martinoticias.com 06 de junio de 2011
Por décadas fueron las loas a Ubre Blanca, la vaca sagrada de Fidel
Castro, pero ahora es Erlinda Virgen, "la bufalera" de Pozo Cuadrado,
quien ocupa atención nacional. Su pasión es estar entre búfalas y esto
le ha ha valido el galardón "Excelencia de Mujer Productora" en la
provincia Granma.
Dice la nota de Juventud Rebelde:
Como cada mañana, preparó su colada de café, pero esta vez no salió
hacia la corraleta a ordeñar a las búfalas.
Erlinda cambió la camisa de trabajo por una blusa amarilla, su color
preferido; dejó las botas a un lado y escogió los zapatos de tacón para
lucir más alta; el sombrero también se quedó en casa, esta vez luce
flores en el pelo.
El viaje de 120 kilómetros, desde la comunidad Pozo Cuadrado hasta Media
Luna, la marea un poco, no está acostumbrada al movimiento de la
carretera ni al olor de la gasolina. Definitivamente prefiere estar
entre Marisol, Conga y las demás búfalas de la Bufalina No. 2 de Bayamo.
«Ya nos va quedando chiquita la granja. Metimos 68 donde debían estar
solo 30 búfalas y Pancho, el semental, las tiene a casi todas preñadas,
cuando digan a parir no va a haber quien duerma aquí».
En esas reflexiones se entretiene para no contar los kilómetros que
faltan hasta el lugar donde nació Celia Sánchez Manduley. Y es que
Erlinda Virgen Yero Liens abandonó por unas horas sus tareas cotidianas
para recibir, en Media Luna, el Premio a la Excelencia de la Mujer
Productora, que entrega cada 9 de mayo la Asociación Cubana de
Producción Animal (ACPA), en saludo al natalicio de la flor más
autóctona de Cuba.
Con esa sencillez propia de la gente de campo confiesa que se pone muy
nerviosa cuando la van a entrevistar; dejamos la grabadora en su lugar y
nos dedicamos a disfrutar de la conversación y de la risa sincera de
esta mujer de 57 años.
Cuenta que en el 2004 decidió dejar el ordeño de vacas para irse a
trabajar ordeñando búfalas, que es mucho más productivo.
«¡Si ves la cara que pusieron en mi casa! Mis dos hijos estaban
preocupados porque esos animales son mucho más grandes y no se doman
fácilmente.
«En la granja los hombres no me dejaban ordeñar el primer día porque era
mejor esperar a que las búfalas se acostumbraran a mi olor. Pero yo no
creo en animal fiero ni le tengo miedo a nada. Mandé a amarrar al animal
y lo ordeñé sin ningún problema. Ahora, cuando yo no estoy en la granja,
son los hombres los que tienen que colgar mi ropa cerca de las búfalas
porque si no me sienten cerca no se dejan tocar».
La amorosa guajira que nació en la mismísima Sierra Maestra reconoce que
este ganado es muy agresivo y se altera en cuanto advierte la presencia
de un desconocido. Dice que una vez intentaban filmar un material para
la televisión y en cuanto Chiquita vio la cámara empezó a brincar de tal
manera que se embarró de fango y dejó a Erlinda llena de tierra de pies
a cabeza.
«Conmigo son muy mansas y vienen enseguida cuando las llamo al terrenito
de ordeño. A todas les hemos puesto nombres muy femeninos. Me gusta
identificarlas, caminar entre ellas y dejar que me acaricien, aunque la
mayoría de las veces termino revolcada en el fango».
Ella es la única mujer de la granja. Trabaja junto a otro ordeñador y
dos custodios que la quieren y la respetan, porque «cuando la cosa se
pone dura» Erlinda no descansa ni un segundo.
«En la época en que las búfalas están recién paridas, o cuando hay
bastante pasto, pienso y agua, sacamos hasta 15 litros de leche diarios
por cada una y hay que estar en pie desde la medianoche hasta que
terminamos. A veces, si la producción es baja, empezamos a ordeñar sobre
las cuatro de la mañana, pero siempre después de la coladita de café».
Me recalca que la jornada siempre comienza después de la coladita de
café y sonríe. La curiosidad me obliga a preguntar si puede diferenciar
una leche de otra, por el sabor.
«Algunos dicen que sí, pero para mí el sabor es el mismo. Y puedo hacer
todo lo que se hace con la leche de vaca: yogurt, mantequilla, un queso
riquísimo y unos dulces pa' chuparse los dedos. Figúrate tú que a un
litro de leche de búfala tienes que echarle un litro de agua para
dejarla con la misma consistencia de la leche de vaca. Como es muy
espesa, la producción se multiplica».
Ya está por comenzar el acto de clausura de la Jornada Cultural de Media
Luna, donde le entregarán el premio a Erlinda Virgen. Se frota la piel
de los brazos y me dice bajitico: «Yo amo mi trabajo, me encanta hacer
lo que hago. Lo único que no me gusta es que tengo la piel muy quemada
por el sol y aunque me echo crema todas las noches no se ablanda».
Vuelve a sonreír y se alista para agradecer a todos los presentes en el
Parque de los Mártires del municipio. A unos metros de la glorieta está
Celia, sentada a la orilla de un riachuelo, con sus alpargatas al lado,
se le ve orgullosa de esta madre cubana, de esta mujer de la montaña que
ha cumplido con lo que ella soñó.
http://www.martinoticias.com/noticias/cuba/El-discreto-encanto-criar-bufalos-123237638.html
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