July 25, 2011
Irina Echarry
A raiz de una anemia profunda que se me descubrió, he tenido que hacer
cambios drásticos en mi vida. Por ejemplo, respetar los horarios de las
comidas e ingerir de manera especial algunos alimentos; y administrarme
los medicamentos requeridos para aumentar el volúmen de hierro en mi
organismo.
Se dice fácil, pero la experiencia demuestra que la tarea es sumamente
complicada. La atención médica fue gratuita y rápida. Algunos
medicamentos los compré fácilmente en la farmacia. Para adquirir otros
tuve que acudir al mercado negro.
Pero como muchas personas coinciden en que en Cuba hay medicina
alternativa para la anemia y con calidad demostrada, me lancé a la tarea
de reforzar el tratamiento para subir rápidamente la hemoglobina.
Es cierto, laboratorios como Labiofan, BioCen o Genix comercializan
productos verdaderamente nutritivos como el Trofin, Ferrical o la Spirulina.
El Ferrical se vende a 30 pesos cubanos, pero apenas se encuentra en las
farmacias, a no ser en la de Ojo de Agua, donde mismo confeccionan el
medicamento y para comprarlo hay que demostrar con papeles que tienes
anemia, o sea no puede hacerse un tratamiento preventivo.
El Trofin y la Spirulina son un poco más difíciles de adquirir pues solo
se venden en CUC. Para el Trofin se utiliza la sangre bobina, proteínas
hidrolizadas y miel de abejas, este magnífico antianémico que se produce
totalmente en Cuba, abastece de hierro al organismo y no da reacciones
adversas a no ser al bolsillo; cuesta 9.60 cuc. Aunque me han dicho que
a las embarazadas se les brinda gratuitamente en los hogares maternos al
igual que a los enfermos de VIH.
La Spirulina es un alga con una concentración de nutrientes
impresionantes. Prolifera en aguas cálidas y en nuestro país abunda. Ha
sido toda una revolución su descubrimiento pues proporciona buenas
cantidades de proteínas y sobre todo Vitamina B12. Un frasco con 70
tabletas se vende a 5 cuc y la dosis diaria recomendada es de 6 tabletas.
No tengo idea de cuánto gasta el estado en la fabricación de esos
medicamentos, pero teniendo en cuenta la mala alimentación que hay en la
isla pudiera buscarse alguna solución para que el cubano o cubana de a
pie (que no esté embarazada y no tenga el VIH) pueda adquirirlos a
precios menos agresivos, o sea que los nacionales enfermos no tengamos
que pagar por un producto cubano igual precio que el extranjero que
viene de visita. ¿Será posible?
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