#TWITTHAB: una convocatoria de la Cuba digital
Orlando Luis Pardo
La Habana 28-06-2011 - 7:30 am.
El encuentro de twitteros a celebrarse el próximo viernes, fuertemente 
controlado por el oficialismo.
Después de las lapidaciones mediáticas del serial televisivo Las Razones 
de Cuba, con agentes secretos de tramoya y cámaras ocultas manipuladas 
para causar pánico en las masas, más una gira propagandística para los 
protagónicos y el copyright del Ministro del Interior en sus diplomitas; 
después de un bombardeo nada virtual a La Habana, invocado no por la 
ciudadanía crítica sino en un editorial del Granma; después de sufragar 
una blogosfera oficialista con cuentas de internet y computadoras 
convoyadas al plan de trabajo de dar "contracandela" a los blogueros no 
institucionales; después de trabajar durante años con fantoches 
fascistoides incapaces de defender con nombre propio a la Revolución 
(incluidas conferencias a puertas cerradas con la élite militar); 
después de tanto escarnio y tanta esterilidad, ante la inminencia de un 
cable de fibra óptica que se supone abra la Isla al mundo y el mundo a 
la Isla, y ya con tecnología miniaturizada a la mano en "tarequitos" 
tipo B-GAN, Iphone o un simple teléfono móvil Made in China; después de 
la paranoia política de esta misma enumeración, por fin ha llegado la 
hora de ensayar profilácticamente en las calles el poder de convocatoria 
de la Cuba digital.
Y ese experimento, sea espontáneo o inducido a parecer como tal, se 
llama adorable, casi adolescentemente: #TwittHab.
Bastó un grupo de Facebook, un blog, un "Twicororo" como bandera y, por 
supuesto, una etiqueta en Twitter que aspiró a convertirse en líder de 
los trending topics cubanos. Fue como un tsunami y, como tal, su belleza 
natural duró solo unas horas. Después del choque con la praxis despótica 
de la internet insular, detectado el fenómeno por los intrigantes e 
interrogadores de siempre, sobrevino un efecto de tabula rasa que no ha 
dejado títere con cabeza en las redes sociales cubanas. El resultado fue 
que se reprodujo en la red, como una metástasis por resolución, el 
sistema de castas que penaliza cualquier disenso discursivo en Cuba. Y 
descubrimos entonces que la www era, también, solo para los 
revolucionarios: world wide left.
Resumiendo: se suponía que el próximo viernes primero de julio, a las 4 
de la tarde, en la céntrica pizzería habanera Cinecittá (esquina de 23 y 
12, donde en 1961 Fidel Castro declaró el carácter socialista y 
democrático de su Revolución), sería por primera vez posible en el país 
"salir de detrás de la @" y mirarse cara a cara entre cubanos, sin 
complejos que no pudieran paliarse de momento mediante una lasaña barata 
o una cerveza en CUCs, en un clima jovial de no confrontación que no 
implicaba aceptación ni siquiera entendimiento, pero que sí aseguraría 
una tregua inicial hacia futuros espacios donde la polémica entre 
ciudadanos, más allá de cargos y credos, reforestase la actual sordera 
entre enemigos que amenaza con disolver a nuestro ideal de nacionalidad. 
Se suponía que...
Pero los últimos días han desatado una avalancha de escarnios y 
advertencias por parte de los twitteros más radicales, que no son 
desmentidas y, en el peor de los casos, son suscritas por algunos de los 
menos conocidos organizadores del #TwittHab (jóvenes aún sin peso 
intelectual, en su mayoría).
En 140 caracteres se condensó una mímesis del lenguaje zoológico con que 
los líderes en Cuba se han mofado históricamente de la oposición, 
mostrando de paso su ignorancia ecológica a nivel de biosfera. Para no 
variar, se atizó a una conga universitaria para nada twittera, 
reminiscente de la que otro viernes, el 20 de noviembre de 2009, repudió 
al periodista Reinaldo Escobar y sus colegas en la no lejana esquina de 
23 y G.
Hoy ya se habla menos de Twitter que de la SINA en #TwittHab. Menos del 
derecho vigente de asistir que nos une, que de los dólares injerencistas 
que supuestamente nos amenazan. Menos de libertad civil que de 
disciplina uniformada, en términos tan arcaicos como "trabajo 
voluntario" (ante los voceros del Estado totalitario, todo chiste 
debiera ser tomado totalmente al pie de la letra). Menos de @m@r al 
prójimo que de $ervili$mo al amo.
Como cumpliendo una orden que deja sin efecto los problemas del 
transporte interprovincial, comenzaron a sumarse periodistas y 
estudiantes de línea dura del interior del país y, finalmente, se amplió 
la convocatoria a esas zonas de menos conectividad (y en consecuencia 
menos contestatarias) que la capital. De colofón, se anunció la 
tradicional Noche de los Libros para esa fecha y lugar: familias que 
ríen con niños como metáfora anquilosada de nuestro kitsch social. De 
aquí al viernes "#1J" señalado, no sería de extrañar que el primero de 
julio se decretara, por excepción, como un día feriado.
A lo largo de esta semana, podría sobrevenir la presión física, no solo 
sobre los organizadores más osados del #TwittHab original (menos 
entusiastas ahora tras semejante manipulación), sino también sobre los 
twitteros independientes, muchos de los cuales ya han anunciado su 
presencia no beligerante en un escenario al que aún se sienten invitados 
por una convocatoria en principio inclusiva.
La lección anticipada a lo que ocurra en la esquina habanera de 23 y 12 
es descorazonadora en términos de política cultural: el impuesto a pagar 
para desbaratar la barrera de la intolerancia en Cuba será intolerable 
(y artificialmente) alto. Y los culpables son oficiales y funcionarios 
sin cara, pero capaces de una citación oficial, lo mismo a quienes están 
dentro que fuera del establishment. Les aterra que no actuemos 
aterrorizados.
De ahí la apatía y el inmovilismo en medio del cual #TwittHab significó 
una legítima ilusión. De ahí la importancia de que los medios de 
difusión masiva no ninguneen a este fenómeno que, como cualquier otra 
energía cinética en la isla de las inercias, pudo significar una 
bocanada de aire fresco en una atmósfera viciada a falta de la verdad, 
pero que igual podría ser implementado para ridiculizar en público a las 
nuevas voces que, tanto fuera como dentro del establishment, ya están 
coqueteando con una patria menos disciplinaria. Les aterroriza que actuemos.
http://www.ddcuba.com/cuba/5521-twitthab-una-convocatoria-de-la-cuba-digital
 
 
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