Cosas y casos de Cuba El Gobierno de la dictadura cubana, o sea Castro y sus mariachis sandungueros, está muy contento porque resulta que 1.541 personas centenarias viven en Cuba, 53 más que en el 2008; encabezadas por doña Juana Candelaria que la niña disfruta de 125 años de nada. Todo esto según información del único diario del país, el oficial Granma. Lo cual es un gran triunfo de la revolución del Coma Andante Fidel. –¡Socialismo o muerte! ¡Viva la dictadura socialista! ¡Abajo la democracia capitalista! ¡Hay Fanta y Coca Cola, oiga! –¡Guardias,detengan a ese contrarrevolucionario! ¿Porqué, mi Coma Andante? –Porque ha osado pronunciar dos nombres de bebidas capitalistas infectas. Venga, al psiquiátrico con él. El Granma dice además que tal cifra total refleja "un centenario por cada 7.296 cubanos" y "uno por cada 1.269 adultos mayores (más de 60 años)". Chiquito un control que tiene el Fidel sobre la tercera edad de allí. Y esto es porque, según ha reconocido el Raúl Castro, en Cuba sobran un millón de funcionarios. O sea como en la España de Zapatero. Y a un millón de personas que no hacen nada o casi nada, se las puede poner perfectamente a contar lo que sea. Creo que en Cuba tienen contados hasta los granos de arena de las playas; pero es por si viene algún turista capitalista yanqui y se lleva un puñado. Lo que pasa es que el Fidel no debería estar tan contento por esto, porque según ha revelado la comunidad científica hace poco, el secreto de la longevidad radica en pasar hambre. Y los pobres cubanos en eso son especialistas. Más que nada porque no les queda más remedio. A los del aparato socialista sí que les quedan otros remedios, que bien gordos que están todos/as. Y ahora más, desde que Evo Morales les está mandando pollos de corral para que no se vuelvan maricones los de la nomenclatura comunista cubana. ¡Faltaría más! Debido a esto de pasar hambre los cubanos puede que sean el pueblo más longevo delmundo; pero después pasan cosas como la que ha traído la prensa estos días: "Una joven noruega afirma haber sido mordida por la cónsul de Cuba en Oslo". ¡Ños, qué cosas! Y esto es ni más ni menos que por la cosa del hambre ancestral inherente a la Cuba socialista. La joven mordida, que es noruego-cubana y se llama Alexandra Jones, estaba en una manifestación ante la embajada cubana en Oslo; para reclamar la democratización de la Isla. Y en esto que vino la cónsul –la "cónsula" diría Bibiana Aído–, y según Alexandra: "Se plantó delante de mí. No le dije nada. Pero ella comenzó a insultarme... Me tomó fotos y le pedí que no lo hiciera. Puse la mano delante de la cámara y, entonces, me mordió". Y ya está. Lo más razonable, claro. Se supone que los cónsules deben ser exquisitos y diplomáticos; pero la cónsula cubana en Oslo debe ser que se saltó las clases de diplomacia en la escuela socialista correspondiente. Y entonces va e insulta y muerde a una manifestante, "manifestanta" que diría la Bibiana. ¡Le pegó tal chascada la cónsul a la pobre Alexandra, que casi le arranca el cacho! (Perdón, que me ha salido un canarismo y se los explico: Chascada significa mordisco; pero un mordisco desconsiderado. O sea: "De dos chascadas se mandó el bocadillo, y eso que era una telera". Telera en la acepción de: "Pan bazo grande y de forma ovalada que suelen comer los trabajadores"; y no la de: "Mecanismo auxiliar empleado en las hilaturas para transportar automáticamente, en una cinta sin fin, las fibras entre dos puntos de trabajo", que es como más común. Pero claro está, en el taller textil no le vas a decir al compañero: "Alcánzame el mecanismo auxiliar empleado en las hilaturas para transportar automáticamente, en una cinta sin fin, las fibras entre dos puntos de trabajo". Porque en tal caso su compañero lo mandará a un sitio feo. Vamos, yo lo haría; pero comprendan que soy muy primitivo y esto y lo otro. ¿Estamos, queridos niños…? Bueno, pues que no se los tenga que volver a repetir). En realidad la cónsul resulta ser la señora esposa del cónsul. Pero eso no le quita gravedad al asunto. Hemos entrevistado de urgencia al señor cónsul, y no nos ha dicho: –Lo siento de veras. De verdad que sí. La tenía amarrada y todo. Amarrada y con el bozal puesto. Pero no sé cómo se me pudo escapar… –¡Grrr,grrr…! ¡Guau, guau! ¡Grrr…! –¡Cállate un momento, querida, que estoy atendiendo a unos señores! ¡Sit, sit…! ¡Te sientes, coño! http://www.loquepasaentenerife.com/blog/japadron/26-05-2010/cosasycasosdecuba
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