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Saturday, January 09, 2010

ES CUBA UNA PRIORIDAD?

¿ES CUBA UNA PRIORIDAD?
2010-01-08.
Elías Amor, Economista ULC

(www.miscelaneasdecuba.net).- Rodríguez Zapatero ha declarado en el
diario alemán Welt Online que "Cuba no es una prioridad". A nadie debe
extrañar esta reacción. Numerosos problemas tiene el presidente español
en la agenda de asuntos a tratar, como para cargarse de uno más, y
especialmente complejo. La posición de Zapatero sobre la prioridad que
representa el régimen castrista no es baladí.

Por lo pronto, confirma, en primer lugar, que no existe unanimidad en el
gobierno español, ni en el partido que lo sustenta, ni tampoco acuerdo
entre el presidente y su ministro de exteriores, cuyo empeño en tirar
por la borda la Posición Común de la Unión Europea le ha llevado a
distanciarse de algunos dirigentes europeos, sobre la forma de gestionar
las relaciones con el régimen comunista de La Habana.

Segundo, que a Zapatero no parece interesarle demasiado la deuda de las
empresas españolas en Cuba, situada en torno a 1.000 millones de euros,
según algunas estimaciones. No deja de ser curioso que sea Cuba uno de
los pocos países de América Latina con los que el comercio exterior
español sea favorable a España.

Sin embargo, las empresas cubanas, que se benefician de esa compra a
crédito y de generosas ayudas para financiar sus adquisiciones, no se
comportan de forma leal cuando se trata de pagar sus deudas. Si en 2009
la situación ha sido especialmente complicada para el cobro, nada hace
esperar que 2010 vaya a ser mejor.

Tercero, que el asunto de los derechos humanos, los presos políticos que
malviven en las cárceles cubanas, o la libertad de expresión, tampoco
parece ser una prioridad para el presidente español. Malo. Los
demócratas de todo el mundo deberían mostrar toda la solidaridad, y en
el caso cubano, cuando a los que defienden las mismas posiciones que los
demócratas españoles, se les acosa, persigue y envía de forma injusta a
la cárcel, se les prohíbe su libertad de expresión y se les castiga de
forma implacable.

Si, como dice Zapatero, la política de la Unión hacia Cuba carece de
prioridad durante el mandato español en el primer semestre, le
recomendamos entonces que mantenga la Posición Común, tal y como está
actualmente.

Primero, porque si no existiera, el régimen estaría obteniendo
beneficios de numerosos programas y ayudas económicas y financieras de
la Unión, sin atender las demandas de libertad, pluralismo y respeto
democrático, aplastando a los demócratas y limitando su capacidad de
funcionamiento.

Segundo, porque los disidentes, los presos políticos, los que luchan por
la democracia y la libertad en Cuba necesitan sentir el apoyo de los
demócratas de todo el mundo para continuar defendiendo sus ideales, para
alcanzar en la Isla un marco político similar al que existe en otras
sociedades, como la española.

Esto último lo comprenden muy bien los dirigentes democráticos de los
países del Este que hace apenas 20 años se encontraban sometidos a la
dictadura comunista soviética, y que ahora liberados de esas cadenas,
desean para Cuba una evolución a la democracia y la libertad similar a
la que ellos han experimentado.

Tercero, porque la Posición Común ha mostrado una notable eficacia para
mejorar el marco conjunto y coordinado de la política de Estados Unidos
y Europa hacia la dictadura comunista cubana. Si, es cierto que para
muchos el régimen no ha realizado las concesiones que se le exigen aun
existiendo la Posición Común pero, por la misma razón, cabría
preguntarse qué tipo de actuación desalmada podría haber tenido la
dictadura sin la existencia de esa presión internacional, ciertamente
débil, pero al fin y al cabo, presión.

España debe liderar una nueva política hacia Cuba durante el semestre de
su mandato europeo, pero en la línea marcada por la Posición Común,
reforzando los mecanismos que continúan sin aplicarse, como el trato de
favor a los disidentes, permitiendo el acceso de los mismos a las
embajadas, facilitando la difusión en la Isla de la información plural,
y combatiendo la miserable cerrazón de los gobernantes.

Para empezar, una buena actuación podría ser la observación y
vigilancia, por expertos independientes, de la "farsa" de elecciones a
los ayuntamientos que ha sido convocada recientemente por Raúl Castro.

La posibilidad de que participen en esas elecciones, manipuladas y
controladas por el aparato del régimen, los grupos de disidentes
organizados, como los liberales o social demócratas, ofrecería una
muestra de buena voluntad y de capacidad para comprender lo que está
exigiendo Occidente a la última dictadura comunista de América.

La libertad para que candidatos de las organizaciones de la disidencia
participen en el proceso electoral, hagan llegar sus proclamas y
mensajes a la sociedad, y tengan acceso a los medios de comunicación,
estatales en su totalidad, podría dar a Moratinos una justificación para
que la Unión Europea atendiera sus demandas de cambio en la política.

Tan convencidos estamos de que en presencia de Fidel Castro cualquier
cambio hacia la democracia y las libertades, resulta imposible en Cuba,
que este argumento, optimista e idealista para algunos, puede tener
suficiente fuerza para confiar en una eventual transformación del
régimen. No hay que hacerse ilusiones.

¿ES CUBA UNA PRIORIDAD? - Misceláneas de Cuba (8 January 2010)
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=25056

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