Laritza Diversent Cámbara
LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubanet.org) - La marginación es una
consecuencia estructural que afecta a la población cubana. El ciudadano
es víctimas de las crisis económicas y la insatisfacción de sus
necesidades.
Esta exclusión se caracteriza por la presencia de niveles más elevados
de criminalidad y desorganización familiar. Se relaciona también con la
desviación social como forma de disentimiento. Conflicto entre el
comportamiento del individuo y los valores que imperan en la sociedad.
La situación social que se vive hoy en cuba, es consecuencia directa de
la marginación económica y política que vive el pueblo. El gobierno,
para mantenerse en el poder indefinidamente, privó a sus ciudadanos de
los principales medios para satisfacer sus necesidades.
Nos engañó con promesas demagógicas. Nos vendió el sistema socialista
como la única forma de alcanzar una economía de bienestar general. Esa
que extendiera a todos los sectores los servicios y medios fundamentales
para una vida digna. Nos embobeció con su discurso. Fue la más audaz
técnica de distracción jamás aplicada. Sus resultados duran ya 49 años.
Turbados del uso de la razón nos excluyó absolutamente. Nos privó de
nuestros derechos fundamentales y de la capacidad de pensar.
El problema principal que afecta a la población es la escasez de
alimentos y artículos de primera necesidad. La familia está sometida a
múltiples privaciones. Es victima de relaciones de producción
deficientes. Vive en la mayor pobreza, sin esperanza de cambio, en
condiciones de opresión psicológica. Nada se puede hacer, todo esta
prohibido.
El nivel de vida es insuficiente. Me refiero a los ingresos económicos,
las condiciones de la vivienda y el nivel de equipamiento doméstico. El
tiempo invertido en las tareas del hogar y el número de éstas, son mayores.
Existen serias dificultades con la enseñanza de los hijos. El tiempo
disponible para ello es menor como consecuencia de la sobrecarga en las
labores domesticas. La mujer continúa siendo responsable de la
educación familiar, habitando barrios con difíciles condiciones
materiales de vida, insuficientes ingresos y poca habitabilidad de las
viviendas por falta de reparación y mantenimiento. Dificultades con el
abasto de agua. Deficiente estado higiénico sanitario.
Resalta en este cuadro catastrófico la dinámica comunitaria marcada por
el estilo de vida antisocial. Problemas culturales y de educación
elemental. El lenguaje hablado en las calles es grosero y de mal gusto.
Vacío en el respeto de los asuntos familiares y una orientación negativa
de la función socializadora de la comunidad.
La doble moneda ha determinado el asedio al turista. La prostitución en
ambos sexos, el alcoholismo y el suicidio aumentan por días. La
juventud, sin expectativas, abandona a edades tempanas los estudios y se
niega a trabajar. Aumento de la población que permanece a tiempo
completo en el barrio. Unos, negados a establecer vínculos laborales con
el Estado por la insuficiencia de los salarios. Otros, realizan
actividades económicas por cuenta propia, con o sin autorización
estatal. El resto se dedica a la economía ilegal.
.
Crece la ociosidad y disminuyen las alternativas recreativas y
culturales. Esto determina una acentuación de la indisciplina y el
incremento de los delitos como robo con fuerza en las viviendas
habitadas, robo con violencia en las personas, y el uso de armas
improvisada.
Para eliminar estos fenómenos negativos que se gestan y acentúan en el
seno de nuestra sociedad, es necesario que se lleven a cabo políticas
sociales democráticas; acciones que tengan un impacto directo en el
bienestar de la población.
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