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Sunday, May 13, 2007

Cuba, desconfianza y mentira

Cuba, desconfianza y mentira
Héctor Ramón Foret Sánchez
13 de mayo de 2007

Holguín, Cuba – bitacoracubana - El cubano promedio vive en un mar de
desconfianza. El régimen, a través de mecanismos sutiles y represivos le
ha creado una mentalidad de desconfianza, que hoy constituye un rasgo
distintivo de su psicología.

Y, ¿por qué este estado de desconfianza? ¿De qué se desconfía?

Se desconfía de todo. Es la consecuencia de un sistema que sólo sabe
controlar al individuo, inyectándole miedo. Esto no debe asombrar, en
todos los procesos totalitarios comunistas ha sido similar. En China,
Vietnam, Corea del Norte, etc…

En Cuba, ¿de qué se desconfía?

El Estado lo persigue todo, por lo que el cubano debe meditar hasta
sobre que alimento adquiere, y como, con su poco dinero disponible.

El cubano sabe que no puede comentar nada, que ha de actuar con sigilo
si se comió un pescado de cierta calidad, un pedazo de langosta o unos
camarones, y para qué mencionar un diminuto bistec de res.

Cualquier indiscreción que cometa, sea a un amigo, vecino, o incluso a
un familiar, puede llegar a los agentes represivos, quienes sin mucho
ceremonial le impondrán una elevada multa o le abrirán un proceso por
"Receptación", alegando la "dudosa procedencia del producto", o esa
aberración jurídica que llaman "delito de peligrosidad social", o
cualquier otra definición en el amplio vocabulario de la fraseología
represiva.

Es asfixiante vivir en una sociedad en la que de todo, y de todos, se
tiene que desconfiar.

La desconfianza genera como secuela la mentira y con ello se inicia la
destrucción del ciudadano.

La simulación, como subproducto de la mentira, llega en diferentes
formas: funcionarios que para mantener sus puestos informan de logros
inexistentes; órganos del gobierno que hablan de planes, metas y cifras
inalcanzables y falsas; medios de comunicación oficialistas
distorsionando hechos y resultados, todo con conocimiento de causa; y
funcionarios indiferentes que aplastados por el miedo opinan sobre
supuestas victorias y logros alcanzados.

Pero lo peor, algunos enseñan a sus hijos a mentir, porque nuestro país
es inversamente proporcional a lo que dice la Biblia, "La verdad no nos
hace libres", sino que nos encarcela y nos lleva a la exclusión social.

"El estado hace como que nos paga y nosotros hacemos como que
trabajamos", reza una frase muy en boga hoy en Cuba, que sintetiza todo
este negativo estado moral, y que resume la fractura cívica de nuestra
sociedad.

Es el miedo lo que origina todo este estado de cosas, porque en nuestro
país para las autoridades no es necesario probar el delito, es
suficiente con que el sufrido cubano no pueda demostrar su inocencia.

A pesar de todo, el cubano se recupera de este trauma. Ya se ve una
sociedad civil formada por mujeres y hombres que se despojan de la
mentira y proclaman la verdad, y las iglesias que están jugando un papel
vital en la educación moral y cívica del pueblo.

El cubano saldrá adelante y será realidad entonces aquel deseo de
nuestro Apóstol José Martí: "Yo quiero que la ley primera de nuestra
República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre".

http://www.bitacoracubana.com/desdecuba/portada2.php?id=4744

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