Vendiendo el sofá otra vez: "Nuestra América" en candela
Centroamérica, Colombia, Cuba, Argentina, Venezuela, y lo que falta
Eugenio Yáñez, Miami | 03/12/2015 10:28 am
Esta semana parece haber fuego en "Nuestra América", ese ente abstracto
que se cita o se ignora de acuerdo a los intereses de cada parte.
Centroamérica sigue complicada y cada vez más tensa, con más de cuatro
mil cubanos varados en Costa Rica gracias a la "defensa de la soberanía
de Nicaragua" que implantó Daniel Ortega hace dos semanas, después de
haber regalado la soberanía y la dignidad a la dictadura cubana y los
hermanos Castro desde mucho antes de 1979. Afortunadamente, el gobierno
democrático de Costa Rica ha sido solidario con nuestros hermanos
cubanos, les ha ayudado en la medida de sus posibilidades, y les ha
garantizado que no serán deportados a Cuba.
En agradecimiento a eso, un par de energúmenos entre los cubanos
varados, en medio de tantas tensiones y ansiedades, no tuvieron mejor
idea, uno de ellos, que robarse una caja de seis botellas de cerveza en
un supermercado, y el otro manejar borracho. Si hicieron eso en medio de
las zozobras e incertidumbres en Costa Rica, ¿qué serían capaces de
hacer en EEUU? No son representativos de ese grupo de cubanos en suelo
tico, pero contribuyen a que se hable mal de todos, en un momento en que
el apoyo a esa causa no es unánime entre los cubanos en EEUU y los
congresistas cubanoamericanos parecen estar de vacaciones. Siempre
defiendo el derecho de nuestros compatriotas a alcanzar el sueño
americano, pero me pregunto si con personajes como los dos mencionados
valdría la pena hacer una excepción y no otorgarles el parole para
ingresar a esta nación.
La vía comienza a cerrarse. Ecuador exige visa a los cubanos para entrar
en el país. Panamá ha detenido el paso de cubanos hacia Costa Rica, y ha
solicitado a Colombia que cierre su frontera a los inmigrantes ilegales
que arriban hasta Puerto Baldía en un viaje surrealista que apunta a la
frontera sur de EEUU.
Sin embargo, el presidente colombiano, que dispone de un ejército que
durante más de medio siglo se enfrentó a una narcoguerrilla terrorista,
clama plañideramente que necesita ayuda internacional para controlar a
los inmigrantes ilegales, entre ellos cubanos, que transitan por su país
hacia Panamá. Por si fuera poco, en un gesto difícil de calificar sin
palabras fuertes, negó la extradición de un narcoguerrillero reclamado
por EEUU, alegando que así hacía un gesto de buena voluntad hacia las
FARC. ¿Cuántos gestos de buena voluntad ha realizado la narcoguerrilla
hacia el Gobierno y la nación colombiana, para sentirse obligado a
regalar tal concesión a los delincuentes?
En La Habana el nerviosismo escandaliza. Van hacia un congreso del
Partido dentro de cuatro meses sin haber siquiera chequeado si se
cumplieron los acuerdos del anterior, o los famosos "Lineamientos", que
hasta ahora no han servido para mucho.
Al no prosperar como esperaba la jugada de presionar al Presidente Obama
con una crisis humanitaria regional, el Gobierno cubano respondió
"revolucionariamente", con prisa y sin pausa, dando marcha atrás y
prohibiendo a los médicos viajar al extranjero por asuntos personales
sin una autorización del ministro. No es la Ley de Ajuste Cubano lo que
quieren que se derogue, sino el programa de paroles a los médicos y
trabajadores de la salud en el exterior, como avisa hace tiempo el
colega Pedro Pablo Arencibia en Baracutey Cubano: porque un cubano de a
pie que emigra ingresa dinero a Cuba por remesas y ayudas a sus
familiares y amigos, pero médicos y trabajadores de la salud son
esclavos de lujo para el régimen, que ingresan sus arcas con decenas de
miles de dólares cada año, y cada vez que uno se les escapa adelgaza los
recursos para continuar desgobernando y facilitando la vida disipada a
la camarilla gobernante y sus familiares.
Con la victoria de Mauricio Macri en Argentina termina más de una década
de gobierno de los Kirchner en Argentina, caracterizada por el
enriquecimiento ilícito de los gobernantes, el apoyo al régimen cubano,
la complicidad con el chavismo y las cuasi-dictaduras del siglo 21, la
corrupción galopante, la falta de transparencia, la impudicia. Habrá que
ver como actúa el nuevo presidente, pero de seguro será difícil que
pueda hacerlo peor que la mandataria saliente. ¿Con cuánta fortuna
personal comenzó Cristina Fernández su presidencia, y con cuánta
termina? Esas estadísticas sí son las importantes, no coeficientes
abstractos ni cálculos esotéricos.
Finalmente, Venezuela. Dos sobrinos de la "primera combatiente", esposa
de Nicolás Maduro, están detenidos en New York, a donde fueron
transportados desde Haití donde, después de haber viajado allí en un
avión pilotado por un alto oficial de la fuerza aérea venezolana,
intentaron venderle 800 kilogramos de cocaína a agentes encubiertos de
la agencia antidrogas de EEUU (DEA). La noticia ha sido ocultada por el
gobierno venezolano, y en Cuba está de más decir que ni se ha dicho nada
ni se dirá, como no sea para acusar al "imperio" por difamación y
maldad. Los malandros están encarcelados a espera de juicio, y ante la
perspectiva de una condena entre diez años y cadena perpetua, o
colaborar con la justicia americana y denunciar a sus cómplices y
patrones en Venezuela, habrá que ver cómo actúan. Tal vez en Caracas
estén pensando, asesorados por La Habana, en detener a un par de
americanos, acusados de cualquier cosa, para canjearlos por los
narcotraficantes presidenciales.
Por si fuera poco, el domingo se celebrarán elecciones parlamentarias en
ese país. Y según todas las encuestas, hasta las del Gobierno, la
victoria de los opositores resultaría aplastante. La única comisión de
observadores permitida por el gobierno es la de sus cómplices de UNASUR,
que la preside un expresidente colombiano imposibilitado de entrar en
Estados Unidos por sus vínculos con el narcotráfico: ¡menudo personaje!
El muy democrático Nicolás Maduro, que acusa de fascista a todo el que
piense diferente, dice que si la oposición ganara habría que lanzarse a
la calle. ¿Para qué? ¿Para desconocer la victoria de la oposición? Eso
mismo le recomendó a los argentinos cuando su compinche Cristina no pudo
imponer al candidato oficialista hace pocos días en las elecciones
presidenciales, y tanto a ella como a Maduro solamente les quedó
patalear y gritar, pero nada más.
Hace pocos años, EEUU enfrentaba una grave crisis económica, mientras el
socialismo del siglo 21 se creía invencible. El castrismo y sus
jenízaros proclamaban que avanzaban hacia un socialismo próspero y
sostenible, que había llegado la hora de los hornos, y cantaban La
Internacional, dando vivas a los Castro y a todos sus secuaces
latinoamericanos y en el mundo entero.
Ahora EEUU va superando la crisis económica, y los socialistas del siglo
21 se debaten entre el fracaso, la frustración y el pataleo.
Y lo único que se les ocurre, como al esposo burlado que encontró a su
mujer con el amante en el sofá de la sala de su casa, es vender el sofá,
para que tal hecho nunca se repita.
Source: Vendiendo el sofá otra vez: "Nuestra América" en candela -
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