Militares, a sus cuarteles
PEDRO CAMPOS | La Habana | 2 Jul 2014 - 1:51 pm.
En todo este desastre que tenemos en Cuba, mucho ha tenido que ver el
papel de los militares y sus métodos de ordeno y mando trasladados a la
política y la economía.
"Un pueblo no se funda, General, como se manda un campamento."
José Martí
No pasa un día sin que aparezca en la prensa alternativa cubana y a
veces en la oficial, alguna información dando cuenta de importantes
decisiones y acciones desafortunadas de funcionarios de alto o
intermedio nivel, en cualquier ámbito de la sociedad, sea económico,
político o social, detrás de las cuales siempre encontramos a un militar
o exmilitar, desde luego, designado.
Baste señalar el conjunto de incongruencias que des-componen la
"actualización" del modelo económico decididas todas por el general y
presidente Raúl Castro y los militares que lo rodean.
Lo mismo reparten tierras sin garantías de futuro para los agricultores,
que emiten una ley laboral legalizando la explotación asalariada en
violación de la Constitución vigente, que organizan planes económicos
sobre la base de la disciplina militar, que liberan la venta estatal de
autos a precios galácticos, que organizan "cooperativas" desde el
Estado, que emiten una Ley de la Inversión Extranjera que luce destinada
a vender el país al capital internacional o que firman un tratado de
in-seguridad con una potencia imperialista envuelta en luchas territoriales.
Todo un contrasentido. Disparate tras disparate.
Especialistas y cubanólogos del establishment norteamericanos esperaban
mucho de Raúl Castro, sus militares y su "mano fuerte" a fin de "evitar
un caos" a la desaparición de Fidel Castro, promover una "transición
pacífica", "impedir una crisis migratoria" y "desarrollar una economía
de mercado". La "actualización" y sus medidas, particularmente la Ley de
Inversión Extranjera y la Ley Laboral que la complementan, deben
complacer a aquellos iodos. Y desde luego no estoy insinuando ni
acusando a nadie de estar haciendo lo que desea el imperialismo. Expongo
hechos.
Hoy por hoy, los que no vemos salida alguna para nuestras aspiraciones
somos los desposeídos cubanos de a pie.
El más reciente infortunio ocasionado por los militares al pueblo, nos
lo relata el intelectual Esteban Morales, cuando narra las
arbitrariedades en torno a los visitantes a la Terminal no. 3 de vuelos
internacionales del aeropuerto José Martí en la capital habanera. Nadie
responde por las estupideces, pero todo el mundo sabe que la IACC, el
aeropuerto y sus inmediaciones están bajo control de los militares, como
casi todo lo que alguna importancia tiene en este país.
Ciertamente, la causa principal de todo este desastre es el modelo
económico y político de tipo estatalista, burocratizado e híper
centralizado, implantado en Cuba en nombre del socialismo, que concentra
todas las decisiones importantes del país en un grupito de personas,
donde el pueblo y los trabajadores estamos para cumplir las
determinaciones de esa alta burocracia y nunca para decidir qué hacer,
cómo hacerlo, con qué recursos, ni desde luego para elegir los cargos
públicos en ningún nivel.
En todo este desbarajuste "socialista" mucho ha tenido que ver el papel
de los militares y sus métodos de ordeno y mando trasladados a la
política y la economía.
Es, desgraciadamente, algo bastante presente en la historia de Cuba,
desde las guerras de independencia en el siglo XIX, cuando los militares
siempre quisieron controlar el poder político, en contra de la opinión
de los más lúcidos cubanos como el Mayor General Ignacio Agramonte y el
más grande, José Martí, ambos intelectuales amantes de la libertad, la
justicia y la democracia, antes que militares.
Nunca estará de más recordar algunos renglones de la carta de Martí a
Gómez el 20 de Octubre de 1884. "Un pueblo no se funda, General, como se
manda un campamento. […] ¿Qué garantías puede haber de que las
libertades públicas, único objeto digno de lanzar un país a la lucha,
sean mejor respetadas mañana? ¿Qué somos, General? ¿Los servidores
heroicos y modestos de una idea que nos calienta el corazón, los amigos
leales de un pueblo en desventura, o los caudillos valientes y
afortunados que con el látigo en la mano y la espuela en el tacón se
disponen a llevar la guerra a un pueblo, para enseñorearse después de
él? ¿La fama que ganaron Uds. en una empresa, la fama de valor, lealtad
y prudencia, van a perderla en otra?"
Con gran pesar, los que nos empeñamos en hacer de Cuba un paraíso de la
libertad, la justicia, la democracia y el socialismo, bajo la dirección
del siempre mismo gobierno de los históricos guerrilleros de la Sierra,
hoy constatamos cuánta razón tenía Martí en tratar de impedir el control
de los militares sobre los asuntos públicos y de gobierno.
El militarismo se irguió sobre la muerte de Martí y alcanzada la
independencia de España, en los primeros 30 años de República
mediatizada, la mayoría de los presidentes habían sido generales de
aquellas guerras. Después continuó el papel de los militares, con
Fulgencio Batista en la revolución del 30, su primer Gobierno
constitucional en 1940 y luego su dictadura a partir de 1952.
Finalmente la lucha por medios militares contra aquel gobierno
anticonstitucional, llevó al poder al grupo de militares que hasta hoy
detenta el poder en Cuba en nombre del socialismo. Y los medios, una vez
más, se impusieron a los fines.
De una u otra forma todos estos militares empezaron por defender un
régimen constitucional y democrático que terminaron negando, imponiendo
su autoridad por la fuerza de las armas.
La revolución del 59 que unió al pueblo de Cuba en la lucha contra
Batista por la restauración del sistema democrático y la Constitución
del 40, acabó frustrando aquellos objetivos en el mismo 1959, cuando
Fidel y sus muchachos de la Sierra decidieron mantenerse en el poder,
suprimir toda oposición, postergar indefinidamente hasta hoy las
elecciones generales y poner en marcha un sistema de gobierno
personalista y partidocrático, refrendado en la constitución de 1976.
¿Hasta cuándo los cubanos vamos a vivir bajo égidas militares? No
equivocarse: no estoy llamando a revueltas, desórdenes, violencias ni
nada por el estilo. Ya nos cansamos de todo eso. La violencia engendra
más violencia. No más violencia de ningún tipo en la sociedad cubana.
Es hora ya de acabar de poner nuestra casa en orden, de democratizar la
vida política y económica del país, de que tengamos plena libertad de
expresión y asociación.
¿Cómo lo vamos a lograr? Hay propuestas de una nueva Constitución, de
democratizar el sistema político y económico, liberar internet, que el
Gobierno respete la libertad de expresión y asociación, que todos los
cargos públicos sean sometidos a elección popular, que exista renovación
y revocación, etc. Es tarea de todos los cubanos de buena voluntad, de
todas las filiaciones políticas.
Pero de algo sí no tengo duda alguna. Cualquiera que sea la solución,
implicará el regreso de los militares a sus cuarteles, obra a la que
ellos deberán contribuir por el bien de todos, y de ellos mismos.
Viva Cuba Libre. Socialismo por la vida.
Source: Militares, a sus cuarteles | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1404245288_9323.html
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