Las nuevas cooperativas cubanas
El Gobierno ha establecido una tasa de cambio más favorable a la del
mercado corriente entre el peso cubano y el CUC para determinadas
cooperativas.
julio 31, 2013
Las primeras cooperativas de servicios en Cuba cumplen este primero de
agosto su primer mes entre las expectativas del Gobierno porque logren
resucitar deficientes servicios antes estatales y el entusiasmo de los
nuevos socios que sin embargo lidian con el freno de contar con poco
capital.
La iniciativa es completamente novedosa en un país que en los últimos 50
años de revolución sólo permitió el cooperativismo agrícola, y que ahora
intenta reestructurar su sistema económico con un plan de reformas
impulsado por el Gobierno de Raúl Castro para "actualizar" el socialismo
cubano.
Según el diseño de las reformas, la empresa estatal socialista es el eje
central de la economía, escoltada por el esperado desarrollo de las
cooperativas y del sector privado, cuyo alcance ahora se concentra y
limita prácticamente a la gestión de determinados servicios y no a las
actividades productivas.
De las 124 cooperativas creadas en el país a partir del 1 de julio, la
mayora surgió del sector estatal para ocuparse de la venta de productos
agrícolas, operaciones de construcción, o servicios del transporte, uno
de los sectores más carentes y problemáticos de Cuba.
Martin Betancourt, de 60 años y con 42 de experiencia en el mundo del
transporte estatal, se estrenó como presidente de una cooperativa de
taxis colectivos en La Habana, creada a partir de una antigua terminal
del Estado, y asegura que "la diferencia es notable, pero la
responsabilidad es toda".
Betancourt y sus socios han escrito sus propios estatutos, promueven una
alianza con otra cooperativa similar, buscan duplicar la cifra de
vehículos arrendados con que trabajan, y esperan que sus ingresos
crezcan alrededor de un 700 por ciento sobre el salario que tenían como
empleados públicos.
Tienen facilidades de pago de 10 y cinco años para arrendar el inmueble
y los vehículos, respectivamente, que a su vez pertenecen a la misma
empresa estatal para la que trabajaban antes. Además de ese tipo de
contratos de arriendo, las nuevas cooperativas tienen varias cosas en
común: plantillas mínimas –han hecho una drástica reducción del personal
administrativo- facilidades de crédito bancario, beneficios tributarios,
acceso a cursos de capacitación y trabajadores más "motivados".
"No hay terceras personas, nosotros somos los que decidimos el camino a
tomar (...) las expectativas son amplias y buenas", dijo a Efe Alexander
Leyva, un ingeniero mecánico de 32 años que lidera la otra cooperativa
de taxis que existe en la ciudad.
El Gobierno cree que las cooperativas podrían revertir la ineficacia de
actividades tradicionalmente a cargo del Estado y sin "peso
significativo" en el desarrollo económico de la isla, pero también ha
reconocido que se trata de un "proceso de experimentación" y no habrá
impacto económico "inmediato". En buena medida, ese impacto trasciende
la competencia de los socios y depende de necesarias y organizadas
inyecciones de capital, que muchos no tienen idea de dónde sacar.
"Estas cooperativas nacen con lo que tienen. Yo hubiera querido empezar
con equipos nuevos que garanticen un servicio de calidad las 24 horas
del da y sin más preocupación que darles mantenimiento", dijo a Efe
Reynaldo González, quien ahora lidera un vetusto taller de auxilio a
vehículos en la vía.
Él y sus socios dieron un aporte inicial de 500 pesos (21 dólares) y
solicitaron un crédito bancario de 170.000 pesos cubanos (7.083
dólares), pero en total fue una suma insuficiente para modernizar el
parque de gras y camiones de la era soviética que la empresa estatal
arrendadora tampoco pudo sustituir en las últimas décadas. "Quiero ser
rentable, no quiero decepcionar al Estado ni a mis socios, pero es como
yo les dije a ellos: aquí lo que tenemos que hacer es echar pa'alante y
empezamos con esto", afirmó un optimista González. Su salario como
mecánico del mismo taller no llegaba antes a 300 pesos cubanos (unos 13
dólares) en un país donde el sueldo promedio es de 466 pesos (19
dólares) y en el que la situación de los bajos ingresos se suma a los
conflictos creados por la circulación de dos monedas.
Por ejemplo, el Gobierno ha establecido una tasa de cambio más favorable
a la del mercado corriente entre el peso cubano y el CUC (peso
convertible y moneda dura del país) para determinadas cooperativas, con
tal de "compensar sus gastos" y que no alcen los precios a servicios de
interés social, como el propio transporte. "Hay grandes empresas en el
mundo que han nacido as, con un poquito, y lo han logrado. Lo que sí
tiene que haber es unidad", dijo a Efe González, de 41 años.
Source: "Las nuevas cooperativas cubanas" -
http://www.martinoticias.com/content/cuba-economia-comercio-cooperativas-creditos/24991.html
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