Martha Beatriz Roque Cabello
LA HABANA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) - En algunos actos
conmemorativos de la fundación del Ministerio del Interior, el ex
presidente Fidel Castro se refirió a la Policía Nacional Revolucionaria
como "la mejor y la más completa".
Sin embargo, los agentes del orden están en conflicto en estos días con
el pueblo. Al parecer la crisis que afecta al país propicia que se
recrudezca la represión contra los ciudadanos.
Las personas son detenidas en las calles para registrar los paquetes que
llevan, en incumplimiento total de las leyes dictadas por el propio
gobierno. La acción no queda en el registro, sino que implica la
incautación de los bienes.
Existen normas internas del Ministerio del Interior que permiten llevar
a cabo estas prácticas, que conspiran contra la Constitución.
La ciudadanía se queja de la cantidad de ladrones que existen, contra
los que no se actúa enérgicamente, mientras que los ancianos y mujeres
dedicados a la venta callejera de algunos artículos, son acosados y se
les decomisa la mercancía.
En Ciudad de La Habana está generalizada la venta de huevos. El Estado
los vende a 45 pesos el cartón de 30 unidades, y los vendedores, en la
calle, comercializan el cartón a 60 pesos, de puerta en puerta. No
siempre su procedencia es legal, pero si así fuera, ponerlos en la
puerta de la casa es una ventaja, que evita las colas. La pequeña
empresa privada ambulante no es tolerada por el régimen.
Otros productos también se venden cuadra por cuadra, como las especias
secas, el aromatizante para limpiar, aguacates, útiles de cocina. Hasta
se rellenan fosforeras desechables a domicilio, algo que no se ve en
ningún país del mundo.
Por su parte, los agentes de carreteras detienen los ómnibus y
automóviles, y personas procedentes de Pinar del Río se han quejado de
que los obligan a bajar del carro y abren los maleteros para registrar
cada paquete, incautando todos los comestibles, en particular el
pescado, exigiéndole al dueño el carné de pescador, para finalmente
quedarse los policías con el producto.
No importa que haya concluido el período vacacional, esta situación
continuará; y es que a lo mal hecho se acostumbra el pueblo de prisa,
sobre todo si el que atropella goza de total impunidad.
En Ciudad de La Habana, el número de personas que quiere ser policía es
mínimo. Es por eso que se quiere estimular a los agentes existentes y
atraer nuevos, por cualquier vía. Esto forma parte de lo que hace la
dictadura para mantenerse en el poder. El gobierno cierra los ojos ante
las injusticias que se cometen contra el pueblo.
Cuba: Ojos cerrados (10 September 2009)
http://www.cubanet.org/CNews/y09/Sept09/10_C_5.html
No comments:
Post a Comment