El equívoco de la revolución
By PEDRO CAVIEDES
Recuerda Mario Vargas Llosa en un ensayo titulado ``La otra cara del
paraíso'' que George Orwell, en su ensayo sobre Gandhi, comentaba que si
éste en lugar de luchar contra el imperio británico, que tenía que
respetar sus propias reglas democráticas, hubiese luchado contra un
Stalin o un Hitler, quizá no habría logrado sus propósitos. Recordando a
Orlando Zapata Tamayo, no puedo hacer otra cosa que darle la razón. Ante
un Fidel Castro, Gandhi habría muerto de inanición. Como también ante un
Alfonso Cano o un Mono Jojoy, que comercian con las vidas de los
colombianos hace décadas.
Hugo Chávez dice que con Juan Manuel Santos no habrá paz con Colombia. Y
tiene razón, con ningún presidente de Colombia, mientras Chávez esté en
el poder, habrá paz. Si llega al Palacio de Nariño un súbdito suyo, o un
amigo suyo, o un simpatizante suyo, como los hay en Bolivia, Ecuador,
Argentina y Nicaragua, la paz será un imposible, como ya lo es en
Venezuela, donde en Caracas las cifras de muertos aumentan cada fin de
semana y ya casi nadie que esté en contra del gobierno puede hablar sin
ser asesinado o llevado a la cárcel o linchado, como sucede hace
cincuenta años en Cuba y se extiende como la plaga por las otras
naciones que gobiernan sus ``amigos''. Y si no llega uno de los suyos, y
el que llega es un Juan Manuel Santos, por ejemplo, tampoco la habrá,
pero esa no será tan grave, porque no la habrá en su boca irrefrenable o
en sus bloqueos económicos ilegales, como no la ha habido en los años de
Uribe, pero Colombia seguirá derrotando a los violentos y alcanzando su
paz. Y esa, señor Chávez, señor Correa, señor alas de pollo Evo Morales,
señora riqueza multiplicada Fernández de Kirchner, es la paz que nos
importa.
Según la Real Academia de la Lengua Española, revolución significa
acción de revolver o revolverse. O en mecánica, giro o vuelta que da una
pieza sobre su eje. Pero quizá el lenguaje popular nos proporcione la
mejor definición cuando expresa, creyendo que está enunciando que
alguien cambió, que dio un giro de 360 grados. ¡Volvió al punto de
partida! El ser humano ha logrado los grandes avances de la ciencia, la
cultura y la política, no gracias precisamente a las revoluciones.
Gracias a la evolución, que significa acción y efecto de evolucionar.
Gracias a las revoluciones se ha dado cuenta de que se ha equivocado.
El programa de gobierno de Juan Manuel Santos trata de la evolución de
la política que mejor ha servido a los colombianos en cincuenta años: la
seguridad democrática. Que evolucionaría a la prosperidad democrática.
Obama, en su discurso de aceptación del Premio Nobel de la Paz, comentó
que hay personas con las que simplemente no se puede dialogar, personas
y grupos que hay que enfrentar con las armas, para poder lograr la paz.
No creo que ninguno de los amantes de la idea del despeje en Colombia a
pesar de todos los chascos, difiera del pensamiento de Obama, o piense
diferente de Obama, cuando el que tienen al frente es un Osama Bin Laden
o, en su momento, cuando tuvieron enfrente a Hitler. Gracias a Dios por
Winston Churchill.
hora resulta que el presidente que nos devolvió la tranquilidad a los
colombianos puede quedar a merced de un candidato que dice que lo
¡extraditaría!, aunque después duda y se corrige. Como también duda y se
corrige cuando dice que no, que no admira a Chávez, que se equivocó, que
sólo lo respeta. O como ni duda ni se corrige pero responde que es
``improbable'' que en su gobierno haya despejes de territorio nacional
para diálogos con el terrorismo organizado; ``improbable'', es decir, ni
sí, ni no, sólo quizá, aunque lo más seguro es que no. Para Santos está
claro: despeje, No. Extradición de Uribe: sobre su cadáver.
Yo recuerdo que hace doce años el gobierno de la época, por petición de
la mayoría de los colombianos, concedió un espacio desmesurado de su
territorio para unos diálogos que las FARC utilizaron para armarse,
engañar a Colombia, secuestrar y matar más. Y por eso elegimos a Uribe.
Amigos y amantes de la palabra revolución, esta también es la palabra
preferida de los terroristas. Y con los terroristas no valen los pañitos
de agua tibia ni las parábolas ni las dudas. Porque en la duda nos
destruyen.
Escritor colombiano.
http://www.elnuevoherald.com/2010/05/15/719374/pedro-caviedes-el-equivoco-de.html
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