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Friday, August 02, 2013

La dieta del abecedario en Cuba (primera parte)

La dieta del abecedario en Cuba (primera parte)
JUEVES, 01 DE AGOSTO DE 2013 12:34
ESCRITO POR VÍCTOR MANUEL DOMÍNGUEZ

Cuba actualidad, Centro Habana, La Habana, (PD) La diversidad de
productos alimenticios en Cuba es proverbial. Son tantos los alimentos
al alcance del pueblo, que se agolpan unos con otros, y sin quererlo, se
matan.

Y más en estos tiempos donde los gourmets de la Unesco dicen que los
cubanos somos los mejor nutridos del universo. Es decir, los menos
distróficos y anoréxicos que ojos humanos vieran y estómagos respaldaran.

Según los expertos fritureros de tan prestigiosa organización
internacional, la dieta de un cubano, por su riqueza en ausencia de
proteínas, quiebra de lípidos, nananina de grasas, y exceso de azúcares,
nos mantiene más saludables que faquir en ayuna o tiburón alimentado con
limonada.

Para nadie es secreto que la dieta sana que consumimos los cubanos de
hoy, ha hecho posible que nuestros abuelos, con ochenta o más años en
las costillas, parezcan más jóvenes que nosotros con apenas 54 de
alimentos proteicos y energizantes, que nos provoca correr por toda la
ciudad al grito de ¡ataja!, lanzarnos al mar en lo que aparezca o
subirnos al tren de aterrizaje de un avión.

Pero este mal de durar tantos años que sufren nuestros abuelos es
reversible, pues la Dieta Paleolítica (paleodieta) o Dieta del Hombre de
las Cavernas que consumían, llegó a su fin en Cuba con el triunfo de la
revolución y su programa de ciencia ficción salud para todos. ¿Cómo es
posible que asimilaran los embustes del gastroenterólogo Walter L.
Voegtlin en los años 70?

¿En qué pensaban nuestros ocambos, vetués y matusalénicos predecesores
cuando siguieron una dieta que abarcó 2,5 millones de años en las
bodegas, ventorrillos de pan con jamón, timbiriches de jugos de
tamarindo y tarimas de papayas paleolíticas, recomendadas por este payaso?

¿Alguien en su sano juicio aseguraría que la paleodieta, compuesta
principalmente de carne, pescado, frutas, verduras, frutos secos y
raíces, que excluye granos, legumbres, productos lácteos, sal, azúcares
refinados y aceites procesados, resulta sana para el organismo de un
cubano? ¿Nadie se puso a pensar en lo dañino de la carne, el pescado,
las frutas y raíces para el organismo?

Pero ya no importa. Gracias a los hermanos Marx la revolución llegó a
tiempo para estabilizar el consumo a través de la Dieta del abecedario,
rica en sopa de palabras, fricasé de letras, potajes de papel y otros
platos de alimentos cosechados en las redacciones y las imprentas cubanas.

Es tan rica y diversa en proteínas, lípidos y carbohidratos nuestra
Dieta del abecedario, que a tenor con los altos niveles nutritivos que
alcanzaron los cubanos en los 90 (polineuritis, anemias, patatús,
revolcamientos, sudoraciones, desmayos y otros perendengues de salud
alimentaria), será propuesta, en cápsulas del ALBA_ROJA, a ciclistas,
maratonistas y cosmonautas del universo.

Veamos algunos de los productos de consumo al alcance de la población
cubana en la Dieta del abecedario, garantizados para la nutrición por su
riqueza en hierro, minerales, almidón, cascarillas y otras cualidades
energizantes y generativas que nos mantienen la fauna y la flora
estomacal activas, inmunes, y dotadas de antivirus contra los alimentos
ajenos a nuestra realidad.
Dieta del abecedario en Cuba
A- En esta letra de la dieta encontramos en Cuba sobrados productos para
impedir la obesidad, poner freno a la celulitis, acallar los rugidos
leoninos del estómago, y mantener el cuerpo como vela en candelabro,
alambre de tendedera, o jabalina en juegos panamericanos, todo ello a
módico precio y cantidades razonables.
Como todos sabrán, aquí encontramos el arroz, alimento básico de nuestra
nación, traído de Viet Nam o China. También contamos algunos meses con
el aguacate, producto gaseoso y de alta sonoridad de gran demanda entre
los estreñidos ciudadanos de la isla.
Con la interacción de ambos, logramos una mezcla que, consumida frente a
las fuentes de camarón, langostas y pescados que pasan por la pantalla
de la televisión, complementan una dieta rica en proteínas,
carbohidratos y grasas que mantienen en línea al cubano.
B- En esta consonante podemos encontrar el boniato y la berenjena, que
salcochados y coloreados con bija, nos mantienen lubricados los ojos,
alerta la nariz y presto el estómago a entonar una retreta que nos eleva
el ánimo y nos mantiene despiertos toda la noche.
C- Ya con la C debemos tener más cuidado, pues la variedad de productos
nos convierte en goloso y podemos caer en la obesidad. Aquí se pueden
encontrar el infaltable chícharo, el simbólico carnero y su parigual el
cerdo, además de las croquetas, prestos a provocar una hartura mensual
de campeonato, gracias a la saludable mesura del salario.
También contamos con el Cerelac, declarado Alimento Héroe Nacional por
su salvamento de miles de abuelos caídos en la inanición, el
desmerangamiento y otras blanduras, ante el digno rechazo de leche pura
de vaca y el islámico café, catalogados como productos terroristas por
los analistas alimentarios cubanos en su defensa de la salud ciudadana
D- Como en la D no encontramos productos nutritivos para el cubano, una
semana del mes es recomendable consumir sólo duralgina, dexametazona,
diazepán, detergente, duro frío y otras dádivas que nos permitan
mantener el equilibrio sicológico, térmico y revolucionario ante la
abundancia que se avecina con otras letras de la Dieta del Abecedario en
Cuba.
Estén atentos a la próxima aparición de las restantes recetas, y dirán
si somos o no los mejores alimentados del universo, los de mayor
equilibrio proteínico, tambaleo grasoso, incontinencia lípida y
rapacidad de azúcares a nivel internacional.
(Continuará)

Para Cuba actualidad: vicmadomingues55@gmail.com

Source: "La dieta del abecedario en Cuba (primera parte) | Cuba noticias
actualidad.Periodismo independiente." -
http://www.primaveradigital.org/primavera/cuba-sociedad/humor/8185-la-dieta-del-abecedario-en-cuba-primera-parte-.html

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