09-08-2010.
Nelson Nuñez Dorta
(www.miscelaneasdecuba.net).- Fidel Castro esta desarrollando una
intensa campaña mediática. Reaparece y se empeña en demostrar con su
presencia y sus palabras que está lúcido y permanecerá al frente de la
máxima dirección política del país, velando para que el rumbo de la
isla, aunque con mínimas desviaciones, se mantenga como él lo ha dispuesto.
Pero ahora, al menos públicamente, no se dedica a los asuntos internos,
tan complejos y apremiantes, dando la impresión que no le interesa lo
que sucede en la nación que él destruyó con su ineficiente y autoritario
gobierno y que ha dejado completamente esa difícil tarea a su hermano
Raúl, aunque los cubanos sabemos bien que no es así, pues su presencia
indica que nada se moverá en Cuba sin la supervisión y aprobación de tan
autoritario personaje.
Por eso la lentitud con la que se estudian e implementan los mínimos
cambios que se anuncian en un país que atraviesa una profunda crisis
económica y donde no se quiere aceptar el fracaso del proyecto
totalitario, en Cuba hoy se declara oficialmente que son innecesarios
más de un millón de empleos que en realidad fueron innecesarios siempre,
pero es ahora, ante la imposibilidad de continuar manteniéndolos que el
régimen se ve obligado a reconocerlo.
Indigna pensar que muchos cubanos han sido inhumanamente reprimidos y
han cumplido prisión tan solo por expresar verdades como esa, pues
cuando la dictadura no las quería aceptar se consideraban secretos de
estado.
*
Pero volvamos a "Castro I, dueño y señor de la ínsula", quien ahora se
procura auditorios a su medida, para ser escuchado y aplaudido
servilmente. En sus mal intencionadas divagaciones, el dictador cubano
se muestra en extremo preocupado por una posible conflagración nuclear,
hace pronósticos apocalípticos y responsabiliza absolutamente al
presidente de los Estados Unidos a una inminente guerra.
Para Castro, que ahora se estrena como; "profeta del fin de los
tiempos", no existen términos medios, así, toda la culpa de los
acontecimientos negativos que han sucedido y que están por suceder en el
mundo, van a la cuenta de ese "imperio diabólico" que él se empeñó en
combatir y destruir, sin éxito, durante el transcurso de su vida.
Citemos el texto de una nota dirigida a Celia Sánchez y fechada el 5 de
Junio de 1958, en la que se refería a su vecino del Norte:
"… he jurado que van a pagar caro lo que están haciendo, cuando termine
esta guerra comenzará otra mucho más amplia y mayor para mí: la guerra
que voy a librar contra ellos, comprendo que ese va a ser mi verdadero
destino"….
Sin dudas, Fidel Castro ha utilizado a Cuba como la base de operaciones
para lograr sus más íntimos propósitos y ahora, en el ocaso de su vida
no parece resignado a morir sin ver realizados sus sueños, su mentalidad
egocéntrica, no le permite entender que el mundo continuará existiendo
sin su presencia.
Resulta muy contrastante que el dictador se muestre hoy tan preocupado
por la desaparición de la humanidad e intente dar sus "sabios consejos"
al presidente Obama, a quien pide, ante todo, ceder sin alternativa
obviando las intenciones del gobierno iraní, con el cual Castro se
identifica.
No podemos olvidar cuando el joven y recién instalado dictador, en el
año 62 del pasado siglo, puso al mundo en el borde de una hecatombe
aceptando a espaldas del pueblo, la instalación en Cuba de cohetes
nucleares soviéticos y atreviéndose a sugerirle al presidente Nikita
Kruschev, en los momentos de mayor peligro, que diera un golpe nuclear
"preventivo" a Estados Unidos, aunque eso significara de inmediato
inmolar a todo el pueblo cubano.
¿De dónde le surge ahora tanta preocupación a este ladino anciano?
¿Estará preparando el terreno a otros países cómplices para intentar,
ver realizados sus anhelos, antes de su despedida definitiva de este
mundo? ¿Por qué no aconseja a su amigo Ahmadineyad para que también
demuestre sensatez y prudencia?
La parcialidad del dictador cubano es más que evidente. El odio hacia
los Estados Unidos y la frustración por no haber conseguido sus
objetivos en vida, son las motivaciones de su nueva campaña que intenta
también desviar la atención de los asuntos internos del país y sembrar
la intimidación, la inseguridad y el desasosiego de quienes estén
dispuestos a creerle a este astuto profeta tropical.
Mientas tanto, el pueblo cubano continúa amordazado y silenciado, bajo
esa cruel represión que se prolongará mientras se prolongue la
existencia de sus verdugos.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=29286
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