19-05-2010.
José Vilasuso
(www.miscelaneasdecuba.net).- Los enemigos salen solos; si los buscamos
se multiplicarán.
El coronel Hugo Chávez Frías ha lanzado otra de sus ocurrencias más
originales con el fin de demostrar la popularidad y apoyo masivo de que
goza entre los venezolanos. Siguiendo la campaña publicitaria en TV ya
conocida como Aló Presidente. Ahora acaba de inaugurar otro espacio en
la red, @chávezcandanga.
El coronel aseguró que su nueva cuenta en TWITTER superaría la gran
audiencia asidua a otros canales principalmente oposicionistas, como
Globovisión. @Chávez candanga ofrece al usuario la oportunidad única de
comunicarse de manera directa con su destinatario, es decir se trata de
un tu a tu que abre puertas insospechadas al diálogo. Y en efecto no se
equivocó. Una vez más las cosas han salido conforme a las previsiones
del querido adalid de la revolución bolivariana.
El espacio @Chávez candanga en pocos días ha sobrepasado los cálculos de
audiencia más optimistas alcanzados por Globovisión. Hasta aquí todo a
pedir de boca.
Sin embargo, encontramos ciertas particularidades de los correos que
revelan inquietudes no previstas por el oficialismo venezolano. Resulta
que dicha iniciativa contradecía la política de censura que,
paulatinamente, se viene aplicando a la opinión pública en otros medios,
tv, radio…
A diferencia del esperado contenido revolucionario y de apoyo a sus
medidas ejecutivas, los correos llegan continuamente y por montones
presentando quejas, discrepancias, recomendaciones, interrogantes,
propuestas, críticas, sugerencias, peticiones y similares referidos a
problemas cotidianos, y sencillos: como vivienda, seguridad, pensiones,
inflación, delincuencia, abastecimientos, desempleo, drogas, servicios
públicos, hospitalarios, etc, todo aquello que la censura impide dar a
la luz pública. En otras palabras, comprobamos que el discurso
tercermundista sólo aplica a quienes le conceden un sitial desgajado de
la realidad cara al ciudadano de a pie.
Pues en Twitter quien está hablando, directamente, al gran censor
bolivariano es ese sufrido ciudadano que carga los platos rotos.
En buen romance una vez más el tiro ha salido por la culata. Tantas son
las demandas enviadas con regularidad imparable que, el locuaz
gobernante se ha visto obligado a la contratación de 200 funcionarios
encargados de recibir, anotar y atender la marea inclasificable de
comunicaciones a la espera de respuesta.
No me hago ilusiones en cuanto a los resultados tangibles de esta
estrategia. Sólo el tiempo dará el veredicto final.
A todo pesar, he ahí otra prueba de cuán lejos se hayan los líderes
populistas y sus aliados de la tarea nada fácil consistente en conducir
naciones. Que no es poco. Eso que llamamos gobernar, es oficio de alta
responsabilidad, inteligencia, riesgos excesivos e imprevistos. Las
riendas del poder no se sostienen con largos discursos, promesas
idílicas o gastadas teorías. Mucho menos dilapidando la hacienda
pública, o buscando camorra con cualquiera si poderoso mejor, para
figurar cual especie de Robin Hood actualizado a la conquista de adeptos.
No ansiamos un personaje bien armado retando a duelo a terceros
catalogados como los malos de la película. Rambo no pasa de una ficción.
Los pueblos que se tragan tales figuraciones cual héroes nacionales son
pueblos de poca estima. Verdad como templo de Juno. Primero se toman las
medidas correctas y el tiempo dirá tanto de sus resultados como del
apoyo logrado. No se trata de otro juego en ruleta para acumular poder;
sino de servir a las necesidades colectivas.
El gobernante no es artista de cine o payaso de circo que dice lo que
calcula agradable a la concurrencia. Ni se gobierna para beneficio de un
partido o clase social en particular, sino para la nación. Lograr
aplausos o chiflidos son gajes del oficio, y hay que cultivar coraje y
aplicarse buen pragmatismo para aprender de ellos.
En el arte de dirigir multitudes desde Moisés, Julio César o Maquiavelo
lo que debe prevalecer es tallar, ceder, negociar, escuchar, competir
con recursos válidos por una parte; por la otra aprovechar las
cualidades y virtudes de los hombres; su talento, la experiencia
siempre, sacar números del presupuesto, y reconocer errores propios y
ajenos.
La envidia se debe esconder en baúl oculto y bien cerrado. Todo un
crisol ilimitado de humana sabiduría y mejor balanceada que conducen a
sortear las dificultades. No hay que pelearse con nadie, y debemos
entendernos con todos; los enemigos salen solos, si los buscamos se
multiplican.
La gran batalla cívico política de América Latina hoy se cifra en la
aplicación de principios como los sucintamente expuestos, de los cuales
Chávez y sus admiradores deberían servirse luego de recibir las
andanadas de correos electrónicos que le están poniendo las peras al
cuarto. En resumen para gobernar adecuadamente, es preferible escuchar
un ama de casa, antes que cualquier celebrado caudillo uniformado."
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=27856
No comments:
Post a Comment