Wednesday, June 8, 2011 | Por René Gómez Manzano
LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) – El pasado viernes, la opinión
pública cubana, comenzando por quienes nos enfrentamos al actual
régimen, se estremeció al conocer la noticia del inicio de una nueva
huelga de hambre y sed por parte del denodado líder opositor de Santa
Clara, el licenciado Guillermo (Coco) Fariñas Hernández.
En esta ocasión, el motivo de la protesta del fraterno Coco, es el
silencio de las autoridades en torno a la muerte del disidente Juan
Wilfredo Soto García. Tras afirmar en la prensa plana y televisiva que
la desaparición física de este activista villaclareño se debió a causas
naturales, los voceros del régimen no han vuelto a tocar el tema.
Al parecer, han dado por liquidado el incidente. Para nosotros, los
hermanos de ideales de Juan Wilfredo, no puede ser así, pues no
olvidamos las circunstancias de su desaparición física. Tampoco podemos
borrar de la memoria otros crímenes espantosos, como el exterminio
deliberado de decenas de ciudadanos inermes -muchos de ellos niños-
cuando el hundimiento del trasbordador 13 de Marzo.
En el caso específico de Soto García, por supuesto que tenemos que
demandar el esclarecimiento de su muerte, sobrevenida algunas horas
después de recibir una brutal golpiza de manos de la policía en el
céntrico parque Leoncio Vidal, de la ciudad de Santa Clara, tal y como
fue informado de inmediato mediante mensajes de Twitter.
Ante las denuncias formuladas por sus hermanos de causa, las máximas
autoridades del país invirtieron el orden normal de las cosas: en lugar
de realizar una investigación para pronunciarse después en base a lo
esclarecido por medio de ella, lo que hicieron fue anunciar de entrada
las conclusiones sin realizar indagación previa alguna.
La versión oficial, que reconoce el carácter violento de la muerte de
Juan Wilfredo al llamarlo "occiso", no alude a las cámaras de seguridad
instaladas en el parque Vidal, ni ofrece exhibir lo grabado por ellas,
lo que permitiría esclarecer de manera indubitada qué fue lo que
realmente sucedió el día aciago en ese lugar.
Pero ahora la demanda de que se esclarezcan las circunstancias que
rodean la desaparición física de Soto García adquiere una nueva
dimensión, al quedar vinculada esa petición a la protesta pacífica
iniciada el pasado viernes por Fariñas. Frente a las afirmaciones del
régimen, que nos acusa a los opositores de calumniadores, el combativo
psicólogo santaclareño pone su vida en prenda de su veracidad.
Se sabe que no es la primera huelga de hambre y sed del licenciado
Fariñas. La anterior se prolongó por 135 días, y estuvo a punto de
cobrar su preciosa vida, cuando finalmente la suspendió tras el anuncio
de la excarcelación de todos los presos de conciencia, estaba
prácticamente agonizando.
Justamente por esa disposición de Fariñas a llevar sus actos de protesta
hasta las últimas consecuencias, nos preocupa sobremanera el desarrollo
de los futuros acontecimientos. Por lo demás, la petición que él formula
(que se realice una investigación exhaustiva de lo sucedido con Soto) es
justa y razonable.
Es necesario que la opinión pública dirija su atención hacia esta nueva
huelga de Fariñas. Esperemos, en consecuencia, que la prensa cubra
ampliamente esta protesta que él acaba de comenzar, máxime cuando no es
sólo su vida la que corre peligro; al igual que en la ocasión anterior,
el profesor Félix Antonio Bonne Carcassés ha ratificado su disposición a
continuar el desafío cívico si Fariñas cae. Quizás otro siga a Bonne.
Estos patriotas admirables que, como Fariñas, ponen sus cuerpos y sus
vidas mismas como garantía de la pureza de sus ideales, merecen la
atención general. Todos los hombres y mujeres de buena voluntad deben
demandar al gobierno castrista que satisfaga la justa demanda del bravo
huelguista.
http://www.cubanet.org/articulos/una-huelga-y-un-reclamo-justos/
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