Miércoles 05 de Mayo de 2010 08:29 Michel Suárez, Madrid
¿Puede un país con las características de Cuba —no sólo económicas, sino
también geográficas y climáticas— superar a naciones del primer mundo en
el índice de mortalidad infantil?
La pregunta es directa, sin dobles intenciones, dejando por sentado que
ojalá fueran ciertos los milagrosos datos ofrecidos por La Habana. Según
el diario oficial Granma, Cuba alcanzó en 2009 una mortalidad infantil
del 4,8%, por encima de países como Estados Unidos y Canadá.
DIARIO DE CUBA ha acudido a expertos de dentro y fuera de la Isla para
evaluar la situación al respecto.
Roberto Álvarez, médico radicado en España desde hace tres meses,
considera que "es cierto que la mortalidad infantil es baja", pero no se
pueden verificar los cálculos de forma independiente.
"El fraude estadístico se comete en las direcciones provinciales de
Salud Pública, de común acuerdo con los hospitales y bajo el auspicio de
la Dirección Nacional de Estadísticas del Ministerio de Salud Pública
(MINSAP)", afirma.
Su versión la corrobora el ginecólogo Ángel Jiménez, presidente del
independiente Colegio Médico Oriental, con sede en Santiago de Cuba,
para quien la manera en que se informa una muerte "es manejable por la
dirección del hospital".
"Lo mismo pueden decir que ha sido un aborto, como que ha nacido muerto
(muerte fetal). En los municipios alejados de las ciudades, se hace con
las cifras lo que el hospital estime conveniente", asegura Jiménez, que
trabaja con la disidencia desde 2003, cuando fue expulsado del sector.
Divulgar la existencia de una epidemia de dengue lo llevó a tres
cárceles diferentes.
Malabares y tecnicismos
En un mapa publicado por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), que
muestra los municipios con "mortalidad infantil cero" en 2009, no
aparece ni una sola capital de provincia. Territorios aislados y
extremadamente empobrecidos —Imías, Manuel Tames, Yateras, La Sierpe,
Sierra de Cubitas— son los de "mejores resultados".
Álvarez dice que esto responde a un "tecnicismo geográfico", ya que en
los municipios más aislados se ingresa a las embarazadas antes que en
las ciudades, como "medida preventiva".
El doctor Jiménez atribuye la "estafa estadística" a que los médicos o
dirigentes "defienden lo suyo, para no perder el puesto, y son capaces
de hacer muchas cosas". ¿Eso disminuye la responsabilidad del gobierno?,
pregunta este periódico. "Saque usted sus propias conclusiones", dice.
"Hemos convivido mucho tiempo con la mentira".
Según el doctor Álvarez, los "trucos" para falsear las estadísticas
suelen ser muchos y dependen de varios factores, entre ellos técnicos y
cronológicos.
"Por ejemplo, las muertes ocurridas a finales de diciembre, que siempre
ponen en peligro la cifra anual, se 'ajustan' a enero del año siguiente,
de forma arbitraria. Otro indicador del que no se habla —por su
deterioro progresivo en algunas regiones del país— es el índice de
mortalidad materna", argumenta.
"Hay niños que nacen prematuros, o luego contraen infecciones, diarreas
o meningitis, que se informan estadísticamente como muertos antes de
nacer", admite otra fuente médica del interior de la Isla, que prefiere
el anonimato.
La Organización Mundial de la Salud otorga mayor relevancia al índice de
fallecidos por cada mil nacidos vivos.
Según analistas consultados, el dato verdadero de mortalidad infantil
debe estar cerca de los 8 por cada mil nacidos vivos, que sería "una
cifra excelente".
"El clima tropical afecta en cierta medida tanto a la madre como al
recién nacido. Las enfermedades respiratorias y alérgicas son las
fundamentales, además de las diarreicas", asegura un médico que prefiere
hablar bajo anonimato.
Sin embargo, agrega, "el bajo peso al nacer es el principal riesgo" en
la Isla.
"El sistema nacional de salud sigue siendo uno de los mejores de
Latinoamérica, pero es excesivamente caro y no es gratuito. Se alimenta
de los impuestos más altos que se puedan aplicar en una nación
subdesarrollada, con un salario medio de entre 12 y 15 dólares. Esto es
lo que percibe el ciudadano cubano, una vez que paga por esa salud y esa
educación en teoría gratuitas", reflexiona el galeno.
Los principales problemas de la sanidad cubana son la carencia de
recursos materiales y humanos, coinciden los expertos consultados. Esto
se agrava por el ruinoso estado económico del país y por la exportación
masiva de personal sanitario; aunque, según UNICEF, la situación general
es otra.
De acuerdo con José Juan Ortiz Brú, representante de la organización en
la Isla, la "amplitud y calidad de los servicios de los hospitales
acogedores para el niño y la madre de Cuba figuran entre los más
elevados del mundo".
"Creo que Cuba es uno de los países donde la Convención sobre los
Derechos del Niño tiene mayor vigencia, lo que significa que se han
instaurado muchas políticas públicas que garantizan el desarrollo de los
niños", añadió en declaraciones a EFE.
La médica Inquisición
Los facultativos consultados tienen una opinión diferente sobre la
organización y los resultados del sistema sanitario.
"El Estado sólo se limita a crear mecanismos administrativos de sanción
y vigilancia a los ginecólogos, neonatólogos, médicos de familia y
enfermeras, a través de un programa bastante parecido a la Santa
Inquisición, que se llama PAMI (programa de atención materno infantil)",
apunta Roberto Álvarez.
Según testimonios recogidos por DIARIO DE CUBA entre médicos, enfermeras
y funcionarios de Salud Pública, detrás de cada caso de mortalidad
infantil se produce una investigación en la que se sabe de antemano que
"el culpable será un médico".
En los "tribunales" instalados no cuentan agravantes (para la muerte del
niño) como la falta de recursos, la malnutrición y las pésimas
condiciones de vida de la madre o la falta de ambulancias; aunque el
fallecimiento se haya producido a causa de un germen agresivo detectado
en el salón de partos y para el cual mucha veces no hay antibióticos.
Son los denominados "Comités de Fallecidos", en los que se analizan las
causas y donde el culpable será siempre el médico, confirma otra fuente
interna.
Álvarez, que vio el problema de cerca, dice que las autoridades se
aseguran de que "la investigación sea lenta y pública, para aumentar el
estrés de los médicos, y, de paso, servir de escarmiento preventivo al
resto".
Considera que todo consiste en un "eficiente mecanismo represivo" sobre
el personal de salud vinculado a la atención materno-infantil, mediante
el cual se dictan "sanciones inapelables" para "compensar la
ineficiencia de la gestión sanitaria del MINSAP".
Sus tesis coinciden con las de otros: los "éxitos" en la atención
materno-infantil no son obra de la utilización de medicamentos de última
generación, ni de técnicas quirúrgicas avanzadas, sino de la labor "casi
esclava" de los médicos.
"En el policlínico de Dos Ríos (Palma Soriano), los dirigentes del PAMI
quisieron sancionarme porque, según ellos, yo era el responsable de los
recién nacidos con bajo peso", señala Ivo Malberty, obstetra y
ginecólogo. Por tales razones, hasta un año después no le permitieron
ocupar una plaza en la ciudad donde vivía.
El médico, que ahora radica en Barcelona (España), dice que "todo el
mundo conoce el hambre que se pasa en las zonas que se dedican al
cultivo de la caña".
Sin embargo, le querían "responsabilizar del bajo peso al nacer, cuando
el culpable del hambre que pasa la población es el gobierno", afirma.
Indicadores históricos
En el año 1958, la mortalidad infantil en Cuba era de 32 por cada mil
nacidos vivos. Era el índice más bajo de América Latina, España,
Portugal, Grecia, Italia y Austria, según el ensayo La sanidad y sus
contradicciones. Mito y realidad, de Antonio Guedes Sánchez, médico
exiliado en España.
A los ojos de hoy, es una cifra altísima. Pero, ¿qué significa en su
contexto temporal?
"De ello podemos sacar las siguientes lecciones: 1) la dictadura ha
estado silenciando la situación sanitaria de Cuba anterior a 1959; 2)
los éxitos y logros sanitarios cubanos no son recientes y el país tenía
en 1959 una base de desarrollo importante, y 3) el régimen, para mostrar
los 'logros', ha sacrificado a todo un pueblo negándole la libertad,
destruyendo su riqueza, paralizando su iniciativa y dañando sus
valores", dice Guedes a DIARIO DE CUBA.
Repara en que otras naciones del mundo, como Costa Rica y España, "sin
pagar el alto precio de los cubanos", hoy se goza de una sanidad y
calidad de vida "superior" a la de la Isla.
"Es vergonzoso que haya maquillaje estadístico en un tema tan sensible
como la mortalidad infantil; pero así es todo en este país: emulaciones
políticas, más plátanos en el noticiero de televisión que en los
mercados y todo tipo de embustes, que, si se descubren, siempre pagan
los de abajo", aseguran las fuentes consultadas.
En el futuro, es evidente que Cuba necesitará un largo período de
desintoxicación para entender que la realidad importa más que el dato."
http://www.diariodecuba.net/cuba/81-cuba/1474-un-timo-mundial.html
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