Recrudece la epidemia de dengue, cólera y gripe en Ciudad de La Habana
[31-10-2013]
(www.miscelaneasdecuba.net).- En el habanero barrio de Santos Suárez 
aumentan los casos de dengue en los alrededores del Hospital de Cocos y 
Rabí. Autoridades sanitarias inspeccionan y fumigan casa por casa para 
erradicar al mosquito Aedes Aegyptis, transmisor de esa enfermedad pero 
les ganan la pelea los salideros en las calles.
Al agua estancada o corriente en las calles no la tratan con productos 
para impedir que crie mosquitos y es falso el reporte de la mayoría de 
las fumigaciones de domicilios.
Según vecinos y médicos, frente al Hospital, en la calle Cocos, 
ocurrieron cuatro casos, otros en la calle Rabí a su costado, en sus 
alrededores, y en Cocos entre San Indalecio Y Santa Emilia, hubo dos: 
madre e hija embarazada.
Se habla de una manzana completa por la calle Encarnación donde los 
vecinos contrajeron dengue.
Hace un mes calculaban 50 casos de cólera en el barrio y ahora hay 
muchos casos de gripe, de uno se rumoró es influenza.
En medio de las epidemias disminuye el número de médicos y técnicos por 
los sucesivos envíos de este personal al extranjero.
La actitud popular es más de indiferencia fatalista que de alarma y 
existe resistencia a permitir las inspecciones sanitarias y fumigaciones 
a sus hogares.
Ello se debe a la frecuencia y horas impropias de inspecciones y 
fumigaciones, a que escasea el agua que entra en días alternos y la 
fumigación la contamina en sus vasijas, y a que enferma a los moradores, 
particularmente a los que padecen de problemas respiratorios y de la 
garganta.
Pero sobre todo al temor -fundado- de que los inspectores roben al 
descuido, asalten, exploren para robo posterior, o sean delatores o 
policías disfrazados -pues muchas personas viven de negocios ilegales y 
es práctica policial este disfraz para espiarlos sin orden de registro.
A que los fumigadores, agobiados de trabajo y aspirando química sin 
medios de protección, apremian a los vecinos y prefieren no fumigar y 
firmar el modelo burocrático como que sí fumigaron: "Cuando venga el 
inspector dígale que fumigué", acuerdan con la vecina que se niega a 
fumigar en ese momento porque -por ejemplo- se acaba de despertar, está 
cocinando o se acerca la hora de acostar a los niños.
Los ciudadanos se quejan de que los inspectores pueden plantar larvas 
para imponer una multa o sonsacar un soborno por no imponerla. Es 
frecuente que -contra lo establecido- pretendan entrar dos inspectores 
en lugar de uno.
Muchos ocultan al médico sus estados diarreicos y febriles por miedo al 
ingreso hospitalario -ven con razón como algo terrible una estancia en 
el Hospital- también por obligaciones que los atan a la familia y por 
ahorrarse inspecciones domiciliarias enojosas.
De poco serviría si fumigaran e inspeccionaran con la regularidad 
perfecta, pues los salideros de agua limpia y fétida que recorren varias 
calles, los baches llenos de agua y las rajaduras en paredes y techos de 
edificios, donde se estanca el agua de lluvia, hacen insignificante la 
fumigación doméstica.
El secreto de las autoridades impide comprobar cifras de enfermos, pero 
los vecinos se comunican los casos de los alrededores.
A los médicos les prohibieron sus superiores diagnosticar cólera, 
paludismo e influenza, ingresan a los pacientes en los hospitales 
sobrecargados y expiden certificados mendaces por: "enfermedad 
gastro-intestinal" o "enfermedad respiratoria aguda".
Source: "Recrudece la epidemia de dengue, cólera y gripe en Ciudad de La 
Habana - Misceláneas de Cuba" - 
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/527237963a682e10cce6540c
 
 
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