Los carretilleros venden a pleno sol
Jueves, 31 de Mayo de 2012 13:32
Escrito por Amarilis C. Rey
Cuba actualidad Managua, La Habana, (PD). Unas tablas anchas, un par de
ruedas pequeñas y algún soporte que ayude a empujar, son las
herramientas fundamentales para quienes en Cuba se dedican a vender,
viandas, hortalizas y frutas por cuenta propia, que adquieren de los
intermediarios.
"Los carretilleros," como se les conoce popularmente, han proliferado en
barrios, pueblos y ciudades de la isla, desde que el gobierno liberó la
iniciativa privada, a tal extremo que en forma jocosa se afirma que
existe un carretillero por cada tres habitantes.
Sin embargo las facilidades actuales para quienes puedan adquirir estas
frutas y vegetales, se empañan con las malas condiciones en que estos
productos llegan a sus consumidores, pues están expuestos al sol por
casi todo las horas del día. Así, el comprador se lleva a su casa una
piña casi deshidratada o unos ajíes calientes y mustios.
Pero lo peor de esta historia es que a pesar de la variedad y abundancia
de estas carretillas, los precios no bajan; al contrario, en muchos
casos suben.
Para quien su salario promedio es de 418 pesos mensuales, no debe ser
muy factible adquirir una libra de malanga en seis pesos, una piña entre
diez y doce pesos o un plátano para freír en dos o tres pesos, y que
además estén marchitos y maltratados por las condiciones ambientales.
Uno de estos vendedores, que se guarecía del sol a varios metros de la
carretilla, al percatarse de la presencia de dos o tres posibles
clientes, se acercó corriendo y comenzó a atenderlos, momento que
aproveché para preguntarle el por qué no busca un sitio con sombra o
trata de tapar su mercancía.
Después de mirarme un poco desconcertado respondió: "Sí, tenemos que
hacerlo. Pero realmente esto no es mío, yo estoy aquí ayudando."
En busca de una respuesta más precisa, fui a ver un amigo que también
vende expuesto al sol. Al repetir la misma interrogante, comentó: "Lo
primero que te voy a decir es que no vayas a poner mi nombre en tu
escrito. No quiero líos. Nosotros no podemos estar estacionados en un
solo lugar, se nos exige que estemos moviéndonos con estas carretillas
llenas de cosas. Pero mira bien todo esto y dime con sinceridad: ¿Tú
crees que yo solo, lo puedo mover de un sitio a otro con lo que pesa?
Entonces lo que ocurre es que nos arriesgamos y jugamos cabeza a los
inspectores, que muchas veces nos multan, pero ¿qué vamos a hacer?
También pude conocer que otra de las restricciones que tienen estos
trabajadores por cuenta propia es que no pueden vender a menos de 100
metros de un comercio estatal que también ofrezca productos del agro,
aunque regularmente no tienen la oferta y la variedad de los particulares.
Este tema trajo a mi memoria a Panchito el viandero, un vendedor de los
años 50, cuando era una niña y me gustaba que me compraran las naranjas
que en su carretilla ofertaba.
Recuerdo que la armazón de su carretilla era de color verde y con un par
de ruedas muy grandes. De cada extremo salían los soportes de un techito
que daba sombra también a quienes compraban.
Panchito recorría todo el pueblo, empujando su negocio y vendiendo un
producto fresco.
Y aun le hice una última pregunta a mi amigo: ¿Será tan difícil preparar
las condiciones para brindar un servicio más humano a quienes necesitan
de esos alimentos y además pagan caro por ellos?
Me respondió: "Tú sabes cómo es esto aquí, te pones a invertir mucho y
luego cambian de idea y lo pierdes todo." Y con una sonrisa burlona
agregó: "Por eso estamos aquí, así, a pleno sol."
Para Cuba actualidad amarilisrey@yahoo.com
http://primaveradigital.org/primavera/cuba-sociedad/sociedad/4219-los-carretilleros-venden-a-pleno-sol.html
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