¿Identidad o Marketing?
Odelin Alfonso Torna
LA HABANA, Cuba - Mayo (www.cubanet.org) - La recién finalizada XLVI
Serie Nacional de Béisbol, a mi juicio, fue la más eufórica temporada en
la historia del béisbol amateur en Cuba. La afición capitalina mantuvo
un average de participación por encima de 500, en la tele audiencia y en
los palcos del estadio Latinoamericano. Ni siquiera fue elegible la
novela brasileña en las disputas hogareñas. Los desinteresados en el
deporte nacional tomaron clases y se enrolaron en el mundo de los
strikes y las bolas.
La identidad cultural se afianzó por breve tiempo. No era la algarabía
por el equipo nacional, elenco que reúne lo mejor de la pelota cubana,
era la euforia por el equipo propio.
A través de los años, el fanatismo beisbolero ha alcanzado su clímax en
las series nacionales. Es el arraigo de las multitudes que defienden las
camisetas de los leones de la capital, los naranjas de Las Villas o las
avispas de Santiago de Cuba.
En Cuba se ha generalizado el uso de gorras de los Yankees de New York o
los Marlins de Florida, equipos del béisbol profesional norteamericano.
Ahora aparecen por primera vez pulovers, pegatinas, afiches y gorras
bordadas con la I, de Industriales y la S, de Santiago de Cuba.
Estos artículos salieron a la venta días antes de que empezaran los
juegos de play off entre Santiago de Cuba e Industriales. Los
aficionados al béisbol se preguntan si el estado esperó el resultado de
las semifinales para la impresión de afiches y demás prendas vinculadas
a los dos equipos finalistas. Otros creen que por falta de recursos los
restantes 14 equipos de la serie quedaron fuera de las serigrafías.
Nos asaltan dos preguntas: ¿Estamos en presencia de un intento por
rescatar valores culturales? ¿O es una nueva exploración de Marketing?
Decidí asistir al juego dominical, cuarto encuentro de la final entre
los azules de Industriales y los rojos de Santiago de Cuba. Entré por la
puerta 2 del Coloso del Cerro, entre cordones de policías apostados a
ambos lados de una pasarela que descendía hasta las gradas. Luego fui
registrado por dos uniformados azules que portaban bastones detectores
de metales. Por su dejo oriental supe que simpatizaban con la novena
santiaguera y que el uniforme le resultaba incómodo. Tenían la
orientación de registrar hasta a los niños con el fin detectar de armas
blancas y bebidas alcohólicas.
Una vez dentro del estadio atravesé por la línea de primera base, entre
continuas hileras de uniformados de la Policía Nacional Revolucionaría
(PNR) y cadetes de la escuela del Ministerio del Interior, capitán San
Luís. Encima del banco de primera base (visitantes), estaba la afición
santiaguera, de rojo, con rumba de palo y congas. Parecían palestinos en
territorio israelí, rodeados por las fuerzas de la ONU, acantonadas para
evitar un posible conflicto étnico. Se identificaban con viseras,
pulóver y afiches rojos con el logotipo de Santiago de Cuba, oferta de
la tienda Visar.
El resto de las graderías del Latinoamericano estaban ocupadas por
industrialistas, territorio definido y defendido por la fanática afición
habanera.
Esta vez, el Coloso del Cerro, yo diría, "Goloso del Cerro", desbordó su
apetito sobre los bolsillos de los aficionados cubanos. Nueve días de
identidad cultural nos ofreció la tienda Visar. En medio de una
gastronomía recuperada, había que elegir entre una pizza o un afiche.
Tres semanas antes de finalizar el campeonato nacional salieron a la
venta estos artículos en CUC (peso cubano convertible, equivalente a
1.20 dólares), prendas que identificaban a los equipos de Santiago e
Industriales. Ejemplo: viseras (25 centavos), afiches (50 centavos),
gorras (1.95 y 3.75 pesos), pulóver (4.5 y 10 pesos) según la calidad
del tejido.
Los artículos de Visar se adquirían en un pequeño local fuera del
estadio. Dentro, eran ofertados por los revendedores al doble de su precio.
Según el economista Ariel Terrero Font, en su comentario del jueves 26
de abril en la revista Buenos Días, que se trasmite por el canal Tele
Rebelde, las ventas en Visar superaron los 4 mil 300 CUC. Agrega Font
que la oferta fue insuficiente y con altos precios, pese a que se trató
de reajustar al mínimo el precio del artículo.
La serie terminó: Industriales cayó frente a Santiago en los finales.
Quienes olvidaron los reclamos de su estomago y prefirieron la gorra de
Industriales a 3.75 CUC, ahora se lamentan. Creo que echarán manos y
desempolvarán las de los Yankees, Marlins o los Orioles de Baltimore.
La identidad puede esperar la próxima final de los play off. Es
necesario saber cuáles son los equipos del encuentro final para que los
estudiosos del marketing contabilicen a la afición. Después de todo,
seremos felices por un tiempo, con pegatinas o sin ellas.
odelinalfonso@yahoo.com
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