"Cuba será lo que quiera ser si nos sueltan un poco las manos"
El pianista Víctor Rodríguez interpreta en Santander a tres clásicos de
la música cubana
JAIME RIPA Santander 6 AGO 2014 - 18:14 CEST
"A los cubanos nos sobran ideas", afirma el pianista Víctor Rodríguez
(La Habana, Cuba; 1961), que ha defendido con serenidad la identidad
cultural de su país en Santander, donde interpretará en una clase
maestra abierta al público a los compositores Saubell, Cervantes y
Lecuona, tres referentes de su música nacional. Rodríguez, premio
especial a la maestría artística en el concurso Chaikovski de 1986, ha
hablado del corazón sobre la técnica, de la música como vehículo de
emociones y, especialmente, del libre albedrío individual y colectivo:
"Creo que establecer un modelo propio es un derecho que algunos países
nos han negado a veces", señala. "Cuba será lo que quiera ser si nos
sueltan un poco las manos".
Si quiero malabarismos me voy al Circo del Sol. Quiero que la música
sirva para expresar".
Según Rodríguez, los tres compositores elegidos reflejan precisamente la
idiosincrasia y esencia cubana. "Es un repertorio muy interesante,
representativo de una manera de ser y de hacer", asegura. "Son como
Albéniz y Falla aquí en España". De Saumell, nacido en 1817,
transcendieron sus contradanzas, piezas rápidas y alegres, una especie
de miniaturas pianísticas. "Sintetizan una visión del mundo. Encierran
un universo sonoro muy rico", explica. "Para Saumell la contradanza fue
su taller de creación". En 1847 nació Cervantes, al que atribuye una
mayor elaboración armónica. "Tuvo una formación muy sólida, estudió en
París y Cuba. La expresión está más acabada". Cierra el trío Lecuona,
nacido en 1895 y quizá el más famoso y difundido fuera de Cuba, autor de
obras universales como Malagueña y La Comparsa. "A él se le hizo
justicia. Era un eterno viajero, pudo mostrar sus ideas. Es un emblema
musical".
Rodríguez sitúa la emoción por encima del virtuosismo cuando le plantean
el divorcio entre la técnica pianística y el contenido. "Si quiero
malabarismos me voy al Circo del Sol", cuenta divertido. "Siempre habrá
alguien que toque más rápido, o más fuerte. A mí me interesa que la
música sirva para expresar". Los alumnos de su curso, Grandes
compositores cubanos de los siglos XIX y XX, tocarán con él en el
recital. A ellos les insta a huir de las mecánicas. "No llevan a buen
puerto, o llevan a un extrañamiento, a una actitud distante que como
oyente no prefiero", opina. "Al final depende de lo que cada uno busque.
Si algo no me hace vibrar pierdo el interés".
La gente que solo vive para el concurso está en un error. Son un mal
necesario".
El cubano, residente en Portugal, también tuvo palabras para los
concursos de pianistas, certámenes a veces controvertidos por sus
criterios de calificación. "Son un mal necesario. Todos los artistas
queremos darnos a conocer, hacer carrera, no estar dentro de una torre
de marfil", afirma, pero advierte del lugar al que se puede caer: "La
gente que solo vive para el concurso está en un error, cada vez más
lejos de sus esencias. A algunos les hace daño. Si son verdaderos, se
encuentran a sí mismos, pero también hay que tener la madurez para
metabolizar un fracaso".
Rodríguez, que estará hasta el viernes tocando el piano en la Menéndez
Pelayo de Santander, tira también una broma agridulce: "En Cuba
disfrutamos de cosas como el deporte, de un paseo, de la música. No nos
dicen por la tele que champú comprar… Si encuentras champú ya está bien".
Source: "Cuba será lo que quiera ser si nos sueltan un poco las manos" |
Actualidad | EL PAÍS -
http://cultura.elpais.com/cultura/2014/08/06/actualidad/1407341643_064146.html
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