Los antihéroes
[11-04-2014 15:23:08]
Pedro Corzo
Escritor, Periodista y Editor
(www.miscelaneasdecuba.net).- Si la sociedad enfrenta una profunda
crisis de valores e identidad como afirman muchos sociólogos y
analistas, un factor posible puede ser que el individuo en el presente
sufre retos generados por el fortalecimiento del respeto a los derechos
humanos y por desarrollos tecnológico sin precedentes.
Tal vez como nunca antes el hogar y la escuela son fundamentales para la
formación del ciudadano y en ambos ambientes, por lo expuesto
anteriormente, también la crisis es profunda.
Es una penosa realidad que las familias disfuncionales aumentan en un
número importante, y muchos maestros y padres no tienen conciencia de la
responsabilidad que implica enseñar y menos aun educar.
Una escuela que instruya a los educandos en el respeto a los demás, el
entendimiento y la tolerancia, pero también en el concepto que los
derechos conllevan deberes, es fundamental para que los ciudadanos no se
conviertan en victimarios, pero tampoco en víctimas de los depredadores.
Pero independiente de las escuelas, la familia y la "calle", las nuevas
generaciones enfrentan tentaciones difíciles de resistir y entre todas
se destacan las programaciones de los medios informativos y los
progresos en la informáticas que superan la capacidad del individuo de
entender beneficios y peligros.
El mal no está solo en el abusador que seduce a un menor por internet o
roba la identidad de un tercero, tampoco en la adicción por el mundo
virtual que puede atrofiar sentidos, hay otros factores negativos y
quizás de mayor peligro, que afectan amplios sectores de la ciudadanía,
en particular a los más vulnerables la niñez y la juventud.
Las producciones artísticas o que pretenden serlo, en las que se exaltan
la violencia y los criminales, que saturan medios como la televisión,
son factores que pueden inducir a que algunas personas consideren que el
crimen si paga y que lo que haya que hacer para enriquecerse, disfrutar
comodidades, lujos y placeres inimaginables, es un camino fácil en el
que los derechos de los otros no tienen que ser respetados.
La violencia, la codicia, el crimen y otras prácticas nada decorosas han
sido temas de numerosas obras literarias, fílmicas y musicales, la
diferencia está que en los últimos tiempos los criminales en muchas de
esas obras no pagan sus culpas, terminan ricos y evadiendo la justicia.
En el pasado los autores y promotores de arte en sus obras exponían los
crímenes de los malos y estos eran irremediablemente castigados.
Las escuelas educaban en las gestas de hombres y mujeres que se habían
sacrificados por el prójimo, que la historia de estos patricios era
edulcorada no está a discusión, pero el saldo de vida de ellos era
positivo. También ilustraban en torno a la Moral y Cívica, en el respeto
a los demás, formación que ha sido desechada en muchos países.
Fuera de las escuelas los patrones eran fantásticos, pero justicieros.
Superman, Bat Man o la Mujer Maravilla, siempre hacían el bien.
En el presente a los narcotraficantes les componen canciones en las que
son exaltados como si fueran héroes, pero peor aún, la televisión y el
cine, superan ese mal ejemplo.
Antes las películas más violentas de Hollywood terminaban con el
criminal preso o muerto, en la actualidad con frecuencia burlan a la
justicia o el final abierto del film, deja a la imaginación el
resultado. Vemos defensores de la ley asesinar para obtener un objetivo
o torturar para obtener una confesión, todo vale.
Los libretos excusan al ladrón, narcotraficante y al asesino. El origen
humilde del protagonista justifica el crimen. La pobreza extrema ampara
al criminal, que delinque porque es presentada como una madre amorosa o
un padre protector.
Un caso reciente ilustra la situación. La cobertura del arresto del
narcotraficante en gran escala, Joaquín "El Chapo" Guzmán, superó en
varios medios la que se hizo a los sangrientos acontecimientos de
Venezuela y Ucrania.
Los medios deberían enfatizar que sujetos como Guzmán, Pablo Escobar,
Griselda Blanco, González Gacha y muchos más, son criminales,
depredadores sociales, individuos que destruyen, y que si en alguna
ocasión fueron generosos fue con el propósito de encubrir sus crímenes
que eran los que le habían proveído las riquezas que ostentaban.
Los niños son como las esponjas, lo absorben todo sin detenerse, y la
juventud tiende a creer que todo es posible, por tanto no les es difícil
asumir como válidos los héroes negativos que los medios de información
tienden a ofrecerles.
Pero también es cierto lo que dice el periodista Andrés Hernández
Alende, ante situaciones como estas la alternativa es apagar el
televisor o no llevar al cine a los menores, porque lo que si no es
posible es que la libertad de expresión y creación sean eliminadas.
Source: Los antihéroes - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/5347ecbc3a682e1828a4953c#.U0jx1PmSwx4
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