Más problemas - los cubanos deportados de Ecuador

Más problemas: los cubanos deportados de Ecuador
agosto 11, 2016 3:25 am

La Habana, Eduardo Martínez, (PD) El pasado 11 de julio hubo una fuerte
presencia policial en el Aeropuerto Internacional "José Martí". Sobre
las diez de la mañana, conté once carros patrulleros que avanzaban por
Boyeros, en fila, a toda velocidad, hacia la terminal aérea. Acudían a
recibir a los primeros cubanos deportados de Ecuador.

Llegaron en dos aviones militares ecuatorianos, el primero con 22
deportados, y el segundo con 46. Esas personas fueron interrogadas y
fichadas por la Seguridad del Estado, y después enviadas a sus
provincias de origen en ómnibus militares. Nada más les debe suceder,
pero ya están en la lista negra.

Estos dos primeros grupos de infortunados son el resultado del desalojo
que ocurrió el 10 de julio a las dos de la madrugada en el céntrico
Parque del Arbolito, en Quito. Más de ochocientos cubanos protestaban y
acampaban allí intentando conseguir ayuda de los gobiernos ecuatoriano,
mexicano, norteamericano, o de algún otro, menos el de Cuba, para lograr
llegar a su destino final, los Estados Unidos para absolutamente todos.

Se dice extraoficialmente que en Ecuador residen más de 40 000 cubanos,
la mayoría de los cuales aspira a emigrar hacia Yanquilandia. Lograron
viajar hasta el centro del planeta en los pocos años (2011-2015) cuando
no exigían visados a los cubanos y esta nación sudamericana tenía una
economía aceptable. La inmensa mayoría no posee documentos en regla para
su residencia en Ecuador.

Ecuador se encuentra en estos momentos en una situación muy difícil,
recuperándose del terremoto que mató en unos segundos a decenas de miles
y destruyó todo al norte del país. No hay empleos y las infraestructuras
urbanas están devastadas. Hay que irse. ¿Hacia dónde? Hacia los Estados
Unidos. No hay otra opción.

Los ecuatorianos están culpando a los cubanos, ilegales o no, por ocupar
los pocos empleos disponibles y recargar el esfuerzo nacional para la
reconstrucción.

Muchos de estos deportados que reingresan al país en contra de su
voluntad, probablemente engrosarán las filas de la disidencia, pues
ahora sí nada tienen que perder. Casi todos quemaron sus naves para
emigrar, no tienen viviendas a donde retornar, ni trabajos, nada. Todo
lo vendieron para recaudar el efectivo que necesitarían en sus planes.

Es un personal altamente explosivo que es retornado a su país cuando
empeoran las ya difíciles condiciones de vida de los nacionales, cuando
escasea la gasolina y el diesel en las estaciones de abastecimiento,
cuando han recortado las rutas de ómnibus urbanos y muchas no salen al
atardecer, cuando les han recortado a la mitad las cuotas de
combustibles a las empresas, y las tiendas, oficinas y todos los
establecimientos estatales no pueden encender sus aires acondicionados
(aunque existe suficiente capacidad de generación eléctrica instalada)
en este intensísimo verano tropical.

Ya hablan del retorno del Período Especial, que en realidad, nunca había
terminado. Raúl Castro lo certificó en su discurso de clausura en la
última sesión ordinaria de la Asamblea Nacional: "Tendremos graves
problemas en el futuro cercano, pero el pueblo una vez más resistirá las
adversidades".

Esta última aseveración está por ver. Creo que el pueblo cubano no va a
resistir una crisis más, en estos momentos de total descrédito de un
gobierno, que cada vez exige mayores sacrificios y no mejora el nivel de
vida del cubano. Su legitimidad ya está por los suelos y lo saben, pero
de todas formas necesitan resistir hasta la muerte, pues no tienen a
dónde escapar si esto finalmente explotara. Los represores y segurosos
lo tienen bien claro. En la medida como se escale el descontento, mayor
violencia represiva se verá en esta isla, donde pasamos literalmente
hambre, sin poder reclamar. El punto de masa crítica se acerca, ya
parece visible.

Es triste que este nuestro gobierno no se haya ocupado en lo absoluto de
los millares de emigrantes que intentaban atravesar toda Centroamérica,
lo cual no fue posible porque Nicaragua le cerró su frontera. Ni
siquiera enviaron a Costa Rica o al pueblo de Turbo, en Colombia, donde
se hacinaban, algún funcionario o periodista de los medios oficiales.
Al final, si no recuerdo mal, esta república debía haber sido "con todos
y para el bien de todos", ¿verdad?
eduardom57@nauta.cu; Eduardo Martínez Rodríguez

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