La oposición interna advierte sobre una nueva campaña gubernamental en
su contra
Agencias | 13/05/2008
Los acusaciones del gobierno contra la disidencia interna han aumentado
en las últimas semanas en los medios de comunicación oficialistas, algo
que los opositores consideran una nueva campaña en su contra, reportó EFE.
Para algunos disidentes, se trata de una campaña más dentro de la
estrategia "cíclica" del régimen; para otros, la política de Estados
Unidos hacia Cuba no hace más que favorecer este tipo de situaciones, y
hay quienes incluso ven positivo que en los medios oficiales se les
acuse, porque implica un reconocimiento tácito.
El gobierno cubano suele calificar a sus opositores de "mercenarios" al
servicio de Washington. El último capítulo de ataques apareció este
lunes en el diario oficialista Granma, que acusó al presidente
estadounidense, George W. Bush, de tratar de "levantar un muerto (la
disidencia) que no tiene resurrección", por mantener una
videoconferencia el pasado día 6 con tres disidentes en la Sección de
Intereses de Estados Unidos en La Habana (SINA).
La acusación se suma a otras realizadas a través de la televisión, que
desde el día 21 de abril ha reiterado en varias ocasiones que los
opositores son agentes de Washington, y ha mostrado imágenes de
disidentes en compañía del jefe de la SINA, Michael Parmly, o recibiendo
en sus domicilios materiales enviados desde esa oficina.
"Pienso que hay una ofensiva del gobierno y creo que este es un momento
en que debería de haber posiciones flexibles porque aquí la oposición es
pacífica", dijo a EFE Miriam Leiva, miembro de las Damas de Blanco, que
agrupa a mujeres familiares de los 75 condenados a penas de hasta 28
años de cárcel en la primavera de 2003.
"En ambos lados (Washington y La Habana) se están crispando las
actitudes, las declaraciones y también hay una realidad: un proceso
electoral en Estados Unidos, y es posible que seamos víctimas de las
pretensiones electorales", dijo Leiva.
Óscar Espinosa Chepe, uno de los 75, excarcelado por razones de salud en
2004 opinó que "hay una campaña evidente" de descrédito contra los
disidentes, a los que, dijo, el gobierno cubano "siempre utiliza como un
elemento del conflicto con Estados Unidos", para tratar de presentarlos
"como agentes de una potencia extranjera".
"La disidencia es un producto de la crisis que vive la sociedad cubana.
Lo que tiene que hacer el gobierno cubano, en vez de buscar chivos
expiatorios, es ponerse a resolver el desastre que tiene", dijo Espinosa
Chepe, al pronosticar que la situación "puede mantenerse" hasta noviembre.
Para Elizardo Sánchez Santacruz, presidente de la Comisión Cubana de
Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, las acusaciones son "un tema
recurrente, por tiempos, cíclico.
El líder opositor subrayó que la presencia de este tema en los medios
cubanos "desmiente un poco el discurso formal oficial" en cuanto a que
no existen y son "irrelevantes" los disidentes.
Añadió que se trata de una estrategia para vincular a la oposición con
el "enemigo externo" y señaló que el gobierno no dice nada sobre la
ayuda que llega a los disidentes desde países europeos.
Martha Beatriz Roque, de la Asamblea para Promover la Sociedad Civil,
afirmó que la campaña tiene punto de origen en el desalojo por la
fuerza, el pasado día 21, de un grupo de Damas de Blanco que pedían la
liberación de los presos políticos apostadas en la Plaza de la
Revolución, en La Habana.
"El escándalo de las Damas de Blanco fue muy grande y quizá ahora estén
preparando algún espectáculo mayor", dijo Roque, quien participó en la
videoconferencia con Bush el pasado día 6.
Señaló que el gobierno está "intensificando su actividad" contra los
opositores y rechazó que Washington entregue dinero a los disidentes.
Laura Pollán, de las Damas de Blanco, cuya casa fue mostrada por la
televisión cubana cuando recibía cajas de un vehículo de la SINA, señaló
que para ella "no es nada vergonzoso que haya salido eso por la televisión".
"Me dejaron alrededor de doce cajas con sábanas, toallas, pañuelos para
los presos, regalitos que compramos aquí, perfumes, jabones", dijo, y
rechazó que ellas estén vinculadas con Estados Unidos.
"No queremos que Cuba sea anexada a ningún país del mundo, pero tampoco
ni a China ni a Venezuela, queremos que sea una Cuba libre e
independiente", dijo.
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