Amistades Peligrosas
[31-07-2015 12:19:02]
Mijail Bonito Lovio
(www.miscelaneasdecuba.net).- El gobierno cubano lo ha dicho claramente:
no hay influencia política que se derive de este acontecimiento. Ésta es
una concesión unilateral del gobierno de los Estados Unidos y Cuba no ha
hecho ninguna concesión.
Ayer fue un día histórico. Se reanudaron, a nivel de embajadas, las
relaciones diplomáticas entre los Estados Unidos y Cuba interrumpidas en
el año 1961. Señalo a nivel de embajadas, porque desde el año 1977 las
relaciones se mantuvieron a través de sendas Secciones de Intereses.
Durante estos años han emigrado más de dos millones y medio de cubanos
-el 70% hacia los Estados Unidos-, lo que representa un 18% de la
población de un país que no supera los 11,2 millones de habitantes.
Solamente en los primeros dos años de gobierno comunista abandonaron
Cuba 274 mil personas, lo que para ese entonces correspondía al 5% de la
población total de la Isla.
Lo de hoy, para muchos, supone un paso de avance, un hecho histórico
explicado en la mirada de la apertura cubana, o en el aplauso permanente
a Obama por devolver a Cuba a un merecido lugar en la comunidad de
naciones y dar término a un "conflicto" en América Latina.
Para el gobierno de La Habana es oxígeno en estado puro, permite que las
remesas a Cuba enviadas por cubanos exiliados, segundo renglón de la
economía nacional, lleguen en mayor medida. Permite que turistas
americanos acudan a salvar la inexistente economía cubana y permite,
sobre todo, mantenerse en el poder con un nuevo salvador, esta vez su
archienemigo.
Para el pueblo cubano, acostumbrado al inmovilismo más absoluto, al
pensar sin decir y al decir sin pensar, le da esperanza de menor miseria
y menos escasez. Se instaló la sensación de que todos los problemas se
han acabado para ellos. Desde el 17 de diciembre del pasado año la
esperanza del pueblo cubano se instala en el gobierno norteamericano, no
en el cubano.
El gobierno cubano lo ha dicho claramente: no hay influencia política
que se derive de este acontecimiento. Ésta es una concesión unilateral
del gobierno de los Estados Unidos y Cuba no ha hecho ninguna concesión.
Esto significa que no habrá una manifestación implícita ni explícita en
sentido de cambios políticos, o siquiera una renovación de la forma en
que el gobierno cubano considera a sus ciudadanos.
No habrá concesiones en cuanto al partido único, no hay variaciones en
cuanto al régimen en términos de libertades ni respeto a los Derechos
Humanos y, a ojos vistas, no habrá un mayor acceso del pueblo cubano a
los bienes y servicios. El inmovilismo continuará, pues es el principal
factor favorecedor del gobierno cubano.
El hecho de que empresas de los Estados Unidos reciban autorizaciones
para invertir en Cuba, específicamente en el Puerto del Mariel, no
significa que los cubanos que allí sean contratados reciban una
remuneración justa. Unos pocos meses antes del 17 de diciembre, y en
plenas conversaciones secretas entre ambos gobiernos, el Estado cubano
dictó leyes que intensificaban la subcontratación del personal cubano
que trabaja en empresas de inversión extranjera. Se trata de un negocio
simple que convierte a la mano de obra cubana en el principal generador
de divisas para la economía. El inversionista extranjero paga al Estado
cubano directamente en divisas libremente convertibles por cada empleado
contratado, y la empresa cubana paga al empleado el mismo monto pero en
pesos cubanos, defraudándolo en el 90% de su paga.
En la zona del Mariel, considerada especial, la estafa es simple. Un
simple ejemplo para entender este punto: Si un ingeniero tiene un sueldo
líquido de USD$ 1.000, la entidad empleadora cobra por su servicio USD$
200 de inmediato y luego paga al ingeniero cubano los USD$ 800 restantes
en pesos cubanos a un cambio establecido de 10 pesos cubanos por dólar,
cuando el valor de cambio de mercado es de 25 pesos. El ingeniero
cubano, sin nadie a quien acudir, recibe 8.000 pesos cubanos en lugar de
recibir 25.000. O sea, el ingeniero cubano recibe solamente el 32% de lo
que el empleador extranjero le ha pagado. Esta es la forma más
beneficiosa de salario al que tiene acceso un cubano en Cuba.
En Chile esto sería inadmisible y la CUT, cuya presidente se reunía
gustosa con Raúl Castro, habría sido intransigente.
Esta es una apertura simbólica y en política los símbolos son
importantes, pero también hay un contenido ético que no debe perderse de
vista. Estados Unidos ha legitimado a la dictadura cubana. Más allá que
expresen diferencias en cuanto a Derechos Humanos y de que éstas sean
manifestadas en cada reunión, es solo un símbolo.
Ayer, más de 60 personas, entre opositores y Damas de Blanco, fueron
detenidas por marchar pacíficamente. Antonio Rodiles, un líder opositor,
sufrió lesiones graves a manos de sus captores hace menos de 15 días.
Eso es una realidad.
¿Dónde queda el pueblo cubano? La relativización del respeto a los
Derechos Humanos es una realidad, y es la realidad que nos temíamos. El
gobierno cubano se siente detentador de una patente de corso. No hay un
solo gobierno latinoamericano que levante la voz en contra de la falta
de democracia y las violaciones constantes a los Derechos Humanos.
Era impensable hace unos pocos años que una dictadura fuera reconocida y
legitimada con el beneplácito de todos.
¿Qué habría pasado si la dictadura chilena hubiera obtenido un
reconocimiento de tal naturaleza por los Estados Unidos en vez de
obtener la Enmienda Kennedy? Incluso el avión que viajaba a Filipinas
tuvo que regresar en pleno vuelo, pues un dictador no era bien recibido.
Otros tiempos.
En cambio, en el Chile de hoy y en el resto de América Latina celebrar a
una dictadura como la cubana es un logro del continente y legitimar
violaciones a los DDHH pasa a ser un logro internacional.
(*) Mijail Bonito es miembro de la Junta Directiva del Foro de
Promoción Demcrática Continental
Source: Amistades Peligrosas - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/55bb4b963a682e0c3c61e8be#.Vby5j26qqko
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