¿Qué hay detrás de los lazos entre China y Cuba?
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Por TOM LASSETER / McClatchy
PEKIN
La respuesta a la pregunta de por qué la tercera potencia económica del
mundo invierte cientos de millones de dólares en Cuba, una isla
empobrecida con escasos recursos naturales y un historial de conocidas
trabas a la operación de los inversionistas extranjeros, es simple: la
tercera potencia económica mundial es China.
Varios acuerdos firmados entre Pekín y La Habana responden en parte a la
expansión económica china por todo el mundo --el comercio entre China y
América Latina creció de $10,000 millones en el 2000 a $140,000 millones
en el 2008-- pero existe además un matizado vínculo político entre ambos
que parece ir más allá del dinero.
El fortalecimiento de esta relación sugiere que la influencia financiera
de China la ha colocado en una posición de cultivar algo así como
estados clientes, por lo menos en el caso de Cuba, entre países pequeños
que reciben cantidades relativamente grandes de fondos chinos y, a
cambio, siguen sus instrucciones en las polémicas posiciones de Pekín
hacia el Tíbet y Taiwán.
Cuando una delegación legislativa china viajó a La Habana a principios
de este mes, además de los $600 millones en ayuda y préstamos --cifra
reportada por la Agence France Presse y que autoridades chinas se
negaron a confirmar--, llevaron promesas de modernizar el sistema de
señales de tránsito y enviar técnicos a una planta para enlatar
vegetales en Cuba.
Desde su ascenso a la presidencia de China, Hu Jintao ha visitado Cuba
más veces (dos) que a ningún otro país latinoamericano, entre ellos
Brasil y Venezuela, ricos en petróleo y soya. Es una relación muy
cercana, teniendo en cuenta que se trata de un país que no ha tenido una
importancia estratégica significativa desde el fin de la Guerra Fría.
"Somos viejos amigos'', dijo Wang Youming, analista del Instituto de
Estudios Internacionales de China, una casa de estudios de relaciones
internacionales. Wang se refirió no sólo a que China y Cuba estén entre
los últimos países comunistas del mundo, sino también a lo que Pekín
considera un importante apoyo público de Fidel Castro y su hermano Raúl
sobre Taiwán y el Tíbet.
Con frecuencia se menciona que el comercio entre ambos países sobrepasa
los $2,500 millones, pero eso no es nada para un país del poderío de
China. "Los beneficios políticos son los más importantes'', dijo Wang.
"Cuba ha brindado un apoyo uniforme a las posiciones internacionales de
China, en especial en el caso de Taiwán''.
China reclama el Tíbet y Taiwán como parte de sus territorio y ha
enfrentado el apoyo internacional ante lo que califica de movimientos
separatistas en ambos lugares. Funcionarios cubanos han afirmado
repetidas veces que comparten la opinión de China.
El gobierno chino "considera que el tema de el Tíbet y Taiwán (...) es
de la más alta importancia estratégica'', dijo Daniel Erikson, experto
en América Latina de Diálogo Interamericano, un centro investigativo no
partidista. "El hecho que Cuba está siempre de su parte es esencial para
China''.
No cabe duda que también hay consideraciones financieras --China es en
este momento el segundo socio comercial de Cuba y se espera que a medida
que La Habana abra sus mercados las compañías chinas tendrán una
participación importante en sectores clave como la telefonía móvil y los
bienes de consumo. China acordó invertir $500 millones en el sector
cubano del níquel, un componente clave del acero necesario para el auge
de la construcción en el gigante asiático.
Cuba brinda además a Pekín una posición estratégica en el Caribe y una
fuente de asesoría informada sobre un vecindario latinoamericano en que
algunos gobiernos han girado hacia la izquierda en los últimos años.
A pesar de lo mucho que China ha avanzado en Cuba, no llevará las cosas
demasiado lejos para no poner en peligro sus vínculos económicos, mucho
más lucrativos, con Estados Unidos, según observadores en ambos países.
Esto refleja la posición de China en lugares como Venezuela, donde el
presidente Hugo Chávez critica acerbamente a Washington con frecuencia.
"Ellos tratarán de conseguir tantas ventajas económicas y políticas como
puedan sin poner en peligro su relación con Estados Unidos'', dijo
Erikson por teléfono.
Concientes de que Estados Unidos mantiene un embargo comercial contra
Cuba desde hace varias décadas, las autoridades chinas han tenido mucho
cuidado de evitar cualquier relación --retórica o de otro tipo-- con los
conflictos entre La Habana y su vecino del norte.
"China no quiere inmiscuirse en las relaciones bilaterales entre Cuba y
Estados Unidos'', dijo Jiang Shixue, analista y directivo de la Academia
China de Ciencias Sociales, financiada por el gobierno, y ex director de
su programa de estudios latinoamericanos.
"China quiere comerciar. Si se colocan la cooperación económica y la
interferencia política en la misma cesta, los resultados pueden ser
terribles''.
Más allá de esos puntos delicados, según Jiang, no existe razón alguna
por la que los amigos no puedan implementar acuerdos.
Lasseter, jefe de la Oficina de McClatchy en Moscú, está asignado
temporalmente en Pekín.
¿Qué hay detrás de los lazos entre China y Cuba? - Ultimas noticias - El
Nuevo Herald (15 September 2009)
http://www.elnuevoherald.com/noticias/ultimas-noticias/story/544321.html
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