Tuesday, June 7, 2011 | Por Jorge Olivera Castillo
LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) – La ofensiva del gobierno
cubano contra las ilegalidades es un fracaso. Justamente al compás de
las exhortaciones en asambleas del partido, comités de defensa de la
revolución y demás entidades políticas, sociales y sindicales, se
mantiene el trasiego de productos birlados en los almacenes del estado.
Por cada operativo policial efectuado con este fin, quedan en el
anonimato cientos de corruptelas. Es sorprendente el continuo
perfeccionamiento de las habilidades para burlar la persecución. En
muchos casos existe una red de aviso entre los implicados que permite el
reajuste de las tácticas, días o semanas antes de efectuarse la
intervención de policías e inspectores.
En este aspecto habría que mencionar el soborno como otra de las vías
para quebrar la voluntad de los perseguidores.
Se comenta que los calabozos del Departamento Técnico de Investigaciones
(DTI) se encuentran llenos a causa de los arrestos por motivos de índole
económica. Eso no es suficiente para catalogar de exitosa la campaña que
intenta eliminar los robos en fábricas y centros comerciales.
Es tal la suma de infracciones en todo el país, que atrapar culpables se
convierte en algo tan fácil como matar mosquitos en un pantano. Con
anticipación es posible asegurar que nada detendrá lo que se ha
convertido en cotidianidad, en una sociedad donde la gente no gana según
su oficio y capacidad.
En el mercado negro es posible encontrar, a precios más bajos, los
mismos productos que se venden en las Tiendas Recaudadoras de Divisas
(TRD) y en las bodegas donde se expenden algunos alimentos racionados.
Por ejemplo, el litro de aceite que cuesta aproximadamente 3 dólares en
la tienda, se vende a 2, y un tubo de pasta dental de la marca Close
up, sustraído de la fábrica Suchel se obtiene a 1.20 dólar, casi un 30 %
menos de su precio.
Dentro del universo de compras y ventas ilícitas, también se puede citar
la oferta a domicilio de leche de vaca, pescado y carne de res,
procedentes de los frigoríficos estatales. Sería interminable la lista
de mercaderías que garantizan la estabilidad de la economía subterránea.
Conozco a un hombre sale a pregonar cada noche los dulces que hornea en
un artefacto lleno de abolladuras, hollín y grasa. Las golosinas las
transporta en un coche para bebés, tapadas con una manta de colorines.
El lenguaje que utiliza para promover su mercancía es ininteligible, y
sin embargo, lo vende todo antes del amanecer.
Una vez le pregunté de dónde sacaba la materia prima para hacer sus
dulces, y me respondió: "Mañana te digo". Después de 5 meses sigo
esperando la respuesta.
http://www.cubanet.org/articulos/el-ciclo-de-las-ilegalidades/
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