Publicado el viernes, 08.15.14
OSCAR PEÑA: Esperanzas cubanas
No estoy ajeno a que pensar que somos algo extraordinario los cubanos es 
expresarse incorrectamente por el chovinismo, la inmodestia y vanidad 
que eso implica. Yo sé que tenemos faltas, pero también tenemos muchas 
facultades, fortalezas, eficacias, capacidades y aptitudes.
Nos hemos diseminado por el mundo llevando nuestra inteligencia, 
alegría, conocimientos, fuerza de trabajo y en cualquier rincón hemos 
hecho la diferencia. Una cosa es la falta de libertad y el sello de 
miseria del sistema implantado a la fuerza en Cuba y otra cosa es el 
cubano. Un ejemplo de los valores de los cubanos es el esplendor que 
tenía la ciudad de La Habana hasta 1959 y el que le dieron después a 
Miami, que de antiguo territorio de campo y pantano la han convertido en 
una ciudad moderna, de primer orden y en la capital de América Latina.
Triunfa el cubano en libertad –y así será dentro de poco en Cuba– porque 
con ella somos laboriosos, arriesgados, ingeniosos e intrépidos. Y 
seamos completamente vanidosos: aun sin libertad en medio de una 
dictadura ha brillado el cubano en la medicina, lo militar, los 
deportes, la cultura, etc.
Algunos dicen que los cubanos no supieron apreciar lo que tenían como 
país y lo destruyeron ellos mismos. Es un punto irrefutable y una prueba 
más que el ser humano no es perfecto. Lo cierto es que uno se pregunta 
qué fue lo que eclipsó tanta inteligencia, tanto intelecto que dejamos 
que dos enfermos de ego (Fulgencio Batista en 1952 y Fidel Castro en 
1959) se hicieran por las armas dueños de Cuba y la ensuciaran.
Es difícil admitir la responsabilidad colectiva por los problemas del 
país, pero estamos hechos los cubanos de un material especial y esos 
errores y el medio siglo de atraso se convertirán en un desafío y reto 
para las nuevas generaciones que hará que Cuba se convierta rápidamente 
en un país extraordinario. Ya lo habían demostrado nuestros bisabuelos, 
abuelos y padres al lograr que el joven país alcanzara en la década de 
los 40 y 50 estar sostenidamente entre los tres primeros países de 
América Latina.
Es falso que el cubano de hoy en Cuba es vago, indisciplinado y que solo 
piensa en fiestas y alcohol. Eso han sido escapes emocionales ante la 
ausencia de libertades políticas, económicas y sociales porque el cubano 
de estas tres últimas generaciones ha estado sin el aliciente de la 
motivación, la libertad y el estímulo para hacer. Ya lo demostró en los 
80 cuando autorizaron por primera vez que los artesanos y campesinos 
produjeran y vendieran por su propia cuenta como de manera mágica se 
vieron en toda la isla los productos y alimentos que de perdidos ya no 
se conocían, pero el miedo de los gobernantes a la independencia 
individual del ciudadano volvió a cerrar las puertas nacionales y todos 
estos años hemos tenido una Cuba gris producto de un bloqueo nacional. 
Otra innegable evidencia de mucho peso que no se puede ocultar sobre los 
atributos del cubano son sus esfuerzos y empeños fuera de Cuba, 
demostrando que el culpable es el cerrado sistema y no los ciudadanos.
Algunos compatriotas quieren esperar por los momentos especiales y 
perfectos para hacer y eso es un error. Si no traes y pones en la mesa 
cubana soluciones posibles eres parte del problema. Escuchar en FIU al 
joven disidente Eliezer Ávila con mente de soluciones viables acorde a 
la realidad y mente del cubano de la isla y al grupo de consenso 
constitucional trabajando en la propuesta de una nueva constitución para 
el país (les hice una recomendación) y ver en el Miami Dade College a 
las nuevas emprendedoras cubanas aprovechando las pequeñas reformas del 
general Raúl Castro reafirma que en Cuba renacen esperanzas.
Source: OSCAR PEÑA: Esperanzas cubanas - Opinión - ElNuevoHerald.com - 
http://www.elnuevoherald.com/2014/08/15/1821466/oscar-pena-esperanzas-cubanas.html
 
 
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