotros mismos, podrían
comenzar a arreglarse por esa vía.
La simple iniciación formal y públicamente reconocida de un diálogo
entre el gobierno-partido y la oposición y el pensamiento diferente,
sería de hecho el comienzo de un proceso de reconciliación y
democratización que como el aire o el agua, necesita la sociedad cubana
para poder avanzar y encontrar soluciones a todos nuestros problemas en
un espíritu de cooperación y solidaridad nacional. Sería también un
golpe mortal a lo que queda de embargo-bloqueo.
Son muchas las capacidades y recursos dentro de la sociedad cubana y en
su diáspora, que puestos de acuerdo para fines comunes, en medio de una
establecida paz con el vecino del Norte, pudieran provocar un vuelco
positivo y enorme en el desarrollo del país en unos pocos años.
No son los mega-consorcios los que mueven la economía moderna, sino las
pequeñas y medianas empresas con tecnologías de punta. En los propios
EEUU, más del 70 % del empleo es proporcionado por pequeñas y medianas
empresas de capital privado o asociado.
El temor al diálogo solo es muestra de inseguridad. Mientras no seamos
capaces de iniciarlo junto a un proceso de reconciliación,
necesariamente vinculado a la democratización de la sociedad, los
problemas actuales continuarán y hasta se agudizarán, quien sabe hasta
dónde, y Cuba podría terminar en otro ciclo de violencia y desastres.
Pero nadie quiere eso para sus hijos y nietos.
Solo necesitamos voluntad para el diálogo y la reconciliación. ¿Dónde
encontrarla? En nosotros mismos. Quienes la tengamos, vamos a andar.
Source: Diálogo, reconciliación y democratización | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1459891078_21471.html
No comments:
Post a Comment