Tragedia en La Habana
Ahora que hemos conocido los efectos de este comercio subterráneo de
alcohol metílico en Cuba, no está de más que la prensa pueda arrojar más
datos sobre esas otras denuncias aparecidas en los medios independientes.
Joan Antoni Guerrero Vall
agosto 01, 2013
Nos despertamos hoy con la lamentable noticia de que un significativo
número de personas, siete, han muerto en Cuba tras haber bebido alcohol
metílico mientras que otro medio centenar han resultado intoxicadas.
Entre estos intoxicados, al menos ocho permanecen en estado muy grave.
Probablemente no es la primera vez que alguien muere en el país debido a
la intoxicación provocada por sustancias de procedencia más que dudosa
aunque comercializadas, de todas formas, ilegalmente.
Tampoco nos asombraríamos si algún día se dispensara algún producto
pernicioso para la salud pública en los mismos establecimientos
oficiales del régimen cubano. Por informes independientes recientes de
la Isla nos consta que algunas personas se han quejado de la dudosa
composición de productos cárnicos que se han distribuido en
establecimientos estatales, de aquellos de los que, en principio, habría
que confiar.
Pero resulta bastante difícil en un país como Cuba confiar incluso de lo
oficial.
Hemos conocido algunos detalles de la tragedia, acaecida en un barrio
pobre (de los tantos que hay en La Habana), a través de la prensa
estatal que, al parecer, va haciendo algún caso a esos mandatos de
cambio que la jerarquía del régimen impone en los últimos meses. De
todas formas, falta deshacerse de muchas ataduras, entre las cuáles no
tener reparos en dar la noticia con nombres y apellidos.
En el caso que nos ocupa, los lectores de Granma tienen que llegar a
mitad del artículo para obtener la información de que siete personas han
fallecido en Cuba por el consumo de ese alcohol metílico. Es obvio que
la prensa todavía trabaja como cortafuegos para el régimen y en este
caso se nos revela nuevamente esa función primordial de los periodistas
oficiales: son el dique de contención, lavacara de las autoridades y el
Partido, por eso el Granma no dejará de ser el "órgano oficial del
Partido Comunista de Cuba".
Probablemente la dimensión de la tragedia ha hecho que en esta ocasión
el régimen haya optado por facilitar que la noticia llegara a la prensa
estatal antes de que empezara a correr como la pólvora por La Habana y
toda la Isla. A pesar de todo todavía hay esa resistencia a dar la
verdadera noticia. En todo el mundo cuando se produce una tragedia el
número de muertos es el titular de la información. En Cuba, en cambio,
lo incluyen casi como un detalle accesorio a la información general
sobre la eficiente actuación de los médicos cubanos. Con todo ello
revelan su inseguridad y demuestran, una vez más, identificar la
información como algo pernicioso en sus cálculos propagandísticos,
porque es evidente que para ellos primero está el interés de partido y
luego, en todo caso, el interés general sobre aquello que afecta a todos
los ciudadanos.
Ahora que hemos conocido los efectos de este comercio subterráneo de
alcohol metílico en Cuba no está de más que la prensa pueda arrojar más
datos sobre esas otras denuncias aparecidas en los medios independientes
acerca de los productos cárnicos vendidos en sitios estatales y que han
provocado indigestión a sus consumidores. Es menos probable que nos
enteremos de estas otras estafas, ya que la información asestaría
nuevamente un duro golpe de imagen al régimen. Por eso habrá que seguir
estando atentos a los reportes de la prensa independiente.
Source: "Tragedia en La Habana" -
http://www.martinoticias.com/content/habana-alcohol-madera-cuba-bebidas-/25038.html
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