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Friday, September 11, 2009

Vísteme despacio

Sociedad
Vísteme despacio

Septiembre de shopping y calvario: Madrugar, recorrer varios kilómetros…
y tener divisas.

Luis Felipe Rojas, Holguín | 11/09/2009

Nadie sabe desde cuándo Cuba se convirtió en una larga cola de gente
esperando algo mejor. La carencia se ha convertido en un gesto, en una
señal que todos entienden demasiado bien.

Xiomara ha viajado 150 kilómetros desde Moa hasta Holguín para hacer
algunas compras. Se acerca el inicio del curso escolar y aún no aparecen
medias largas para la escuela, mochilas a mejor precio o buena calidad,
zapatos y algunos artículos más para llevar a la beca adonde debe enviar
a sus hijas esta vez.

"Desde junio he estado esperando que saquen medias blancas para
acompañar el uniforme, por eso he venido ahora", comenta un poco
preocupada y agrega: "Pero escasean las hebillas para el pelo. Y en
varias tiendas están esperando zapatos a 15,00 CUC, pero no llegan".

El portal de la tienda La Luz de Yara, en el centro de Holguín, ha
amanecido abarrotado de personas; un centenar de mujeres se atropellan
mientras llegan las nueve de la mañana. Entre los trabajadores de las
tiendas en dólares, alguien ha corrido la noticia de que sacarán blúmers
a 1,25 CUC, y ellas no perderán la oportunidad.

"Hay muchas que vienen a comprar por cantidad, para revender después",
dice Xiomara; pero la mayoría lo hace para comprar la ropa interior del
curso que acaba de empezar. "Si no lo tomas ahora, nunca se sabe cuándo
pueda ser otra vez", acota.

Opción única

Cuba es un "mercado" sui géneris, donde se compra sólo cuando el
gobierno abastece, de vez en vez. El cliente busca la equivalencia de lo
que gana en el mundo marginal, donde los precios son más bajos. La mala
calidad es una constante en los productos estatales. Son los términos de
la "oferta y la demanda" en el menguado comercio de la Isla.

Como Xiomara, que vive lejos de la capital provincial, donde la variedad
de tiendas es algo superior a su lugar de origen, Danilo sabe que no
puede esperar por la "suerte" de la distribución oficial, para comprar
lo que sus hijos necesitan para iniciar el curso "lo mejor posible".

"Esta vez volví a comprar zapatos en las 'tiendas de productos
industriales', no me puedo fajar con los precios de 20.00 CUC cada par.
Aquí tienen menos calidad, pero con ese dinero compré para los dos
niños; ellos me tienen que entender", indica.

En la segunda semana de agosto, la "red mayorista" de productos en
moneda nacional de casi toda la Isla sacó a la venta unos zapatos
deportivos para niños y adolescentes a 140.00 pesos cubanos. Fue el
aliciente de muchos padres.

"Los vi —dice Danilo resignado—, pero no le sirven a los míos. Aunque
habrá que esperar un par de meses para ver de qué calidad son".

Aunque la gente recibió los zapatos como una salvación —parecen ser de
origen chino pero montados en Cuba—, llevan un membrete en la plantilla
interior que dice "Pionero".

Una señora, que salió de la tienda La Hogareña, dice que busca
marcadores de textos, reglas, goma de borrar y un cartabón. "Eso hace un
año lo vendían en las librerías en divisa, pero he buscado y no hay. Ya
no se ven por ninguna parte", finaliza.

'Casa tomada'

Si bien la reestructuración de la red comercial en divisas empezó hace
unas semanas, los cambios han derivado en problemas para los clientes.

Reducción de personal, atrasos en la distribución y cierre temporal, en
muchos casos "por inventario", son las consecuencias de la nueva movida.
De todas maneras, hay quienes opinan que unos productos han desaparecido
y otros han subido de precio.

"Se puede buscar en las tiendas, una a una, y no hallarás un par de
zapatos que bajen de 20.00 CUC, pero ni son cómodos ni del gusto de los
jóvenes", dice una trabajadora de una Tienda Panamericana que ahora ha
pasado a la cadena militar TRD Caribe. Y añade: "Ahora mismo mucha gente
está buscando Floric, la línea de champú y crema para el cabello, pero
se ha perdido. La falla está entre el proveedor y quien tiene que
distribuirlo en la provincia, eso es seguro".

En la zona oriental no siempre las tiendas mantienen el mismo precio, ni
en todas las localidades hacen las rebajas a un mismo tiempo. Eso crea
un flujo de personas hacia ciudades vistas como más favorecidas.
Santiago de Cuba y Bayamo son los dos casos más comunes.

"En Bayamo —dice Xiomara mientras reorganizan la cola por tercera vez—,
siempre mantienen un surtido amplio en los productos de 'Todo por un
peso' (convertible). Hay de todo: medias, cremas, colonias, adornos para
el pelo. Allí va la gente a comprar por cantidades. Parece que es cosa
de la gerencia o el Estado, no sé muy bien".

En cambio, un azote nada desdeñable es el rejuego entre los trabajadores
de las tiendas y los revendedores, que "siempre saben cuándo, dónde y
qué van a rebajar", según ha dicho varias veces el diario oficial
Juventud Rebelde, sin que aparezca la solución. Lo cierto es que,
minutos después, los mismos productos emergen a precios mayores entre
los vendedores ambulantes.

Sin dar demasiadas explicaciones por el desabastecimiento, y cerrando la
boca a comentarios por la subida de los precios en algunos artículos,
como zapatos y alguna ropa ligera, esta vía de adquisición ha vuelto la
espalda al único cliente posible, el cubano de menos ingresos.

"Ni aunque anuncien oro para mañana mismo, te puedes sentar a esperar",
dice Danilo, con unas sandalias en las manos que huelen a cuero recién
curtido. "Con esos precios nunca uno sabe", repara.

© cubaencuentro.com

Vísteme despacio - Artículos - Cuba - cubaencuentro.com (11 September 2009)
http://www.cubaencuentro.com/es/cuba/articulos/visteme-despacio-209306

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