Kerry en La Habana
MARÍA MATIENZO PUERTO | La Habana | 14 Ago 2015 - 6:54 pm.
En la multitud puede distinguirse entre los que han venido por voluntad 
propia y los que asisten porque los mandaron.
Cuando al fin se iza la bandera americana, la gente vitorea. En la 
multitud se puede distinguir entre los que han venido por voluntad 
propia y los que asisten porque los mandaron.
Los primeros preguntan a cualquiera que parezca tener alguna autoridad 
si se puede pasar, si se pueden hacer fotos. Los segundos miran a todos 
con caras de desconfianza, no responden a ningún chiste que se haga  a 
su alrededor y tienen áreas asignadas.
Desde muy temprano un grupo de ancianos y mujeres con shorts y gorras 
contabilizan quiénes pasan con banderas americanas y quiénes no. Un 
grupo de hombres que no pertenece a ninguna televisora filma a quienes 
tiran fotos en la multitud.
Los demás son de la Seguridad, identificados con guayaberas o pulovers a 
rayas, los vecinos, los curiosos y los turistas. Hay gente donde quiera 
que se permite.
Sin importar quién esté a su lado, cuentan historias, se goza la espera 
y de paso se habla de política.
Un desconocido recuerda cómo su padre murió en 2010 y él no pudo ir a 
verlo. "Vamos a ver si ahora mejora la cosa".
"No importa que te vean o que tú veas", dice una señora que ha pasado la 
ceremonia subida en una de las escaleras del lateral de la embajada. "Al 
menos cumpliste con tu obligación moral de estar aquí."
Una vecina abre la puerta de su casa para que los que están parados en 
su escalera, tengan las dos perspectivas. La de los que no pueden ver 
nada y la del televidente.
"Vamos a ver qué pasará ahora con el Monte de las Banderas", dice otra 
espectadora. "Ahora se ve linda, con una sola bandera, pero cuando les 
daba por las negras parecía un barco pirata."
"Lo ideal sería que la gente pudiera ir y venir", a eso aspiran casi 
todos los que están alrededor de la mujer que hizo el comentario, porque 
casi todos asienten como si ella hubiese dicho la frase del día.
Un chistoso empieza a alzar la voz mientras dice: "Cuba sí, yanquis 
¿qué?". Parece que ya ha escuchado el nuevo espectáculo del humorista 
Virulo que tiene como slogan la misma frase.
Y alguien detrás agrega: "Pobre Kerry, ya lo cogió el cubaneo".
"Son las menos cinco", cuenta el tiempo un vecino que apenas se bañó fue 
a ver qué pasaba allí.
Alguien le rectifica: "Pero nadie dijo que sería a las diez. Y si son 
como nosotros, que empezamos hasta las cosas serias 15 minutos tarde, 
aguántate."
Pero a las diez en punto empieza la ceremonia.
Algunos protestan a media voz porque tres ómnibus de Habanatur obstruyen 
la vista desde Calzada.
"¿Quién te mandó, el G2?", solo un hombre que ha estado llamando la 
atención todo el tiempo cuestiona en alta voz.
A lo que uno de los choferes responde: "¿Qué tú crees? ¿Tú crees que yo 
quiero estar aquí?"
"Ay, pero qué malo el audio", comenta alguien que aspiraba a que hubiese 
un altoparlante o una pantalla para trasmitir el acto para los espectadores.
No obstante, estos aplauden apenas cesa el murmullo que les llega.
"¿Y ahora qué, somos americanos?", pregunta una periodista española a un 
señor con uniforme de salud pública.
El hombre casi no sabe qué responder. Por suerte le suena el walkie 
talkie y le anuncian que ya se ha acabado todo.
Source: Kerry en La Habana | Diario de Cuba - 
http://www.diariodecuba.com/cuba/1439571265_16340.html
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