30-07-2010.
Héctor Julio Cedeño Negrín
Periodista Independiente
(www.miscelaneasdecuba.net).- Cuando los cubanos derroquemos, por fin, a 
la abyecta dictadura castro- ascista que hoy esclaviza al pueblo de 
Cuba, tendremos necesariamente que demoler hasta sus cimientos los 
organismos diabólicos de la tiranía, que son especialmente el Ministerio 
del Interior y el Ministerio de Justicia. O de la Injusticia, más 
merecidamente. Sustento idóneo para el sistema de tortura, ignominia y 
venganza, que los hermanos Castro han institucionalizado, en la tierra 
cubana.
Inevitablemente tendremos que pedir ayuda internacional para sustituir a 
muchos funcionarios, porque deberemos destituir a la inmensa mayoría de 
los jueces y a un cúmulo sorprendente de carceleros y policías.
Tendremos que permitir que Jueces y oficiales internacionales trabajen 
en nuestro país, mientras preparemos y califiquemos nuevos funcionarios 
con auténtico criterio, respetuosos de los derechos y de las libertades.
Imaginan muchos de los que hoy ejercen, arbitraria y caprichosamente, 
los órganos para impartir justicia, que gozarán de total impunidad. Pero 
un número considerable de ellos irán a parar directamente a las 
cárceles, por sus múltiples violaciones de los derechos, de las 
libertades y por su perniciosa e inconmensurable corrupción y por su 
incondicionalidad a un sistema político y partidista, que subordina la 
justicia a las conveniencias políticas de una dictadura totalitaria.
La conformación de los actuales tribunales y su actuación pública no 
provoca risa, porque en múltiples ocasiones resultan encarceladas y 
condenadas muchas personas inocentes, las que son sepultadas durante 
muchos años en las cárceles cubanas.
En juicios preparados, en los que las sentencias son decididas 
previamente, por un conjunto de Jueces con criterios o conveniencias 
políticas. Muchos de los llamados "Oficiales", que se sientan en las 
Cortes, vestidos y togados para el acto, son una especie de bultos 
inútiles, con la única función de hacer de relleno, en vistas en la que 
los Fiscales, parecen dirigir las acciones de los Tribunales y donde los 
abogados defensores son simples peleles.
Sobre todo con ese procedimiento empleado por los jueces, delictivo a 
todas luces, que ellos llaman "Convicción Moral". Estas audiencias son 
mucho más parecidas a una actuación teatral, que a la verdadera 
impartición de justicia.
Este, por ejemplo, parece ser el caso de Olga Lidia Ramírez Maura, madre 
de la niña de trece años Lorenys de la Caridad Sánchez Ramírez, la que 
fue condenada a siete años de prisión en la Causa 532 de 2008, en el 
Tribunal Provincial de Ciudad de la Habana por supuestamente dedicarse 
al Tráfico de personas.
Esto sin tener posibilidad alguna de procurarse algún tipo de transporte 
para salir de Cuba o de sacar a alguien del territorio nacional. Que 
debería ser un barco o algún equipo de aviación o relaciones con alguien 
que poseyera tales vehículos, pero además, que tuvieran la posibilidad 
real de poder transportar a alguien y que no fuera parte de la invención 
y de la fantasía, como es evidente.
La acusación contra la ciudadana es la de pretender organizar la 
deserción de un grupo de jugadores de béisbol, porque según dicen, ella 
se comunicaba y se relacionaba con un ciudadano venezolano, que actuaría 
supuestamente como un caza talentos, nada probado, ni probable y que se 
basan en supuestos correos electrónicos, completamente públicos, que ni 
siquiera ella recibía personalmente, sino a través de otra persona y que 
podía leer todo el mundo, que nada dicen y que el Tribunal considera, 
que aunque nada menciona del supuesto plan de deserción, ni de lanchas, 
ni de nada.
Deben estar escritos en alguna clave secreta (para ellos todos somos 
espías). Esto por la paranoia de la dictadura gobernante en Cuba, de que 
los atletas, esclavos del Gobierno cubano, se largan simplemente a 
cualquier país, que los trate decentemente y no los esquilme, ni les 
exprima, como a siervos ó esclavos y no los utilicen para aportar el 
dinero que ganan en las competiciones internacionales en las que 
participan y que aquí están obligados a entregarlo a la satrapía que 
desgobierna a Cuba.
Estos atletas, cuando salen del territorio nacional para participar en 
alguna competencia, son custodiados por la [...] Seguridad del Estado 
para evitar que puedan desertar. Cuando existe la posibilidad de que los 
atletas puedan quedarse en algún país libre, los dictadores no permiten 
la participación de la delegación cubana, como en el caso reciente de 
los eventos deportivos en Puerto Rico, en los que la delegación cubana 
"declinó" participar.
Dicha persona era una simple secretaría en una Academia Deportiva, de 
Béisbol, Sofbol y Fútbol y fue condenada por el supuesto tráfico de 
atletas, para ser contratados por las llamadas ligas profesionales de 
béisbol.
Sin pruebas y con un solo testigo amañado y chantajeado, como si ellos 
fueran los dueños de los ciudadanos cubanos o como si esos individuos 
aptos para jugar en las ligas profesionales fueran niños pequeños y no 
personas adultas, que saben perfectamente que en Cuba funciona una 
dictadura fascista y que en cualquier lugar del mundo, se vive mil veces 
mejor que aquí, incluido Haití o el más pobre de los países del África.
Cualquiera sabe y ya hasta los niños lo conocen, que en este país, de 
hambre, de miseria y de tiranía, se vive mucho peor que en cualquiera 
otra parte del planeta, por eso los cubanos escapan por miles a donde sea.
La convicta, desesperada por la larga pena de siete años, a la que fue 
condenada, como si hubiera cometido un horroroso homicidio, intentó 
suicidarse en varias ocasiones, desesperada por tener que soportar la 
estancia, en una de las ergástulas inmundas de la tiranía castrista, 
aptas sólo para enterrar personas vivas, cuando ella no tiene, ni 
antecedentes penales.
Tiene además una niña que ha sido acosada, incluso, por el jefe de 
Sector de la Policía, que se ha personado en la escuela donde ella 
estudia, hostigándola y sufre en carne propia la situación. La niña 
además y debido a los traumas causados por la condena a su madre, está 
siendo tratada por un psiquiatra.
Todo este panorama se produce, por el capricho de un sistema político y 
de un dictador, que reflexiona y concluye, que los deportistas no tienen 
derecho a ser remunerados. Pero lo justo debe ser, que por el esfuerzo 
titánico que realizan ellos, para entretener a la población, deberían 
recibir una alta remuneración, dado lo excepcional de su labor y sus 
cualidades, que exigen voluntad, dedicación e intrepidez únicas para los 
que han nacido algunos seres humanos.
No es el deporte sólo un derecho del pueblo, sino que los deportistas de 
alto rendimiento poseen un don que Dios les ha dado y por ello merecen 
ser premiados como nadie. Ese don pertenece a ellos, que lo poseen y 
nadie debe usarlos como mercaderías para el beneficio de ningún gobierno 
ni sistema. Sólo ellos deben tener el derecho de elegir libremente donde 
desean realizarse y no ser tenidos como un medio de propaganda de un 
régimen, ni como rehenes de una dictadura, que los explota.
En la condena de esta Señora, existe un claro trasfondo político, pues 
ella fue una de las firmantes del conocido "Proyecto Varela" y ya se 
sabe de las represalias, que toman los actuales gobernantes contra los 
firmantes de dicho proyecto, por lo que además constituye una venganza 
política al trabajar la encartada en un lugar tan sensible como es una 
Academia Deportiva, donde sus trabajadores deben ser verdaderos 
incondicionales de la dictadura.
Pero además, esta mujer estudia Licenciatura en Cultura Física, en la 
que sólo le resta discutir la tesis. De alguna manera debe ser eliminada 
del sistema deportivo, esta ex atleta (Judoka), por no ser confiable 
para el régimen. Es por ello que han realizado esta farsa judicial con 
el objetivo de venganza y de humillación, para convertir a una ciudadana 
honesta en una simple presidiaria, denigrarla y marginarla de esta 
forma, de la sociedad.
De su caso se pueden aportar muchos detalles, pero por la urgencia de 
esta denuncia, le iremos dando seguimiento posteriormente, ya que a 
pesar de estar bajo tratamiento Psiquiátrico, que considera su 
situación, incompatible con el régimen carcelario, es acosada 
frecuentemente por la Policía y especialmente por el Jefe de Sector, 
persona de pésimo nivel escolar, que cada vez que se presenta en su 
domicilio la intimida y la amenaza e igualmente incrimina a su niña.
En ocasiones parquean en los bajos del edificio donde reside, un carro 
patrullero, con lo que provocan la zozobra y la desesperación de la 
ciudadana y de la niña, al temer que la lleven a prisión. Además no se 
le permiten trabajar para mantenerse y mantener a la menor, viviendo 
prácticamente de la caridad pública, constituyendo este hecho, una 
violación evidente de sus derechos humanos.
Ella vive además con el padre de la niña desde hace quince años, con el 
que en la actualidad no tiene relaciones conyugales y esta situación es 
también azuzada, por los agentes de la autoridad con lo que provocan 
conflictos.
Recientemente el ex-cónyuge puso un candado en la puerta de la casa, 
privándole de su ingreso al domicilio, que se encuentra situado en la 
calle Primeyes, # 891, entre Santa Catalina y Avenida Norte en el Cerro, 
Ciudad de la Habana. Ella no se atreve a denunciarlo, por miedo a que la 
apresen.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=29135
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