Lucas Garve, Fundación por la Libertad de Expresión
LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubanet.org) - Los errores deben llamarse
por su nombre. A ninguna persona debe permitírsele molestar a los
vecinos más próximos. En el diario Granma del 2 de mayo, en la sección
Cartas a la Dirección, un vecino de la capital de apellido Gómez pide
una acción firme contra quienes provocan lo que se denomina como
contaminación sonora. Pero lo más interesante es que demanda que no
hagan más campañas con mensajes y lemas porque, según apunta, todo
continuará igual.
La producción de ruidos que alteran la tranquilidad de los vecinos es
algo normal en el país. Sin embargo, esto es solamente la punta de un
iceberg que afecta desde hace mucho la convivencia urbana. Las personas
botan la basura y los desechos donde quiera. La escasez de carros de
recogida de basura, desechos sólidos y escombros en las vías, falta de
solución durante años a estos problemas ha convertido a la capital
cubana en una ciudad sucia.
Aunque existan ciertos sectores más limpios, en los barrios periféricos
la acumulación de basura en las calles mete miedo. El viernes 10, de
regreso a mi casa, en el municipio Arroyo Naranjo, el chofer del
vehículo tuvo que hacer un desvío por una interrupción en la vía
acostumbrada y se internó en el barrio conocido por Los Pinos. Allí vi
cómo los vecinos cuelgan las bolsas plásticas de basura y otros desechos
en los postes de la luz eléctrica y en algunos árboles; clavaron maderos
para sujetar con clavos las bolsas de basura, tal como un arbolito de
Navidad. Una solución para que los perros callejeros no rompan las
bolsas ni rieguen la basura en la calle al hurgar en busca de comida.
Otra faceta muy extendida del mismo mal es el comportamiento de los
peatones en la vía. Transitar con coches para niños, sillas de ruedas
con personas inválidas, carretillas de carga, en plena calle, es algo
común. Los chóferes pasan apuros para no accidentar a los peatones que
piensan que una calzada llena de vehículos es un día de San Fermín en La
Habana y torean a los autos, ómnibus y otros vehículos como si
estuvieran en una plaza taurina.
Solamente en el primer trimestre del año en curso se han producido 532
accidentes en las vías del país, según cifras oficiales. Entre enero y
marzo, hubo un incremento del 26 % de accidentes en comparación con el
propio trimestre del año anterior.
Las causas son varias: exceso de pasajeros, transportaciones múltiples
(de cargas y pasajeros simultáneamente), mala conducción del vehículo y
evidentemente, violación de las normas del tránsito.
¿A qué se debe todo lo anterior, sin indagar exhaustivamente? La primera
de la causas es la falta de cultura urbana. Y lamentablemente, es la que
no se menciona en los medios de comunicación oficiales. A pesar de la
falta de medios tecnológicos para sanear la ciudad, aunque la escasez de
productos imprescindibles ahogue cualquier solución socorrida.
Un deterioro del que es responsable el fracaso del sistema impuesto en
que vivimos desde hace décadas.
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