Miércoles, 27 de Julio de 2011
Tania Díaz Castro
Santa Fe, La Habana, 21 de julio de 2011, (PD) Yamilka, de l4 años, es
hija de mi vecina Leonor. Es una chica rubia y bonita. Como tiene en sus
dientes ganchitos para emparejarlos, apenas se ríe. Ayer me contó que
está en las pruebas finales del octavo grado, que ese día el examen fue
sobre Historia de Cuba, con la figura de Antonio Guiteras Holmes.
-¿Saliste bien? –le pregunté.
-Sí, creo que sí.
-¿Qué sabes de Guiteras? –volví a preguntarle.
Yamilka comenzó a decirme que este personaje, trascendental en la vida
política de Cuba, había nacido en Estados Unidos en 1908.
Como Julio Antonio Mella y Rubén Martínez Villena, fue un destacado
revolucionario antimperialista, que participó en el movimiento
insurreccional de 1931 y que un año después organizó un alzamiento en
Oriente, con el plan de atacar el Cuartel Moncada, algo que logró Fidel
Castro años después.
Y continuó contándome todo lo que había escrito en su examen. Le
pregunté qué organizaciones había fundado Guiteras y supo decirme que la
TNT y la Joven Cuba.
Por último le pregunto si sabe el significado de TNT y me responde que no.
No quise decirle más. Creo que no era beneficioso para ella contarle que
Guiteras es uno de los personajes más tenebrosos de nuestra historia,
que TNT representa la sigla de la dinamita, lo que usaba el joven para
sus acciones terroristas.
¿Para qué meter ruido en la cabecita de esta adolescente, que cada
mañana está obligada a gritar cuando forman fila: Pioneros por el
comunismo, seremos como el Ché?
El pago que los niños ofrecen a la dictadura cubana por recibir estudios
gratuitos, es precisamente la sumisión a su ideología. En la isla de
Fidel Castro no existen escuelas laicas. En todas, sin excepción, se
lleva a cabo un sistema educativo sujeto a las restricciones de la
pedagogía castrista, una especie de religión por la cual los niños están
obligados a seguir el ejemplo de personajes como Antonio Guiteras, Che
Guevara y Fidel Castro.
Pero, ¿ha resultado un éxito para el futuro este método de estudio? ¿Ha
podido el régimen lograr ¨ el hombre nuevo ¨? ¿Se ha preguntado alguna
vez el Ministerio de Educación si las ideas que se imponen en las aulas,
a la larga han dado buenos resultados?
Una de las materias priorizadas por el Estado en todos los grados
escolares y que se examina para el ingreso a la universidad, es la
Historia de Cuba. Varios de sus libros de textos, utilizados en el nivel
medio superior, son compilaciones de numerosos artículos editados en la
prensa oficialista del país, por lo general anónimos, con excepción de
Nicanor León Cotayo y Hortensia Pichardo, inspirados en el odio que
siente Fidel Castro por los Estados Unidos.
Entre los compiladores de estos libros de textos se destaca el doctor
Horacio Díaz Pendás, quien en días recientes expresó en el periódico
Juventud Rebelde que "…la Historia de Cuba, como hitos imprescindibles,
ayudan a entender de dónde venimos, sus diferentes etapas, porque nunca
el pueblo dejó de luchar contra el Imperialismo".
¿Acaso cree en realidad este conocido profesor que el pueblo cubano ha
luchado contra algo?
Cuando Cuba tenía un millón de habitantes, el Ejército Libertador se
componía de menos de veinte mil miembros y cuando llegó a seis millones,
los que lucharon contra Batista no pasaban de tres mil.
¿A qué pueblo entonces se refiere el profesor?
No se trata, lo dicen por lo claro los prólogos de esos textos, de
promover entre los alumnos el intercambio de ideas, sino de que sigan al
pie de la letra el criterio político de la minoría gubernamental: "…para
callar una duda, para entender una institución política, para conocer el
alcance de un programa social, sirven nuestras ideas esenciales".
Pero la realidad cubana da pruebas de que la diversidad, no sólo en el
sexo, es lo ideal para la especie humana, donde poder escoger criterios
y tener los propios es tan satisfactorio como pensar por sí mismo y no
por cabeza ajena, algo que irremediablemente hacen los niños cuando crecen.
http://www.primaveradigital.org/primavera/sociedad/sociedad/1872-el-examen-de-yamilka
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