Domingo 07 de Marzo de 2010 20:56 DDC
La banda terrorista vasca ETA y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia (FARC) tuvieron sus primeros contactos en Cuba, en 1993, según
los documentos del proceso iniciado por el juez español Eloy Velasco
contra siete etarras y seis miembros del grupo ilegal armado colombiano,
informó el diario español ABC.
Ambas organizaciones compartieron cursos sobre prácticas terroristas en
campos de adiestramiento en Venezuela, desde 2003 hasta al menos 2008,
añadió la publicación.
En el auto en el que procesa a los miembros de ETA y de las FARC, el
juez Velasco denunció una supuesta "cooperación gubernamental
venezolana" en la "ilícita colaboración" entre los dos grupos terroristas.
De acuerdo con ABC, el magistrado sustenta el nexo en documentos
internos de ETA, en los que la banda se refiere a Venezuela con la clave
"Andrés" y a Cuba con la de "José". Las referencias también habrían
aparecido en correos que almacenaba el ordenador de Raúl Reyes —uno de
los líderes de las FARC, muerto en un ataque del Ejército colombiano a
su campamento en Ecuador, en marzo de 2008— y en las investigaciones
realizadas por la Jefatura de Información de la Guardia Civil y de la
Comisaría General de Información de la Policía españolas.
Son los documentos de ETA los que sitúan el origen de los contactos
entre ambas organizaciones en Cuba, donde viven refugiados varios
miembros de la organización terrorista vasca.
ABC indicó que el primer paso lo habría dado el fallecido etarra Jokin
Gorostidi Artola, quien residía entonces en la Isla y era miembro de la
comisión de deportados de la banda.
Gorostidi habría mantenido una reunión con un comandante de las FARC y
comentado sus impresiones favorables en una carta dirigida a ETA,
fechada en febrero de 1993.
Según el diario español, seis años después se obtuvo una segunda prueba
de la conexión ETA-FARC, al incautarse un documento en el que José
Ignacio Echarte, alias "María Antonia", residente en Cuba, pedía permiso
a ETA para efectuar "pruebas en Venezuela sobre le lanzamiento de
proyectiles del tipo granadas o morteros dotados de 40 kilogramos de
sustancias explosivas", con un alcance de 600 metros.
Los documentos del caso señalan que en noviembre de 1999 el "comité
ejecutivo" de ETA elevó a la categoría de "oficiales" sus relaciones con
las FARC. El objetivo que perseguía era, según el juez Velasco,
"exportar al extranjero sus tácticas y técnicas en la causación de
terror y aprender experiencias ajenas en ese ilícito campo".
En esta nueva fase ETA trabajó desde Cuba. De esa misión se encargó José
Ángel Urtiaga, deportado por Francia en marzo de 1984 a Panamá, desde
donde se desplazó dos meses después a la Isla.
Desde 1984 hasta 1998, Urtiaga fue el jefe del colectivo de refugiados
en Cuba, puesto que le sirvió para ampliar sus contactos con las FARC y
propiciar "experimentos conjuntos con artefactos explosivos". Le
sustituyó José Miguel Arrugaeta, quien reside en la Isla desde 1984.
Entre el 14 de julio y el 12 de agosto de 2003, miembros de ETA fueron
adiestrados en campamentos de las FARC en la frontera colombiana con el
estado venezolano de Zulia. De acuerdo con los documentos citados por
ABC, en uno de esos cursillos "un miembro de la Dirección de
Inteligencia Militar de Venezuela y un vehículo escolta con soldados
venezolanos" custodiaron por tierra a los etarras desde Maracaibo hasta
el campamento.
El entrenamiento incluyó prácticas sobre fabricación y empleo de las
granadas Jotake-Handia. La primera vez que ETA las empleó fue en un
atentado contra el Cuartel del Ejército de Aizoain (Navarra), el 18 de
octubre de 2003.
Las FARC dieron un segundo entrenamiento a etarras en diciembre de 2003.
Cuatro miembros de la banda terrorista vasca se adiestraron en el uso de
misiles tierra-aire.
Al año siguiente, se incautaron a "Mikel Antza" y Soledad Iparraguire
dos SAM-7 con los que ETA pensaba matar al entonces presidente del
Gobierno español José María Aznar.
ETA, por su parte, instruyó a las FARC en "técnicas modernas de
guerrilla urbana", confección de artefactos activados por movimiento y
mediante teléfonos móviles.
Los entrenamientos conjuntos se prolongaron hasta 2008.
Las FARC pidieron a ETA colaboración para localizar en España al ex
presidente Andrés Pastrana, a la ex embajadora Noemí Sanin, al ex
candidato presidencial Antanas Mockus, al vicepresidente Francisco
Santos y otros cargos colombianos con el fin de asesinarles.
Posteriormente, las FARC añadieron a esta lista al presidente de
Colombia, Álvaro Uribe, y ETA se mostró dispuesta a colaborar.
ETA y las FARC iniciaron sus contactos en Cuba (8 March 2010)
http://www.diariodecuba.net/cuba/81-cuba/587-eta-y-las-farc-iniciaron-sus-contactos-en-cuba.html
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