Obras socialistas
Según la prensa oficial cubana, se ha inaugurado el parque de
diversiones La Isla del Coco, situado en Quinta Avenida y 110, en el
municipio Playa. ¡Ya era hora!
Nuestro Apóstol dijo que los niños son la esperanza del mundo, y según
el gobierno siempre se ha preocupado por su bienestar. Sin embargo, la
versión habanera del Coney Island Park, que, por cierto, llevaba ese
mismo nombre, fue destruida y desmantelada y nunca nadie se ocupó de
reconstruirla para los niños. Siempre decían que el país no tenía
recursos para esas obras ''sin importancia''. Sin embargo, sí pudieron
encontrar millones de dólares para construir obras monumentales e
innecesarias como EXPOCUBA, la Maqueta de La Habana y el Zoológico Nacional.
EXPOCUBA fue una copia barata de la Exposición de los Logros de la
Economía Nacional de la URSS (VDNJ) de Moscú, que tanto criticó el
pueblo soviético y que eliminaron con la perestroika, por la falta de
respeto al pueblo que implicaban sus objetivos. En la exposición cubana
se muestran ''los logros de la economía nacional'' que sólo se pueden
ver en esas vidrieras. Ninguno de los productos comestibles, de uso
personal, etc., que son exhibidos en EXPOCUBA pueden ser adquiridos por
el pueblo. La construcción de los superpabellones de EXPOCUBA resultó
una ofensa a nuestro pueblo, que a lo largo de estos 49 años acumula un
déficit de 500,000 viviendas.
En la ilustrativa Maqueta de La Habana, están muy bien señaladas las
nuevas obras construidas por la revolución en los últimos años, pero a
nadie se le ha ocurrido situar los edificios que se han venido abajo en
la ciudad a causa del total abandono de su mantenimiento y reparación.
La construcción del Zoológico Nacional no tuvo ningún sentido. Está a
casi 15 kilómetros de la ciudad, donde nadie puede llegar por falta de
transporte. Una vez dentro, hay que caminar miles de metros para ver
tres o cuatro flacos ejemplares que, por estar sueltos en la gran
''pradera africana'', se esconden cuando ven llegar los monstruosos
autobuses petroleros contaminándoles su ambiente. Las jaulas, sucias y
malolientes; los animales, flacos y mal alimentados y ni siquiera
identificados.
La mayoría de estas superobras construidas en la época del falso
crecimiento de los años 80 se concibieron para garantizar las ansias de
grandeza de nuestro olimpo socialista. Pero el humilde pueblo cubano es
agradecido y está contento con esta nueva obra.
Marcos Silva
La Habana, Cuba
http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/columnas_de_opinion/story/141135.html
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