Los peligros del caos y la escasez en Cuba
La búsqueda de una ilusión constante aflora con frecuencia en Miami y se 
justifica por razones políticas, emocionales y hasta de justicia
Alejandro Armengol, Miami | 11/08/2016 9:50 am
La vuelta de algunos apagones, las reducciones de combustible y sobre 
todo el temor de que el país se encuentra a las puertas de otro "período 
especial", aunque con otro nombre, ha despertado no solo temores en 
Cuba, sino también cierta ilusión más o menos manifiesta en determinados 
sectores del exilio —incluso se podría decir cierto paladeo— de que la 
situación podría llevar a un estallido social y ello traería aparejado 
el fin del régimen.
Esta búsqueda de una ilusión constante —muerte de Fidel Castro, 
desaparición del chavismo, Marco Rubio presidente— aflora con frecuencia 
en Miami y se justifica por razones políticas, emocionales y hasta de 
justicia. Sin embargo, trascenderla evita las subsiguientes 
desilusiones. Deslindar posibilidades se transforma en un ejercicio 
necesario.
En Cuba se ha producido un cambio de circunstancias que a veces resulta 
difícil de entender desde el exterior.
La actitud de un aparentar, de que se vive en un mundo de felicidad 
permanente aunque con dificultades —efervescencia revolucionaria, 
solidaridad internacional combatividad absoluta—, ha sido sustituida por 
otra en donde impera la queja del momento.
Se deplora una "situación" en que las dificultades se multiplican y 
parecen no tener fin, aunque el lamento no tiende a concretarse en 
factores y causas. Todos se quejan, pero eluden hablar mal del 
"gobierno" y mucho menos de quienes lo dirigen.
En este sentido se ha pasado de asumir verbalmente una actitud 
ideológica hipócrita —ya sea por temor u oportunismo— a otra en que la 
política se omite, no se menciona.
Si antes el cubano era politizado en extremo —aunque en muchos casos no 
sincero—, ahora tiende a expresarse con un recurrir constante a su 
entorno familiar, incluso de amigos y compañeros de trabajo: el familiar 
que vive en Estados Unidos, el pariente de Europa, el amigo que se 
marchó y con el que ha vuelto a hablar al cabo de 20 años, el viaje que 
se pudo o no se pudo dar.
De esta manera la conversación actual tiende a la libreta 
pseudoturística, la hoja de peticiones, los recuerdos amargos y alegres 
y las esperanzas, si sobreviven. El ajiaco ideológico —que es hoy en día 
lo que podría considerarse "discurso oficial"— se complementa con esta 
especie de "hoja de ruta" personal, que se exhibe en la isla.
Por ello no hay que olvidar que los temores que despiertan los recortes 
en las entregas de petróleo desde Venezuela ocurren en individuos cuya 
vinculación con el Estado no resulta tan estrecha como en la década de 
1990. Añadir además que una de las diferencias fundamentales entre la 
situación actual y la de finales del siglo pasado es la creciente 
importancia del factor dinero dentro de la sociedad. Concluir que ante 
la posibilidad de una crisis, los cubanos agotarán sus recursos 
personales —que se han multiplicado— antes de lanzarse a un estallido 
social.
En este sentido, uno de los aliados que por décadas ha empleado el 
Gobierno cubano es la escasez. La falta de todo, desde alimentos hasta 
una vivienda o un automóvil, ha sido utilizada tanto para alimentar la 
envidia y el resentimiento, como para ocupar buena parte de la vida 
cotidiana de los cubanos. Con su vida fundamentada sobre el principio de 
la escasez, tanto económica como sicológica, el cubano vive presa de la 
corrupción, que detesta y practica con igual fuerza.
Por ello en los próximos meses algunas de las consecuencias de un 
aumento de las dificultades cotidianas, para quienes viven en Cuba, 
repercutirán con fuerza no solo en la isla sino también en Miami. En 
billeteras, remesas y viajes. Y es que por lo común el cubano —como en 
la Divina Comedia— tiene un pariente en el cielo, y otro en el infierno.
Source: Los peligros del caos y la escasez en Cuba - Artículos - Opinión 
- Cuba Encuentro - 
http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/los-peligros-del-caos-y-la-escasez-en-cuba-326256
 
 
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