José A. Fornaris, Cuba-Verdad
LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubanet.org) - Fuentes independientes (el 
Estado no da información al respecto) aseguran que el número de cubanos 
muertos o desaparecidos en los mares que conforman nuestra geografía, al 
tratar de emigrar, son más de 70 mil.
Los últimos desaparecidos, que se conozcan, fueron cinco. Entre ellos 
estaba un joven rapero de 18 años que residía en el reparto Eléctrico, 
en el municipio habanero Arroyo Naranjo. El hecho ocurrió hace dos semanas.
Esta tragedia nacional comenzó en 1959 con la llegada de Fidel Castro y 
sus seguidores al poder. Han pasado ya cerca de cincuenta años y el afán 
de salir de Cuba a como de lugar, en vez de disminuir, aumenta.
Los gobernantes de Cuba culpan constantemente a Estados Unidos y a la 
Ley de Ajuste Cubano –en vigencia desde 1966-, a la que califican de 
asesina.
En general nuestro éxodo, sin ningún antecedente, es muy probablemente 
uno de los más grandes en la época moderna. En proporción, es muy 
superior al de los mexicanos hacia Estados Unidos y del cual tanto se habla.
México tiene, según datos oficiales de 2006, unos  ciento siete millones 
y medio de habitantes. En la isla residen, de acuerdo con informaciones 
oficiales de ese propio año, once millones 382 mil 820 cubanos.
Cuba tiene cerca de dos millones de sus hijos fuera de su territorio, y 
México,  es lo que hemos leído al respecto, algo más de nueve millones.
Los mexicanos cruzan el Río Bravo para entrar de forma ilegal a Estados 
Unidos, y cuando quieren regresar vuelven a cruzar el río. Los cubanos 
tienen que cruzar el Estrecho de Florida, cerca de 200 kilómetros de 
agua salada, y no pueden regresar, su gobierno no los admite.
Los seres vivos, eso está demostrado con creces, sólo huyen en 
estampidas, sin importar ningún riesgo, cuando detrás hay un peligro 
inmenso. Un terrible depredador, un fuego enorme, un terremoto, un 
volcán en erupción, o algún otro cataclismo de parecida naturaleza.
En Cuba resulta evidente que el gran depredador es el régimen, de él 
huyen los cubanos.
No hay cantos de sirenas que valgan para dejar atrás el hogar y a los 
seres amados. Ulises escuchó esos cantos cuando regresaba a casa, no 
para exhortarle a abandonar su tierra y su familia.
No hay nada que indique que los cubanos, mientras se mantenga el actual 
estado de cosas, van a dejar de continuar muriendo o desapareciendo en 
el mar.
Esa "guerra" donde las víctimas están nada más que entre los gobernados, 
no va a finalizar mientras el actual régimen se mantenga en Cuba.
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