Los prejuicios que provocamos
REINALDO ESCOBAR, La Habana | 01/08/2015
Bajo el grito de "Tanganica rompé cabeza con fuerza grande" un serial de
la radio cubana de los años 50 inculcó a mi generación la idea de que
los africanos eran rudos y violentos. Recuerdo vagamente que el
personaje portador de ese sonoro nombre era una variedad de imbatible
gigante con pocas luces.
Desconocía entonces que Tanganica era un lago y que en su orilla
noroccidental se alzaba Bujumbura, el núcleo poblacional más grande de
Burundi, que llegó a ser su capital tras la independencia en 1962. Los
prejuicios de mi infancia se alimentaron años después cuando las luchas
tribales entre hutus y tutsis llenaban de muertos las calles de esa
ciudad en una absurda guerra fratricida.
Pero hace semanas las noticias me confunden.
Me habían hecho creer que esos burundeses era un "pueblo de salvajes" y
de pronto los veo saliendo a la calle en un envidiable gesto de civismo
para protestar por las intenciones del presidente Pierre Nkuruziza de
reelegirse por tercera vez consecutiva (cosa que consiguió en las
controvertidas elecciones del pasado 21 de julio). La oposición logró
unirse aunque se mantuvieron las discrepancias entre participar o no en
las elecciones y en la decisión de ocupar o no los puestos alcanzados en
el parlamento.
Fue la agencia Prensa Latina quien lanzó un despacho informando que el
principal líder opositor Agathon Rwasa ocuparía su puesto en la Asamblea
junto a los 20 miembros de su coalición. Por su parte el líder de otro
grupo opositor Charles Nditije declinó ocupar los 10 asientos que su
organización conquistó en los comicios.
El diario Granma sorprendió a muchos el pasado miércoles con el
siguiente comentario sobre las elecciones en Burundi:
"Siete días después de las presidenciales, la misión de observadores de
Naciones Unidas concluyó que la elección no fue "libre, creíble ni
inclusiva". En su informe preliminar, los veedores aseguraron que la
votación estuvo marcada por la violencia y hubo obstáculos a la libertad
de expresión, de reunión y de asociación. Precisaron además que "la
libertad de prensa sufrió severas restricciones" y que "los medios
públicos no garantizaron una cobertura equilibrada a los candidatos".
Cuál podría ser el "informe preliminar" de una comisión de observadores
de las Naciones Unidas si se le permitiera presenciar un proceso
eleccionario en Cuba? ¿Dirían que fue libre, creíble o inclusivo? ¿Se
atreverían a asegurar que no hubo obstáculos a las libertades de
expresión, de reunión y de asociación? ¿Se darían cuenta de las severas
restricciones de la libertad de prensa y que los medios públicos no
brindaron una cobertura equilibrada a los candidatos?
Pido disculpas a los burundeses. Nosotros hemos descendido a una escala
que está por debajo de esa categoría racista de "pueblo salvaje".
Estamos provocando un prejuicio peor, el de ser un pueblo domesticado.
Source: Los prejuicios que provocamos -
http://www.14ymedio.com/blogs/desde_aqui/prejuicios-provocamos_7_1826287355.html
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