Mejora La Salud De Ex Boxeador Cubano En Miami
MIAMI (CBS4) ―
Para Ariel Sigler Amaya pararse de su sillón de rueda le toma mil
ayudas, pero el ex boxeador y disidente cubano no es el tipo de persona
de darse por vencido.
El campeón de peso pesado llegó a Miami el 28 de julio después de pasar
siete años en prisiones cubanas por su oposición al régimen castrista.
Paralizado desde la cintura, Sigler comenzó tratamiento de terapia
física en el Hospital de Rehabilitación Jackson en Miami. Los doctores
están asombrados de su progreso.
"Lo que él hizo fue pararse de su sillón de rueda y se subió a su cama
por su cuenta, algo que usualmente le toma a un paciente entre dos y
tres semanas aprender. Él lo ha hecho en dos o tres días", dijo su
terapeuta Pedro Pozzobon.
"Nuestra meta es que se independice en su sillón de rueda hasta que
veamos una mejora en sus piernas", dijo la Dra. Jasmine Martínez-Barrizonte.
El disidente, que tiene una madre que también es activista, dice que
nunca confió en el cuidado médico que recibió en hospitales cubanos,
porque mucho de los profesionales son complices del gobierno.
"Es por eso que yo nunca confié en la medicina cubana", dijo Sigler.
El cubano de 46 años le dijo a Eliott Rodríguez de CBS4 que una
malnutrición severa en la cárcel le dejó paralizado.
"¿Como una persona puede vivir con un pedacito de pan por la mañana, con
un poquito de agua con azúcar caliente?" le dijo Sigler a Rodríguez. "Al
mediodía tres cucharadas de arroz con un poco de caldo, que uno a fondo,
no sabe que cosa es. Y la comida favorita en las prisiones, es la pata y
panza. No se si ustedes la conocen aquí, es todo…el sobrante de la vaca,
y cuando se lo dan se lo dan mal elaborado y verde, así con mal olor,
una peste".
Sigler dice que su cuerpo no ha podido asimilar el poco alimento que
recibió en la cárcel, pero sigue optimista que no va a seguir prisionero
del sillón de rueda.
"Tiene buena actitud, que le va a mejorar su rehabilitación", explicó la
Dra. Martínez-Barrizonte. "La enfermedad no significa que no va a ser
independiente en todo aspecto de su vida".
La malnutrición casi lo mató. Primero perdió la sensibilidad en sus
piernas, y eventualmente se volvió parapléjico. Los doctores dicen que
Sigler sufrió daño a su columna vertebral, pero sí ven señales de
esperanza. El hecho de que sabe cuando tiene que ir al baño es una señal
positiva.
"En un periodo de tiempo de 20 días, en 20 días transcurrió hasta que yo
perdí mi locomoción por completo", dijo Sigler de su tiempo en prisión.
"En las prisiones hay escalones, y cuando yo subía se me aflojaban las
piernas. Tenía que acudir a las fuerzas de las manos para seguir caminando".
Sigler fue liberado como parte de un trato entre el gobierno cubano y la
Iglesia Católica de la Isla. Fue puesto en libertad después que el
gobierno accediera liberar a 52 disidentes. Algunos están viviendo en
España. Sigler ha sido el primero en ser envidado a Estados Unidos.
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