2010-03-31.
Maria Benjumea, Solidaridad Española Con Cuba
(www.miscelaneasdecuba.net).- Una democracia se mide por cómo trata a 
sus mujeres, se dice, y a sus niños, añadiría yo, pues los pequeños 
dependen de sus madres directamente.
El Preso de Conciencia cubano Normando Hernández, de 40 años, condenado 
a 25 años de prisión en la Primavera de 2003, ha enviado al sitio 
independiente de Miami payolibre.com un relato de la enfermedad nerviosa 
que ha contraído su hija Daniela, que cumplirá 8 años el 22 de marzo: El 
calvario de Daniela.
La niña tenía un año cuando su padre, un técnico en una planta azucarera 
en Camagüey -que posteriormente fue Director del Colegio de Periodistas 
Independientes de Camagüey- fue arrestado, sometido a un juicio sumario, 
condenado a 25 años y confinado en una prisión de Pinar del Río, a más 
de 600 kms de su casa.
Madre e hija iniciaron una peregrinación por el país para visitar a 
Normando, cada tres meses y por un par de horas, en un país donde 
cualquier viaje es una odisea si no se puede pagar un coche privado. Su 
mujer, Yarai Reyes, no tenía a nadie de confianza con quien dejar a la 
niña, quien desarrollo una anorexia nerviosa desde muy pequeña a causa 
de la tensión que sentía a su alrededor y las visitas a la cárcel.
Danielita está sometida a tratamiento psiquiátrico con una alta dosis de 
psicofármacos; sus compañeros de escuela la acosan e increpan, atrapados 
en un ambiente de calumnias que el régimen ha propagado contra la 
familia. Los padres de sus compañeros no son libres para detener estos 
infundios, como comprobó Yarai cuando los confrontó en una reunión de 
padres: tenían miedo.
La psicóloga del régimen, la única posible en una sociedad en que no hay 
práctica clínica privada, aconsejó a la niña que "aprendiera a afrontar 
sus problemas", problemas que naturalmente le ha creado el propio régimen.
  El día del 40 cumpleaños de Normando- que ahora padece graves 
enfermedades y está confinado en un Hospital Penitenciario de La Habana- 
los funcionarios cancelaron sin más explicación la visita que madre e 
hija habían preparado para su padre, con muchas "sorpresas" y regalos. 
La enfermedad de la niña se agrava con cada golpe.
Y así es la realidad, por mucho que en España tantos crean que en Cuba 
se respeta a los niños. La escuela obligatoria es un microcosmos de la 
cárcel que es todo el país, el medio para controlar, adoctrinar y 
reprimir desde la infancia.
*Carta enviada hace dos semanas a ABC, El País y El Mundo, y no publicada."
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=26880
 
 
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