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Thursday, May 26, 2011

La verdad, no la autoridad

La verdad, no la autoridad
Thursday, May 26, 2011 | Por José Hugo Fernández

LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubanet.org) – No debe ser difícil ejercer la
autoridad. Ni siquiera es meritorio por sí solo. Lo difícil y meritorio
es ganarse el derecho a ejercer la autoridad mediante su ejercicio. Este
es otro de los conflictos que traen patas arriba a la sociedad cubana de
nuestros días.

Que haya tenido razón el filósofo Thomas Hobbes al sentenciar que es la
autoridad, y no la verdad, la que hace las leyes, no significa que
actuar en contra de la verdad le baste a las autoridades para
autentificarse como verdaderas.

Por ahí debió empezar a entrarle el agua al coco en nuestro caso. Toda
vez que el gobierno revolucionario, al erigirse en dictador de los
cubanos, violentó los fundamentos de la autoridad, la cual, como es
sabido, difiere del poder en que no es una fuerza que se impone, sino un
privilegio que se confiere mediante el reconocimiento y la obediencia,
así que hay que conquistarlo convenciendo.

No hay manera de apropiarse auténticamente de la autoridad imponiéndose
desde la autoridad misma. Y en Cuba no sólo nos ha sido impuesta la
autoridad política, sino que a partir de esta, mediante sus lecciones,
bajo su influencia, fueron también violentadas las otras de vías de
acceso a la autoridad. No en balde las autoridades, todas, y aun la
autoridad como concepto, están aquí en bancarrota.

La policía, las instancias jurídicas, los directivos de centros
laborales, la administración pública, y en general los jefes mayores y
menores no son respetados, sino apenas temidos. A los padres y maestros
ni se les respeta ni se les teme. Ante las instituciones del poder,
incluidas las organizaciones políticas y de masas, no se manifiesta más
que el común desdén, o displicencia y burla.

La lista podría resultar interminable, ya que luego de mencionar todas
las formas de autoridad que se representan a través de personas, habría
que seguir con sus representaciones conceptuales: decencia,
honorabilidad, respeto.

Por eso nos parece estrafalaria la connotación que algunos medios de
prensa le están dispensando a los llamados lineamientos del partido
comunista de Cuba, en tanto base de reformas –así dicen- destinadas a
sacar al país de la crisis.

Si alguna autoridad carece totalmente de autoridad entre nosotros, por
la forma en que se ha impuesto y por nuestra propia forma de asumirlo,
es el partido comunista. Lo demás sería fácilmente deducible, incluso
hasta para la prensa extranjera.

http://www.cubanet.org/articulos/la-verdad-no-la-autoridad/

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